Leonardo de Pisa o Fibonacci (hijo de Bonacci), fue un matemático italiano que vivió desde el año 1175 hasta 1250 y ha pasó a la historia por la sucesión de Fibonacci. Cuando era niño, viajó con su padre a Bugía, ciudad de Argelia (norte de África) y los sus cuidados estaban a cargo de maestros árabes.
A medida que pasaba el tiempo, se dio cuenta de la superioridad matemática de los propios árabes al sistema numérico romano de la época y a los 25 años de edad viajó por diferentes territorios para investigar sobre el conocimiento numérico de la época y proporcionarnos la base de las series numéricas actuales que constan de diez cifras (del 0 al 9).
Sobre la sucesión de Fibonacci:
La sucesión Fibonacci parte de la unidad y suma el número anterior para conseguir el próximo resultado… 1, 1 (0+1), 2 (1+1), 3 (2+1) y así sucesivamente hasta el infinito. Seguidamente muestro los primeros números de la serie:
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1.597, 2.584, 4.181, 6.765, 10.946, etc…
Esta serie numérica está presente constantemente en la naturaleza en la que estamos rodeados y forman parte en nuestro día a día. Por ejemplo, los girasoles generalmente tienen 89 espirales en un sentido y 55 espirales en el sentido contrario. Si buscamos piñas, encontraremos en cualquier variedad que sus espirales coinciden con los números de Fibonacci. También, si prestáramos atención a las hojas que nacen de las plantas y nos fijáramos en la hoja de la base del tallo de la planta y le aplicáramos el número “cero” y a partir de ese número, contamos las demás hojas probablemente encontraremos un número de la secuencia de Fibonacci. Es más, que generalmente las plantas no suelen ramificarse en la misma verticalidad, formando así una espiral, encontraríamos que los niveles de la espiral un número de la serie Fibonacci.
Parece casi magia que constantemente encontremos esta serie en nuestro entorno pero la razón es muy lógica, la naturaleza trata de ser lo más eficiente posible y tratará de conseguir, con el espacio que posee, el mayor número de ramificaciones para captar la mayor luz solar posible u ocupar el máximo espacio posible en su propia estructura.
Aplicación práctica de los números Fibonacci para la operativa en los mercados:
Una vez comprendido el origen de la secuencia de Fibonacci, vamos a utilizarlos en la rutina habitual de los mercados financieros y utilizarlos de manera que nos reporten beneficios.
Cuando detectamos un tramo de impulso en la secuencia de precios, seguidamente le acompañará un retroceso en tendencias alcistas o bien, un rebote en tendencias bajistas. Pues bien, si calculamos, en precio, desde el punto de origen hasta el final de la pauta de impulso, deberemos buscar los siguientes objetivos en los niveles de corrección más comunes:
– Último nivel de soporte/resistencia superado.
– El nivel de retroceso del 38,2%.
– El nivel de retroceso del 50%.
– El nivel de retroceso del 61,8%.
– El nivel de retroceso del 100% (retroceso de todo el tramo anterior).
Estos números no son al azar vienen determinados por los cocientes entre los números de la serie de Fibonacci.
– El nivel 38,2% (0,382) lo obtenemos como la aproximación de varias relaciones como 13/34=0,382, 21/55=0,3818, 34/89=0,3820, 55/144=0,3819 etc… Cuando el precio retrocede hasta este nivel, consideraremos que la tendencia es fuerte porque ha retrocedido hasta el nivel mínimo de los niveles de retrocesos establecidos.
– El nivel 50% (0,5), supone que el precio sufra un retroceso hasta la mitad del tramo anterior. Este número lo obtenemos como la aproximación de la relación 2/1=0,5 de la serie. Cuando el precio retrocede hasta este nivel, consideraremos que la tendencia es normal, sin demasiada fuerza.
– El nivel 61,8% (0,618) lo obtenemos como la aproximación de varias relaciones como 13/21=0,6190, 21/34=0,6176, 34/55=0,6181, 55/89=0,6179 etc… Cuando el precio retrocede hasta este nivel, consideraremos que la tendencia es débil porque el precio ha corregido gran parte del nivel anterior.
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Desconocía por completo esto de la secuencia Fibonacci y más aún que hubiera una aplicación práctica para aplicarlos a los mercados… Por lo visto las mates lo mueven todo!