Por un lado Europa ha conseguido que Grecia acepte una prórroga del rescate en las mismas condiciones que los anteriores: Grecia se compromete a hacer reformas sin revertir ninguna medida ni a cambiar los objetivos fiscales sin consultar antes con las instituciones. Además, uno de los párrafos del comunicado deja claro que “Grecia acepta su compromiso inequívoco para hacer frente a sus obligaciones financieras con todos sus acreedores y en los plazos fijados”. Es decir, a pagar toda su deuda, sin quitas ni reestructuraciones.
Por otro lado Grecia anuncia su victoria en las negociaciones ya que, según el ministro Varoufakis, Grecia gana en independencia y margen de maniobra para acometer su política de reestructuración. A cambio promete responsabilidad, comprometiéndose a “no cambiar legislación o introducir medidas unilaterales que pongan en riesgo la recuperación económica, la estabilidad financiera o la posición fiscal del Gobierno”. Según ellos, han evitado la obligación de tener que implantar medidas recesivas que recorten los planes expansivos de la economía que el gobierno griego tiene en mente. A cambio, no habrá renegociación de deuda: ésta se devolverá en los plazos y cantidades acordadas.
En definitiva, nadie pierde, nadie cede y todos salen contentos.
El caso es que las líneas rojas de la política del nuevo equipo de gobierno griego no salen muy mal paradas. No tendrán la obligación de retocar pensiones o salario mínimo interprofesional, podrán centrarse en la lucha contra el fraude fiscal como principal caballo de batalla para conseguir ingresos extra y además consiguen no tener que subir el IVA para conseguir esos ingresos extras que demandaba Europa para poder sanear las arcas públicas. De hecho, el viceministro de Finanzas, Dimitris Mardas, ha elaborado un estudio que estima que se pueden recaudar 1.500 millones de euros combatiendo el contrabando de combustible, 800 millones de la lucha contra el contrabando de tabaco y 2.500 millones haciendo frente a la corrupción. Con esos ingresos extras, el gobierno griego pretende hacer frente a sus obligaciones europeas y además conseguir financiación para paliar la crisis humanitaria que sufre el país.
El caso es que la deuda pública griega asciende a 315.000 millones de euros, igual que en 2010, solo que ahora, debido a que la economía del país heleno se ha contraído un 25% desde el inicio de la crisis, esta deuda supone el 176% del PIB, mientras que en aquel entonces “solo” suponía un 134% del PIB.
En cuanto a la cantidad que entre Europa y el FMI se ha prestado a Grecia en varias fases, bien por vía directa, bien en garantías, un total de 226.700 millones de euros, de los que 19.000 millones corresponden a la cuota española. El problema es que, dadas las draconianas condiciones impuestas, más de la mitad de ese crédito se ha dedicado precisamente a la devolución y el pago de ese crédito. Según un estudio realizado por Yiannis Mouzakis, del ‘think tank’ Macropolis, el 51% de todos los fondos se ha destinado a devolver la deuda. En concreto, 81.300 millones (el 32%) a vencimientos de letras y bonos; 40.600 millones (el 16%) a intereses; y 9.100 millones, un 3%, a devolver dinero al FMI. Más otros 11.300 millones (un 4%) para recompra de títulos. Si a estas cifras le añadimos los 48.000 millones que se han destinado al rescate de las entidades financieras y los 2.300 con los que el país ha tenido que contribuir al fondo de rescate europeo, nos queda que sólo alrededor de 30000 millones de euros han ido efectivamente a paliar efectivamente las necesidades operativas del estado heleno.
En definitiva, el rescate europeo parece pensado para que no pueda ser devuelto jamás, para que el país rescatado tenga que seguir endeudándose sólo para poder ir devolviendo la propia deuda, lo cual tiene una estructura piramidal que sólo puede ir al desastre.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que Europa también ha hecho los deberes. En estos momentos, aunque no se tiene sobre la mesa, la posibilidad de que Grecia abandone el Euro es viable en las cuentas europeas. Por un lado, la gran mayoría de tenedores de deuda son organismos supranacionales (MEDE, FMI, BCE, Banco Mundial), por lo tanto los bancos tienen una exposición muy baja, así que lo que hubiera supuesto la quiebra de muchos de ellos en 2010, ahora casi no tiene repercusión; por otro lado, la sombra de la posible insolvencia griega ha hecho que mucha parte de la deuda esté provisionada. Pero es que además, hay que recordar que Grecia sólo supone el 2% de la economía de la Eurozona (y bajando esta importancia relativa).
Para Grecia sin embargo, ese escenario supondría una bancarrota automática, una nueva moneda con una devaluación brutal, un cierre de mercados financieros internacionales, una pérdida de poder adquisitivo de la población griega, hiperinflación… en definitiva, la ruina absoluta.
Así pues, teniendo en cuenta que un escenario de posible insolvencia griega y su posterior salida del euro sería mucho más perjudicial para Grecia que para Europa las sonrisas más creíbles por ahora son todas menos las griegas.
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Carnaval de solsona, pagado con dinero público y retransmitido por varias televisiones públicas catalanas:
http://youtu.be/orPEjt3bGtU
También ha apareció un cartel donde ponia en catalán "Ven a matar españoles"... segun el ayuntamiento, "lo habrá puesto alguien que quiere hacer daño a Cataluña".
Si... vamos bien por aqui.
Y ni se te ocurra ponerte malo si eres charnego!
http://www.libertaddigital.com/espana/2015-02-22/el-fanatismo-ideologico-en-cataluna-ya-cala-en-el-sistema-sanitario-1276541392/
Help
La Guerra de Divisas, la QE y la Teoría de la No Evidencia http://dlvr.it/8jGNPF
"Por otro lado, hay que tener en cuenta que Europa también ha hecho los deberes. En estos momentos, aunque no se tiene sobre la mesa, la posibilidad de que Grecia abandone el Euro es viable en las cuentas europeas. Por un lado, la gran mayoría de tenedores de deuda son organismos supranacionales (MEDE, FMI, BCE, Banco Mundial)"
Los deberes de Europa son por tanto estafar a sus ciudadanos en favor de los bancos (alemanes principalmente). No esta mal el disparate.
En Europa pensamos que podemos seguir flotando plácidamente como un gran mamífero marino en su apacible hábitat sin que nada (ni nadie) interrumpa ese estado de ensoñación extática. Todavía no nos hemos enterado de que, en realidad, estamos en una trinchera del Somme y que los cartuchos se acaban.
Si. Puede que los datos estén brotando recientemente pero creo que a estas alturas todos sabemos ya que debemos dejarnos de operaciones cosméticas y emplearnos a fondo en darle un lavado de cara a nuestras economías si queremos tener alguna posibilidad de competir en un mundo de una crudeza tan compacta que, echando un simple vistazo, te puede dejar aterido de frio.
Francia ha tirado de “decreto” para impulsar una serie de medidas con las que dar la vuelta a la situación de estancamiento. ¿Quieren reírse? Las tiendas podrán abrir 12 domingos en vez de 5. La protegida profesión de notarios se abrirá. Los procesos de arbitraje laboral serán liberalizados, y se crea una nueva ley que permitirá cambiar la regulación laboral (aunque hoy, nada de nada).
Díganme ahora ustedes, ¿de qué manera estas medidas pretenden resolver los problemas de oferta (empresarial) anómala e ineficaz en Francia? De ninguna! Es pura cosmética! (Y algunos acusan a Hollande de girar al centro. Irónico, ¿verdad?
Vayamos a otro punto del mapa Europeo. Grecia dice que alcanzó un acuerdo con sus socios para extender el programa de asistencia durante cuatro meses. Aquí tengo varias observaciones.
Primero. ¿No era el nuevo gobierno de Syriza que, desde el primer día, dijo no aceptan una extensión del rescate? Pues dos platos.
Segundo. ¿Realmente tenemos un acuerdo? ¿De qué? Por favor! Con una corrida bancaria de €1bn por día, Grecia tuvo que acceder el viernes a las demandas de Bruselas para extender el apoyo de liquidez (y así evitar el colapso bancario de hoy lunes. Ya saben como va esto).
Tercero. Lo que tenemos, a cambio de extender el apoyo financiero, es un fin de semana de deberes para el nuevo gobierno de Tsipras. Deberes que deben estar sobre la mesa del profesor hoy lunes. ¿Qué cuáles son estos deberes? Una lista de reformas (ojo! sobre la base de las condiciones fijadas en el programa actual. Una manera eufemística de decir que sigas aplicando la misma austeridad. Dichas reformas serán validadas por la Troika y por los 19 socios (por supuesto, sujetas a revisión).
No digo que esté mal. Sencillamente que estamos donde estábamos (y eso es muy difícil de vender a los votantes de Syriza), lo que muy probablemente genere nuevas fricciones, y entonces … volvemos a empezar).
Pero prescindamos de todo este asunto de las negociaciones (que no me interesan en absoluto). Lo que me está llegando es que en la propuesta (deberes) que Grecia estaría haciendo llegar ya a Bruselas, los esfuerzos (reformas) del nuevo gobierno de Tsipras se centran en dos ejes: Lucha contra la evasión fiscal y anti-contrabando; y una mayor eficiencia de la administración pública. Bravo!!!
Les pregunto de nuevo (como lo hice antes en el caso de Francia). ¿De qué manera estas medidas pretenden resolver los problemas de oferta (empresarial) anómala e ineficaz en Grecia?. De ninguna! Es pura cosmética!
Nadie en la Eurozona parece estar dispuesto a afrontar una operación de lavado a fondo de nuestra estructura productiva. Seguimos enfrascados en operaciones de demanda (cuando ésta se muestra exhausta). Sigamos pues, flotando como mamíferos marinos.
Disfruten de los brotes verdes en Europa porque, con cosmética, sólo serán eso. Brotes.
¿Derivadas de esto? Brotes breves y presencia prolongada de los Bancos centrales.
Todo ello debiera ayudarnos a calibrar nuestro posicionamiento de largo plazo. Eso sí, de momento, disfruten de la fiesta del dinero … mientras dure.
Saludos
Alex FUSTE MOZO
Chief Economist
Luz sobre la relación entre fracking y terremoto de Albacete: http://cienciasycosas.com/2015/02/23/fracking-terremotos-en-albacete-y-todologos/ … "En España NO existe ningún pozo de Fracking en activo"
La mitad de los altos cargos del Gobierno cobran más que el Presidente http://bit.ly/17qfdCb
Todo apunta a la vuelta inminente del crédito, pero ni va a ser el mismo en cantidad (visto lo visto, mejor que así sea) ni va a ser exactamente el tipo de crédito que se venía concediendo en los años anteriores a la crisis (sin burbuja, no hay paraíso). El cambio cualitativo viene inducido, en gran medida, porque habiendo quedado en gran parte atrás el monoteísmo inmobiliario, los préstamos tienen que orientarse a un tejido productivo dominado por las pymes en un amplio número de sectores.
Tras limpiar los balances, reforzar el capital, aligerar estructuras, desprenderse de activos y buscar alianzas y fusiones, el sector bancario deja atrás las estrategias defensivas y adaptativas y pasa obligadamente al ataque. Es tiempo para el crecimiento orgánico, el que viene inducido por el negocio y no por operaciones corporativas. Por ahí pasa la rentabilidad y el valor de franquicia de un banco y ya es tiempo de que sea así. En estos días las entidades financieras españolas están anunciando con particular énfasis sus objetivos de crédito para 2015, lo que cabe acoger con cierto optimismo. Son objetivos en muchos casos ambiciosos, como si con ello se sumaran finalmente a empujar el carro del crecimiento. Y lo van a hacer en la base empresarial. De hecho, el nuevo crédito está creciendo ya para pymes y bajando para las grandes empresas.
Aunque ahora estemos todavía en los albores de este cambio, la competencia va a ser intensa y va a requerir transformaciones en los bancos para acercarse a las pymes de forma más proactiva. También en las empresas, para hacer su información más atractiva y manejable. En todo caso, el problema de información asimétrica cuando se financia un nuevo proyecto a una pequeña sólo puede resolverse con modelos de evaluación (scoring) suficientemente flexibles y, en ningún caso, equiparando a las pymes con particulares.
Los sistemas tradicionales de evaluación de créditos no sirven cuando un componente fundamental de la información es relacional, se genera por la experiencia de la relación bancaria o por el conocimiento del medio, la empresa o el empresario evaluado. Ya antes de la crisis los modelos de evaluación de préstamos a pymes en España eran mucho más limitados en su diversidad que en Estados Unidos. Ahora, la eclosión de este tipo de financiación en España se va a producir en un ambiente de negocios distinto, donde la economía colaborativa y los canales de información requieren mucha flexibilidad y habilidad más allá de un “cara a cara” en una oficina.
La evidencia empírica en revistas de prestigio —tan poco valorada estos días en relación con las opiniones de sube y baja por las que se juzga la calidad de los economistas— está ofreciendo de forma robusta algunos resultados de los que podemos aprender mucho. Por ejemplo, que aplicar modelos de scoring estandarizados a las pymes dispara las tasas de morosidad. Y que ese tipo de scoring deniega crédito a muchas empresas cuya calidad crediticia puede acreditarse mediante modelos más “relacionales”. O que si la competencia bancaria es demasiado elevada en el ámbito local, las entidades tienden a conceder préstamos de mala calidad.
En un entorno de economía colaborativa y de canales de financiación alternativos, los bancos van a afrontar más competencia, pero también tienen la oportunidad de absorber el valor informativo de esos canales y, mediante la colaboración, crear una red informativa que aumente los préstamos a pymes sin detrimento de su calidad. Los bancos siempre han hecho lo mismo, sólo cambian la forma de hacerlo. Y estos tiempos requieren nuevas formas que ya se perciben.
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Santiago Carbó es director de estudios financieros de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Ahora que la unión bancaria está dando sus primeros pasos, la Comisión Europea va a orientar sus esfuerzos hacia la creación de una unión del mercado de capitales, su nuevo proyecto estrella. La iniciativa aborda con un nuevo nombre una cuestión que viene de lejos y que está en el ADN de la Unión Europea, el mercado único de capitales.
La nueva iniciativa europea pretende profundizar y perfeccionar el concepto fundacional de mercado interior en lo relativo a la libre circulación de capitales. El objetivo último es que las empresas europeas encuentren una oferta amplia para financiar sus proyectos y que los ahorradores encuentren formas adicionales de invertir su dinero para así fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo.
Es una propuesta que combina una amplia variedad de medidas pero que puede resumirse en dos grandes objetivos. Primero, favorecer el desarrollo de nuevos mercados/productos financieros para diversificar las fuentes de financiación de la economía real europea que tiene una alta dependencia de la financiación bancaria -frente a lo que, por ejemplo, ocurre en EE.UU. donde la mayor parte de la financiación proviene de los mercados de capitales-. Se trata por tanto de promover fuentes de financiación complementarias a la bancaria, más que de sustituirla. Segundo, eliminar barreras legislativas y armonizar las regulaciones para en última instancia integrar los mercados de capitales, de forma que se logre una mejor asignación de capital en la Unión. Esto afecta a cuestiones tan diversas como el régimen fiscal, los requerimientos de información exigidos a las empresas emisoras, las leyes de insolvencia o las normas contables aplicables. Se trata en muchos casos de cuestiones legisladas a nivel nacional y que no resultan fácilmente modificables.
Para conseguir estos objetivos, la Comisión Europea ha presentado a consulta pública esta misma semana un primer plan de trabajo. En el corto plazo, se priorizarán cuestiones tan diversas como las medidas que revitalicen las titulizaciones de alta calidad, la identificación de mejoras en la información crediticia de las PYMEs, la simplificación de la normativa de folletos que agilice la emisión en los mercados de deuda, el desarrollo de un marco europeo para las colocaciones privadas de títulos emitidos y la promoción de la financiación de largo plazo.
En el medio-largo plazo, se buscará avanzar en la eliminación de barreras legales y armonización de los marcos normativos aplicables a cada uno de los productos. Asimismo, se perseguirán estrategias que permitan ampliar y diversificar las fuentes de financiación a través de la atracción de inversores minoristas, inversores institucionales -incluyendo nuevas formas de financiación como el préstamo peer to peer- e inversores internacionales. Por último se trabajará para desarrollar mercados como el de crowdfunding, bonos colateralizados o deuda corporativa.
Existen diferencias significativas con la unión bancaria por la naturaleza y ámbito de aplicación de ambos proyectos. Así, la unión del mercado de capitales aplica a los 28 países de la UE, mientras que la unión bancaria se enmarca en la eurozona. Aquélla busca la integración de los mercados de capital y la unión bancaria busca la ruptura del círculo soberano-bancario. Adicionalmente, el traspaso de competencias a las nuevas instituciones europeas de supervisión y resolución en el marco de la unión bancaria, no resulta indispensable por el momento para el correcto desarrollo de la unión del mercado de capitales. Además, el cambio tectónico que ha supuesto el lanzamiento de la unión bancaria, sin duda el más ambicioso desde la creación del euro, no parece que vaya a replicarse con este proyecto. En todo caso, son proyectos complementarios y que van en la dirección correcta de más integración y más Europa.
Aunque resulta prematuro valorar la iniciativa por encontrarnos al inicio del proceso y con un diseño todavía por concretar, es indudable que el objetivo perseguido es positivo para Europa y como tal debe ser acogido. La diversificación de las fuentes de financiación ayudará a la economía europea a ser más competitiva y el incremento de la competencia en el sector acabará redundando en una mayor eficiencia en la asignación del capital. No obstante, se trata de un cambio estructural que tardará un tiempo en producirse. En el verano de 2015 se conocerá la hoja de ruta concreta con que la Comisión trabajará y aunque se irán dando pasos intermedios, no será hasta 2019 cuando el nuevo marco esté implementado. Hasta que el proyecto se materialice en resultados concretos, Europa necesitará una banca fuerte que pueda otorgar la financiación que la economía requiere para crecer.
Montoro asegura que la mayoría de las filtraciones tributarias proceden de los investigados http://www.20minutos.es/noticia/2380456/0/cristobal-montoro/filtraciones/investigados/ …