¿Cómo funciona el mercado de café?
En los países productores de café, como Brasil (el mayor), Colombia o Indonesia, las semillas se cultivan en las plantaciones de la montaña. El café se envasa en sacos de 60 kilogramos y se llevan al puerto. En este punto, el café es un grano verde.
El café inicia su ruta hasta el país de destino. El mayor consumidor es los EE.UU seguido de Europa .
El producto a granel llega a los tostadores que lo tratan y obviamente se sacan un margen por ello. Este tipo de materia prima fluctúan mucho en el precio, tanto por la demanda y principalmente por la oferta ya que nunca se puede garantizar el tamaño y calidad de una cosecha.
La compra directa al granjero es algo cada vez menos habitual ya que no existe una garantía de que el producto comprado sea el mismo que el se entrega finalmente. Hay mucho riesgo de fraude.
Un desglose de precios
Respecto al desglose de precios sólamente he encontrado información de EEUU. Un bolsa de 1 libra (700 gramos) de alta calidad tiene un precio de unos 15$ en tienda, ésta se lleva unos 4$ de margen, el tostador 2$ (aquí se pierde entorno al 15%-20% del peso del café), el transportista 1.5$, otro dólar se va en llevar el grano desde las granjas hasta el puerto y finalmente se pagan 4$ por las semillas crudas aunque esto depende del poder del comprador (Starbucks paga 2-3$).
Podríamos continuar analizando los precios en la hostelería, aunque aquí se complicaría más ya que tendríamos que añadir amortizaciones, sueldos, alquileres, etc. y las conclusiones, como no podría ser de otra manera, serían casi de conversación de bar. Pero símplemente para hacernos una idea, un café espresso necesita 7-8 gramos de materia prima. Esto equivale para una taza de café vendida por 1.2€ un coste es de unos 8 céntimos en materia prima.
Oferta y demanda
El precio en el mercado de futuros de café no es siempre está relacionado con lo que pagan los tostadores o lo que reciben los agricultorres. La razón es que el precio de futuros es una apuesta en la futura oferta y demanda de café, y por lo tanto una apuesta sobre el precio que un productor puede exigir. Los precios en el mundo real tienden a retrasarse y amortiguar las cotizaciones de los mercados de futuros. Un ejemplo de esto es la nula repercusión que tienen los mercados de futuros en lo que finalmente acabas pagando por un Capuccino, que te lo suelen subir únicamente el día de 1 de Enero….
Las distintas variedades de café tienen un rango de precios muy grande. Desde los 5€ el kilo que puede costar en España un café de marca blanca hasta los 800€ el kilo del café Kopi Luwak (sacado de los escrementos de la civeta). Como véis una variedad con muy poca oferta puede multiplicar por más de 100 su precio.
Aunque podría parecer que un cliente importante como Starbucks o Nestlé podría afectar el precio, esto no es así. Ningún consumidor de café es lo suficientemente grande como para mover su precio.
A largo plazo, hay una tendencia más preocupante: el cambio climático . El café tiene cierta flexibilidad en donde puede crecer, pero con ciertos límites. Un gran problema es la pérdida de la tierra en la que el café puede cultivarse cuando suben las temperaturas y los patrones de lluvia cambian. Muchos países africanos ya no son capaces de producir. La producción podría desplazarse hacia el sur, pero está lejos de estar claro si la temperatura, las precipitaciones y el suelo será susceptible de la planta.
De momento esto no ha sucedido, y el trabajo se está haciendo para mejorar la planta de café y crear variedades que pueden crecer en un rango climático más amplio.
Como véis, algo tan aparentemente sencillo como un grano de café esconde grandes lecciones sobre como funciona la economía mundial.
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Vale, lo has logrado, acabando entrar a trabajar y ya voy a por el café...
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Yo soy el mejor y eso es inegociable.
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Primero está Gran Bretaña, y a los demás europeos, que les den. Casi lo ha dicho exactamente así el primer ministro David Cameron. O lo ha escrito, en un artículo de opinión este martes en el diario conservador The Daily Telegraph. De opinión y de amenaza: es un feroz ataque a los inmigrantes de la UE, incluidos sin mencionarlos los 8.200 españoles que se afincaron el año pasado.
Mientras en EEUU el presidente Obama está dispuesto a un ‘impeachment’ o juicio político por suplan de tender una mano a los millones de ilegales que viven y trabajan en el país, Londres quiere levantar un muro entre las islas y el continente. De hecho, ya han salido varios analistas e intelectuales que sienten que el Reino Unido ha empezado a salirse de la UE. Y eso que el referéndum para quedarse o no en Los 28 será en 2017, siempre en el caso de que ganen los conservadores las próximas elecciones.
El artículo de Cameron es una pieza sin desperdicio. Una pieza que roza o algo más la xenofobia. En lugar de una labor coordinada con otros países afectados, emisores y/o receptores e emigrantes, Gran Bretaña va a lo suyo. Como de costumbre. De ahí el título del manifiesto del primer ministro: “Estamos montando un sistema de inmigración que pone a Gran Bretaña por delante”.
Luego trata de explicar el porqué de esta ofensiva contra la inmigración. No contra la llegada de ilegales, sino también contra el derecho a la libertad de movimiento dentro de la UE: “El Gobierno tiene un plan económico a largo plazo para garantizar un mejor futuro para Gran Bretaña, y controlar la inmigración es una parte vital de ese plan. Durante el último Gobierno laborista, llegaron a este país 2,5 millones de personas más de las que se marcharon”.
Era un paraíso insostenible, se defiende, y no deja de tener razón en algunos puntos: se permitía la llegada de trabajadores ‘altamente cualificados’ y durante tres años se les dan servicios sociales, vivienda, un estipendio y sanidad mientras buscaban trabajo. De esa forma se llegó a que “teníamos más de cinco millones de personas en edad de trabajar que disfrutaban de beneficios sin tener trabajo”.
Otro dato realmente chocante: la llegada masiva de supuestos estudiantes para matricularse en centros universitarios. Muchas escuelas y facultades eran falsas. Informa Cameron: “En una de esas universidades fantasma, los inspectores no hallaron ni un estudiante; la excusa era que todos se habían ido al mismo tiempo a la Biblioteca Británica. Hemos tomado una decisión radical, cerrando más de 750 de esas universidades”.
Pero yerra en otras alusiones sobre la contribución de los inmigrantes a la economía y sobre la carga que representan para las arcas del Estado. En los últimos meses se han publicado varios estudios, unos de patronales y otros de entidades educativas, que han demostrado la falacia de que cuestan mucho los trabajadores extranjeros. En todos los casos se ha certificado que aportan más de lo que reciben, y que la economía británica se resentiría si todos esos extranjeros se fueran.
Pero Cameron quiere frenar la inmigración masiva sí o sí. En el artículo anuncia nuevas restricciones a los subsidios y ayudas sociales a los que llegan de la UE. Primero tendrán que esperar tres meses sin recibirlos, y luego sólo se les otorgarán durante otros tres meses. Ya no son tres años como antes, ni seis meses como ahora. Durante ese tiempo deberán aprender inglés y encontrar trabajo. No pueden ‘esperar algo por nada’ eternamente, argumenta. También dejarán de anunciarse miles de puestos de trabajo en el continente. Sólo se hará en Gran Bretaña y en inglés, para los de casa. Gran Bretaña para los británicos.
La sociedad ha tomado la iniciativa y Rajoy sigue en la burbuja http://vozpopuli.com/blogs/4678-javier-benegas-rajoy-en-la-burbuja …