La eterna crisis económia, la amenaza del ejército islámico, el ébola, el cambio climático, la vuelta a la guerra fría , la desigualdad mundial, la corrupción… Cualquiera que esté medianamente informado de la actualidad llegará a una conclusión rápida. Esta la cosa muy mal. Está tan mal, que a uno incluso le entran ganas de Tuitearlo y es que pese a que esté mal (esto no hay que negarlo) posiblemente sea ahora, el mejor momento de la historia para nacer. Veamos 10 gráficas que lo demuestran (la fuente de la mayoría es de este artículo) y nos ayudan a poner nuetros problemas en perspectiva.
Esperanza de vida
La misma gráfica, ampliada a los últimos 500 años.
Democracia global frente a gobiernos autoritarios
Nivel de alfabetización
Homicidios por cada 100.000 personas
Trabajadores por clase económica
Mortalidad por edad (1970 vs 2010)
Índice de dessarrollo humano
Derechos (Porcentaje de aparición de las frases “Derechos civiles”, “Derechos de la mujer”, “Derechos de los niños”, “Derechos de los gays” y”Derechos de los animales” en los libros)
PIB per cápita mundial
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Las víctimas del victimismo http://elpais.com/elpais/2014/10/10/opinion/1412950999_224596.html …
la batalla BdE-Guindos se ha agravado esta semana http://blogs.20minutos.es/un-cuento-corriente/2014/11/06/la-batalla-subterranea-entre-economia-y-el-banco-de-espana-por-controlar-el-frob/ …
Los resultados de las últimas encuestas sugieren un cambio importante en las intenciones de voto en España en el que la corrupción es un factor de mucho peso. Los esfuerzos para su corrección han sido infructuosos. Ni las leyes de transparencia ni las de enjuiciamiento criminal han reconducido estas tendencias ni han acelerado, necesariamente, la purga. Que la corrupción sea el segundo aspecto que preocupa a los españoles indica una percepción muy deficiente del funcionamiento de la política. El mayor error que podría producirse ahora es considerar que el principal impacto de estos problemas es electoral. Sus efectos de largo plazo en la economía son como los de una plaga que se extiende por las cañerías de los mecanismos de inversión, reduce la confianza externa y daña seriamente los incentivos al esfuerzo. Los ciudadanos no deben caer en la trampa de pensar que lo que la corrupción les ha robado es lo que necesitan para salir de la crisis pero tienen todo el derecho a reclamar que esto acabe porque la austeridad se digiere mal cuando desde arriba algunos se lo llevan crudo.
España ha ido progresivamente perdiendo posiciones en el conocido ranking de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional. De 177 países ha pasado de ocupar el puesto 20 al 40 en lo que llevamos de siglo. Tan sólo Siria ha perdido más posiciones que España en ese periodo. Cierto es que Italia se encuentra en el puesto 69 pero cada vez resulta más complicado juzgar a nuestros vecinos ni ver como lejano lo que en otros tiempos considerábamos ajeno.
Una cuestión fundamental para reducir los niveles de corrupción es que ésta se combata tanto o más durante las épocas de bonanza que en las crisis. Hace unos días, un artículo en Financial Times sugería que en España se es tolerante con la corrupción porque los resultados electorales en el pasado han castigado poco esos comportamientos. Invitaba a pensar, de este modo, que el porcentaje de indecisos se inclinaría finalmente hacia los partidos tradicionales. Sin embargo, la realidad se rebela algo más compleja. Por un lado, el voto no es la única opción para combatir la corrupción. Por otro lado, si se considera la economía como criterio, los ciudadanos se enfrentan a un conjunto de elecciones muy complicado, dominado por la ausencia de élites inspiradoras que combinen realismo y capacidad. La primera opción sería decantarse por apoyar de nuevo a los partidos mayoritarios, en los que se han dado los principales escándalos, confiando en que la situación se revierta y que las políticas económicas que sugieren sean las más acertadas. La segunda opción sería apoyar una alternativa emergente, la que concentra el desencanto, que hasta ahora ha sido fiera y aguda en la crítica pero, desde mi punto de vista, casi siempre imprecisa o irrealista en las propuestas. Una tercera opción, que aún no está en manos del ciudadano, es que se produzca una renovación en el liderazgo. Ahí surgiría otra duda y es si en España ese papel lo están asumiendo realmente políticos que representan lo mejor de su generación. Estaría por ver.
El voto no es la única opción para combatir la corrupción
Estas decisiones marcarán el futuro económico y social de España. Entre tanto, pedir que se hile fino es complicado. El riesgo político se azuza a veces con una simple declaración, como sugerir una amenaza de impago de la deuda en caso de que no se negocie sobre la independencia de Cataluña. Cuidado.
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Santiago Carbó es director de estudios financieros de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)
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El MUS será uno de los supervisores bancarios más grandes del mundo con más de 20 billones de euros de activos bajo su supervisión directa, en torno al 80% del total de activos de la zona euro. Además, también participará en la supervisión indirecta de más de 3.500 grupos bancarios.
Previo a su efectiva implantación, se han tomado diversas medidas. En primer lugar, se ha desarrollado su normativa de funcionamiento que traspasa las funciones supervisoras al Banco Central Europeo (BCE) y regula la relación entre éste y las autoridades nacionales. En segundo lugar, se ha dotado de los recursos suficientes para desempeñar esta función con la contratación de una cifra cercana a los 1.000 empleados, con una elevada representación española. Y, finalmente, se ha realizado un ejercicio de revisión de la calidad de activos y de resistencia de los balances del sistema financiero europeo. Así, se ha demostrado su fortaleza, con unas necesidades de capital de apenas 25.000 millones de euros y en particular del sistema financiero español, sin ningún suspenso, eliminándose así el problema de los legacy assets.
Desde el punto de vista organizacional, el MUS estará formado por 4 direcciones generales. DG-I y DG-II serán encargadas de la supervisión directa de las entidades más significativas, aquellas que sobrepasen determinados límites cuantitativos o sean importantes dentro de su sistema financiero. En total, unas 30 entidades dentro de la DG-I y unas 90 dentro de la DG-II. Por otra parte, la DG-III se encargará de la supervisión indirecta de las entidades menos significativas. Y, finalmente la DG-IV desarrollará las políticas horizontales, aquellas que aseguren una homogeneidad en las prácticas supervisoras. La supervisión efectiva pivotará sobre los Joint Supervisory Teams que estarán formados por miembros del BCE y de las autoridades nacionales, las cuales seguirán jugando un papel relevante.
En cuanto a los retos futuros destaca en primer lugar, la creación de una cultura supervisora única que asegure los mismos estándares supervisores en todos los países participantes. Esto supone “importar” las mejores prácticas de cada uno de los países, ahora 18 y dentro de poco 19, y no asumir las prácticas supervisoras de una autoridad particular. Esto aseguraría un tratamiento ecuánime a las entidades independientemente de su localización geográfica. La reciente publicación de las Guías de Supervisión ha sido un paso importante en este sentido.
En segundo lugar, establecer una coordinación adecuada con otros supervisores de estados participantes. Si bien la responsabilidad última del diseño y la ejecución de la supervisión recaerán sobre el BCE, las autoridades nacionales mantendrán un papel relevante, no solamente en la supervisión indirecta sino también en la directa. De este modo, se deberá establecer el marco adecuado de relación entre las autoridades supervisoras nacionales y el BCE. Esta relación está fijada en la normativa reguladora del MUS, pero su efectiva implantación puede no ser tan sencilla, al menos en el corto plazo.
En tercer lugar, debería haber una separación clara de funciones en el seno del BCE. Si bien el MUS es independiente de la función de política monetaria, el decisor último en materia supervisora será el Consejo de Gobierno del BCE. Por ello, contar con mecanismos adecuados que eviten la injerencia e influencia de ambas responsabilidades del BCE es imprescindible.
En cuarto lugar, la combinación de políticas micro- y macro-prudenciales. Estas últimas descansan sobre las autoridades nacionales y pueden ser útiles en la prevención de burbujas financieras. Por ello deberían estar coordinadas a nivel europeo. Ahora bien, evitando su uso para imponer requisitos más exigentes por la “puerta de atrás”.
En definitiva, el lanzamiento del MUS es un hito en la creación del proyecto europeo con grandes ventajas en general pero que requerirá la adaptación a una nueva realidad de todas las partes afectadas. Por ello, un período de transición se vislumbra necesario y no se puede ni debe esperar una ruptura total con la realidad anterior.
AGENDA económica del día http://dlvr.it/7QxQvX
Somos hipócritas de los co.jo.nes. Se cura la Teresa esta y ¡hala! ya no hay ébola en España. ¡Aplaudamos todos con las orejas! Particularmente me esperaba otra cosa y que la salida del hospital sería a bombo y platillo. ¿No será que cierto colectivo de doctores en medicina le habrán echado unos fajos de billetes para que no diga nada? Me explico: en el mundo sanitario hay castas que son los dioses (médicos), semidioses (enfermería) y los demás mortales. Me imagino el protocolo que seguían cuando se quitaban los trajes especiales, a saber: "al médico se lo quita la enfermera, a la enfermera la auxiliar y a la auxiliar que le den....." ¿Cuántos médicos españoles hay infectados con ébola? Pensar un poco. ¡Hala pues!
Respecto al comentario de hoy: qué pocas ganas de trabajar había, eh?