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La fragilidad del sistema financiero mundial

thomasComo hoy es festivo en muchas partes del país voy a escribir poco y me voy a dedicar a contaros un discurso de un alto funcionario de la Administración norteamericana, Thomas M. Hoenig, vicepresidente de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC). El texto es el siguiente y voy a intentar resumirlo destacando lo que me ha parecido más importante. Hoenig es también expresidente del Banco de la Reserva Federal de la Ciudad de Kansas y ha dedicado su carrera a trabajar en cuestiones relacionadas con la regulación financiera. Es decir, estamos hablando de un experto mundial y en este texto denuncia la fragilidad del sistema financiero mundial.

Es algo que Simon Johnson, ex-economista jefe del FMI, también hace cuando explica –se puede comprobar en este cuadro– que el capital social de las mayores empresas financieras del mundo solo representa el 4 % de sus activos totales. Como el capital social es el único amortiguador real contra pérdidas, esto significa para él que una caída del 4 % en el valor de sus activos destruiría totalmente el valor de las acciones y llevaría a las empresas al borde de la insolvencia.

Hoening duda que las medidas tomadas desde que se inició la última crisis estén reduciendo el riesgo ya que el tratamiento regulatorio de los derivados y el financiamiento de las grandes instituciones financieras –los megabancos mundiales– exacerba esta fragilidad que denuncia. Los megabancos reciben grandes subsidios gubernamentales implícitos y esto los alienta a no reducir su gran y peligroso tamaño y a asumir enormes riesgos. En principio, se suponía que esos subsidios se discontinuarían a través de medidas resultantes de la legislación para la reforma financiera Dodd-Frank de 2010. En la práctica, esos subsidios –y las políticas que los posibilitan– están firmemente enraizados. Siempre según su opinión, claro. Y añade:

En 1984, los EUA contaban con un sistema financiero relativamente estable en el cual los bancos pequeños, medianos y grandes tenían participaciones relativamente iguales en los activos financieros estadounidenses. Desde mediados de la década de 1980, la participación en la asignación de créditos de los grandes bancos aumentó drásticamente; el significado de «grande» cambió y el tamaño de los bancos más importantes es mucho mayor respecto al PIB. Según Hoenig, «si incluso solo uno de los cinco mayores bancos cae, devastaría a los mercados y a la economía». La evolución que describe se puede observar gráficamente en este cuadro.

La legislación Dodd-Frank especifica que todos los bancos –sin importar su tamaño– deben poder quebrar sin causar trastornos masivos. Si las autoridades –la Reserva Federal y la FDIC– determinan que esto no es posible, tienen el poder legal para obligarlos a cambiar la forma en que funcionan, incluso para reducir su escala y alcance. Pero la realidad actual es que ningún megabanco podría quebrar sin causar otro pánico global similar al que se vivió en los días posteriores a la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y aún así, nada sustancial cambia. «El pánico es una cuestión de pánico», dice Hoenig, «la gente y los países habitualmente se protegen a sí mismos y a su riqueza antes que los demás. Por otra parte, no existen leyes internacionales de bancarrota para regular estas cuestiones y evitar la captura de los activos».

¿Alguien puede imaginar qué ocurriría con la quiebra de una corporación del tamaño de JPMorgan Chase (con activos por $3,7 billones), el Bank of America ($3 billones), o Citigroup ($2,7 billones)? Por ello, la Reserva Federal y la FDIC deben actuar inmediatamente para obligar a los megabancos a convertirse en entidades legales mucho más simples. Las estructuras corporativas actuales son opacas y esconden los riesgos en todo el mundo; y distintos “trucos” permiten a las empresas presentar el mismo capital social en más de un país.

Separar los componentes de los bancos en partes manejables es lo que parece ha intentado conseguir la Reserva Federal al exigir que los bancos mundiales con presencia significativa en los EUA operen allí a través de una sociedad controladora con buena capitalización según los estándares de ese país pero es una medida claramente insuficiente. Esto no tiene que ver con evitar los flujos de capitales por el mundo, tiene que ver con aumentar la seguridad del sistema financiero. Básicamente, eso es lo que propugna Hoenig.

No añado más a este duro baño de realidad de alguien que creo sabe de lo que habla. Eso sí, os adjunto un par de imágenes:

La subida de los activos financieros globales:

Y la comparación del actual volumen de derivados sobre tipos de interés con la del  referenciado a las hipotecas subprime que iniciaron la crisis actual

Droblo

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  • El coste del rescate bancario español depende de quién lo cuente. Ejemplo, oímos al Tribunal de Cuentas hablar, la semana pasada, de 108.000 millones de euros, mientras que hace poco más de tres meses el presidente del FROB, Fernando Restoy (en la imagen), lo evaluaba, en sede parlamentaria, en61.000 millones de euros. Al menos si la diferencia estuviera entre un evaluador privado y público, podríamos pensar que todo resulta más comprensible, pero no cuando la diferencia es entre dos evaluadores públicos (el FROB y el TC).
    Bueno, pues tampoco es eso, porque las diferencias entre estos dos organismos públicos son más aparentes que reales: los 47.000 millones de euros se deben básicamente a la no inclusión, por parte del FROB, de los Esquemas de Protección de Activos (EPA) por los que esta institución se compromete a asegurar precios mínimos de compra de activos propiedad de entidades adjudicadas a otras para su reflotamiento, por importe de 24.000 millones de euros, así como por parte del Fondo de Garantía de Depósitos, por otros 5.000 millones de euros. Luego están otros 17.000 millones de euros, tampoco incluidos por el FROB, que corresponden básicamente a líneas de crédito por importe de 7.000 y 10.000 millones de euros otorgadas, por el FROB y el Banco de España (BdE).
    La verdad es que sorprende que un organismo tan bancario como el FROB, que no deja de ser un satélite del BdE, justifique sus cifras con afirmaciones como esta: “Esta cifra no tiene en cuenta el volumen de avales concedidos por el Estado a las entidades, ni tampoco los apoyos contingentes formalizados mediante esquemas de protección de carteras de activos (EPA) en algunos procesos de integración”. Porque si alguien sabe que un aval representa el mismo riesgo como un crédito, es el banquero. Aunque tal vez ese haya sido el problema: que los responsables del FROB creen que es menos y eso explica el desastre.
    En Hispanidad nos parece que hay que separar en el rescate bancario, las ayudas públicas de las privadas. Los 108.0000 millones de los que habla el TC incluyen los 32 mil millones del FGD que, aunque gestionadas por el sector público, no dejan de ser aportaciones privadas.  Dejémoslo pues en 76.000 millones de euros de ayudas públicas, porque nosotros sí creemos que los avales y los disponibles son riesgo asumido y por tanto ayuda (si usted, lector, avala a su hijo es para que este se endeude con otro en lugar de con usted, pero el riesgo no lo corre el otro si usted es solvente).
    Sin embargo, nadie ha sumado los famosos escudos fiscales (alrededor de 50.000 mil millones de euros) que no son sino renuncias a recaudaciones futuras, bajo cualquier circunstancia, desde el momento en que se han avalado por el Estado, ni el incremento (difícilmente cuantificable) de los costes de emisión de la deuda pública desde el inicio de la crisis y hasta ahora por el tiempo, mucho, que dichas emisiones estén en el mercado. Tampoco parece que el sobreprecio pagado por la SAREB a las entidades vendedoras se considere ayuda pública, sólo porque la ingeniería financiera ejercida desde el Ministerio de Economía y Competitividad (con que fuera de Competencia ya nos valdría) ha dejado a esta sociedad fuera del sector público.
    ¿Y los costes privados? Pues mire usted, que decía el Homo Antecesor, al margen de los 32.000 millones de euros del FGD, que para eso estaban, tenemos las aportadas por los tenedores de preferentes, subordinadas y acciones que según el Presidente del FROB: “La ejecución de los ejercicios de gestión de híbridos ha supuesto un recorte medio del 26% sobre el conjunto de las emisiones de participaciones preferentes y deuda subordinada de las entidades que han recibido apoyo público”.
    Y luego la excusa: “Aunque se trata de  pérdidas significativas de valor, estas resultan inferiores a los recortes aplicados en otros países, como Irlanda, donde los recortes a la deuda subordinada fueron superiores al 70%, u Holanda”.
    Hay que decir, también, que el FROB reconoce que ha intentado reducir las pérdidas todo lo que se lo permitían las condiciones de ayuda a la banca española aprobadas por la UE, por lo que hubo un claro trasvase de ayudas públicas a los tenedores de preferentes y subordinadas, aunque a estos les haya parecido insuficiente: “La estrategia de las autoridades españolas ha consistido, por una parte, en explotar todo el margen permitido por la normativa comunitaria y nacional con objeto de aliviar la carga para los clientes minoristas”.
    A la postre, ¿cuánto ha costado el rescate bancario español? Aún no lo sabemos, pero entre fondos públicos (126.000 millones de euros como mínimo) y privados (32.000 millones de euros como mínimo) no descarten los 200.000 millones de euros, casi un 20% del PIB.
     
     
    Rubén Manso

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  • Economía de EE.UU. se descongela, según el Libro Beige de la Fed http://dlvr.it/5QmGDP 

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  • EE UU enviará tropas a Polonia y Estonia en plena crisis ucrania http://dlvr.it/5RXNbL  

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  • El déficit comercial de Japón subió casi 70% hasta un nivel récord de 134.000 millones de dólares en el último año fiscal, tercer año consecutivo de déficit, luego que las exportaciones no pudiesen compensar el alza en los costos de los combustibles.
    El Ministerio de Finanzas reportó el lunes que las exportaciones en el año que concluyó el 31 de marzo subieron 10,8% respecto al año fiscal previo, a 690.500 millones de dólares, mientras que las importaciones subieron 17,3% a 825.000 millones de dólares.
    Datos preliminares muestran que el déficit en marzo fue de 14.100 millones de dólares, el 21er mes consecutivo de déficit. La tasa anual de crecimiento de las exportaciones bajó a 1,8% en marzo, de un pico de 18,6% en octubre, mientras que la tasa de crecimiento de las importaciones ha permanecido mayormente en dobles dígitos.
    Los costos de las importaciones de combustibles en Japón han subido desde el desastre nuclear de Fukushima en marzo del 2011, que llevó al cierre de todos los reactores nucleares para revisiones de seguridad. El primer ministro Shinzo Abe espera que el reencendido de algunas de esas plantas ayude a reducir la carga para la economía.
    El déficit de Japón con los países del Oriente Medio que proveen la mayoría de su petróleo y su gas subió 18% en el año fiscal del 2013, a 133.600 millones de dólares, representando la mayor porción de su déficit general.
    Un debilitamiento del yen japonés el año pasado elevó aún más los costos de todas las importaciones, y las exportaciones no han subido tan rápidamente como se esperaba.
    No obstante, se espera que los incrementos en el déficit caigan en los próximos meses, dijo Marcel Thieliant, de Capital Economics.

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  • Comienza la última semana de incertidumbre en torno al futuro de Pescanova. El alargamiento del plazo dado por el juez de lo mercantil para que los acreedores financieros se adhieran o no a la propuesta realizada por Damm y el fondo Luxempart traslada la línea roja a las tres de la tarde del próximo martes, día 30 de abril, aunque las distancias entre la banca y los autores de la propuesta de acuerdo parecen insalvables. Esta dificultad se ve agravada por el hecho de que el propio juez ha negado en su auto la posibilidad de que se altere el contenido de la propuesta, cuyas cifras no gustan a los bancos. Además, la diferencia no consiste sólo en los 300 millones que separan la deuda recuperable por la banca (la propuesta reconoce 700 millones y la banca quiere mil), sino que es más profunda y tiene que ver con quién mandará en la Pescanova saneada y a qué precio.

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