El tipo de cambio de 4,30 bolívares por dólar se mantuvo durante veintidós años hasta el Viernes Negro de febrero del años 1983, en el que el Gobierno de Luis Herrera Campins promovió un Régimen de Cambios diferenciales:
– Un dólar preferencial a 4,30 bolívares para los títulos de deuda pública, privada y bienes de primera necesidad
– Un dólar a 6 bolívares para aquellos gastos que podríamos calificar de no esenciales.
– El dólar flotante para los turistas y gastos superfluos, inicialmente se estableció en 7,50 bolívares por cada dólar pero la moneda venezolana se fue devaluando mes a mes.
En los sucesivos periodos presidenciales el cambio flotante del bolívar fue perdiendo su valor frente al dólar. En enero de 1990, cada dólar ya era intercambiado por 42,65 bolívares y ya en el año 2000, con Hugo Chávez en el poder, el dólar se intercambiaba por 654,67 bolívares.
En enero del año 2003, el tipo de cambio era de 1.924 bolívares por cada dólar pero en febrero se estableció el control del tipo de cambio en Venezuela a una tasa de cambio fijo de 1.600 bolívares por dólar. Una medida cuya finalidad era evitar el proceso de fuga de capitales que vivía el país y se crea la Comisión de Administración de Divisas, por sus siglas CADIVI. En 2004 el tipo de cambio fijo lo devaluaron hasta los 1.920 bolívares por dólar y el 2005 el tipo de cambió fijo lo llevaron a hasta los 2.150 bolívares por cada dólar.
Los precios llenaban de ceros las etiquetas de los productos comercializados y en 2008 Chávez estableció el “Bolívar Fuerte” que quitaba tres ceros al bolívar, por lo que la tasa de cambio quedo fijada en 2,15 bolívares fuertes por cada dólar.
La nueva unidad monetaria, no detuvo el proceso de devaluaciones y en enero de 2010 se instauró una tasa de cambio paralela de 4,3 bolívares fuertes por dólar y el cambio de 2,15 bolívares fuertes se mantuvo para aquellos sectores que se consideraron estratégicos. En junio de ese mismo año, entró en vigor el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (SITME) que fijó otra tasa oficial de 5,30 bolívares fuertes por cada dólar para aquellas importaciones que no fueran prioritarias y que de un modo muy restringido podía ser utilizado por la población.
Pasaron apenas tres años y en 2013 el gobierno venezolano volvió a hacer de las suyas… Primero la tasa de cambio se devaluó hasta los 6,30 bolívares fuertes por dólar y eliminó el SITME, para crear el SICAD, que era una subasta por la que familias y empresas podían adquirir dólares, el gobierno prohibió que el SICAD hiciera públicos los precios oficiales del bolívar frente al dólar para no reconocer la devaluación encubierta. Si contamos el mercado negro en el que se comercializaban bolívares fuertes, existían tres tipos de cambio frente al dólar ¿Les parecen pocos? Pues bien en 2014, el CADIVI se incorporó al Centro Nacional de Comercio Exterior (CENCOMEX) y se creó el SICAD II, un cuarto mercado, que incorporaba más sectores para adquirir dólares con el fin de luchar contra el mercado negro existente.
Y ya entramos en 2015, en el que la tasa oficial para adquirir dólares para sectores de alimentos y salud es de 6,30 bolívares fuertes por cada dólar. Los sistemas SICAD I y SICAD II han quedado unificados en una única subasta, en el que el precio inicial fue de 12 bolívares fuertes por dólar. Por último, se ha “legalizado el mercado negro” en un Sistema Marginag de Divisas (SIMADI), un mercado en el que oferta y demanda fijan el precio de los bolívares fuertes frente al dólar y el primer cruce oficial ya era de 170 bolívares fuertes por cada dólar.
¿Cuáles han sido las consecuencias de este proceso de represión monetaria?
Al devaluar, dificultar el acceso a las divisas y tener menos ingresos por el desplome de los precios del crudo. importar productos cada vez es más caro y este empobrecimiento continuo se muestran en una inflación desatada, que según el Banco Central de Venezuela, en el año 2014 cerró en el 68,5%, siendo la más elevada del mundo y para los alimentos, el aumento de precios fue del 102,2%.
El control de divisas afecta tanto a residentes como a no residentes, porque estudiantes venezolanos en España no tienen la posibilidad de que les acepten los giros bancarios desde Caracas, lo que les pone en serias dificultades de pagar sus estudios y mantenerse en el país.
Para finalizar, por el lado de las grandes empresas también hay consecuencias, por ejemplo Telefónica ha comunicado que tras la nueva devaluación, el valor se sus activos en Venezuela se han visto reducidos en 2.840 millones de euros. Según ha comunicado la compañía, la aplicación de este nuevo tipo de cambio han afectado al EBITDA y el Resultado Neto del grupo, que se han visto reducidos en 915 y 399 millones de euros respectivamente. Referente a la caja de Telefónica, la devaluación de los activos financieros netos ha sido de 1.231 millones, por lo que el volumen de caja de la filial venezolana a cierre de 2014 es de 390 millones de euros.
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de verdad q para Venezuela ha sido una devaluacion eternal el estado no ha podido encontrar una manera de poder arreglar esta situacion y para los consumidores se hace cada vez mas dificil poder acceder a comprar dolares o realizer transacciones en esta moneda porque el precio no es establecido de manera correcta.