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Vuelve, ladrillo, vuelve: entrevista

ladrillo(1)José Luis Ruiz Bartolomé es un experto inmobiliario (tanto por su experiencia laboral como por sus numerosos escritos acerca del tema) que en 2010 publicó “Adiós, ladrillo, adiós: claves para superar el crash inmobiliario” y que hace algunas semanas presentó junto con Susana Burgos Manzón “Vuelve, ladrillo, vuelve”.  Mi opinión sobre el libro es que se podrá estar de acuerdo o no con sus conclusiones pero es un texto razonado con buenos argumentos que, adelanto para el que esté interesado en leerlo, es útil tanto para un inversor inmobiliario como para una persona con algo de interés en la economía hispana.

D – Creo que para entender que la situación haya cambiado tanto, a tu juicio, en estos 5 años como para que variaras tanto los títulos, nos deberías hacer primero un resumen para el que no leyera “Adiós, ladrillo, adiós” sobre cómo veías la situación inmobiliaria española entonces.

J.L.- A.L.A. se publicó en 2010 aunque fue escrito en un 90% durante 2009. Fue en ese año porque me quedé sin trabajo y tenía tiempo para escribir. Y no me refiero a que me quedé sin puesto de trabajo, que también, sino a que el contenido de mi trabajo se volatilizó del todo. Imagina que tienes un taller de coches y que de un día para otro los coches desaparecen y nadie los usa. O que eres broker de bolsa y las bolsas del mundo cierran y te quedas sin contenido. Pues bien, durante 2009, 10, 11 y 12 el submercado inmobiliario en el que yo trabajaba se esfumó. ¿Y por qué pasó esto? ¿Por qué ha tardado tanto en reaparecer? Porque no había voluntad política y económica de tomar el toro por los cuernos.

En el primer semestre de 2008 la España no inmobiliaria vivía feliz, ajena a la crisis, pero la bomba que se iba a llevar todo por delante había estallado en verano de 2007. A mí me pillaron dos operaciones cerradas y acordadas en el mes de julio que se vinieron abajo en septiembre. Y no había vuelta atrás. La banca española dependía absolutamente de la financiación extranjera, y la desconfianza se iba para no volver hasta no hacer los deberes. Pero el problema no era el cierre de los mercados tras el verano de 2007, sino lo que quedó en evidencia: “Cuando baja la marea, se ve quién lleva y quién no lleva bañador”, creo que dijo Warren Buffet. Y España estaba en pelotas.

Había una gran burbuja. Una burbuja de cantidad y de precio. Y había que pincharla.

La burbuja inmobiliaria estuvo sustentada en una burbuja de crédito. Sólo modificando los parámetros hipotecarios clásicos conservadores por otros basados en el rabioso tipo variable podía darse el contrasentido de que las viviendas de las pequeñas capitales del interior del país fueran más caras que las de Burdeos, Marsella o Hamburgo. En declaraciones expresamente hechas para “Vuelve, ladrillo, vuelve”, Santos González, presidente de la AHE, nos dijo que “si coges el precio del metro cuadrado y el importe de la cuota hipotecaria, la regresión es de uno. El encarecimiento de la vivienda fue consecuencia de la mejora de la financiación: ni ley del suelo de Aznar ni gaitas”.

D- Sin embargo, ahora los hechos parecen haber cambiado tu punto de vista, ¿Puedes resumirnos tu visión actual?

J.L.- Todo lo relevante que ha ocurrido en España desde el comienzo de la crisis hasta hoy está relatado con detalle en “Vuelve, ladrillo, vuelve”. España ha sido el último país en pinchar su burbuja. Como decía antes, cuando todo se paró había una burbuja de cantidad y otra de precio. La de cantidad -el stock- se ha drenado sólo en parte. Pero ha sido justo en la parte más dinámica del país: en Madrid, Barcelona, Málaga o Vizcaya el stock ha dejado de ser relevante. El de costa, que era el más abundante, sigue siendo elevado en cifras absolutas pero no relativas. El constante aumento de particulares extranjeros comprando vivienda en la costa desde 2010 ha sido providencial.

La burbuja de precio no se ha pinchado hasta 2012. Hasta ese momento, la banca, con el consentimiento del Banco de España y de los poderes públicos, sólo había hecho un esfuerzo muy limitado y amoldado a su cuenta de resultados. En 2012 el Gobierno entrante es consciente de que España está al borde del default, y la UE no admite seguir escondiendo las miserias bajo la alfombra: el propio euro está en juego. Los decretos de De Guindos conducen a la quiebra de las cajas, el rescate financiero, y la creación del banco malo. Es el principio del fin de la crisis.

A fecha de hoy los precios han caído un 45-50% en términos reales, y el stock ya no es un impedimento para que la promoción de obra nueva pueda desarrollarse en muchos submercados. Si a eso añadimos la vuelta del crédito, y la mejora de perspectivas de los ciudadanos, nos encontramos ante las condiciones necesarias para la reactivación del mercado.

D- Los que te seguimos en twitter sabemos que llevas ya muchos meses advirtiendo de esta vuelta del ladrillo y ahora dices que es el mejor momento para comprar, ¿No te da miedo que haya una nueva caídas de las cifras macro bien por el contexto internacional (¿Grecia, Ucrania…?) bien por la inestabilidad política española (ingobernabilidad como en el caso de Andalucía por ejemplo) y eso afecte a la recuperación inmobiliaria?

J.L.- Desde que la Sareb dio un giro a su política de precios inicial -iban caros-, entendí que todo era cuestión de tiempo, pero que la crisis tocaba a su fin (segunda parte de 2013). Los cambios de ciclo son procesos lentos, hay muchas inercias y miedos al principio, pero si estás dentro del mercado sabes que ya no es lo mismo. A principios de 2014 algunas entidades bancarias empezaron a ofrecer crédito, las operaciones de fondos de inversión se multiplicaban, las socimi captaban capital sin problemas,… Todo eran señales de cambio. Y España mejoraba sus cifras macro. Eso, que yo lo veía en mi día a día, os lo trasladaba en twitter. Y había mucho escepticismo. Piensa que cuando Susana y yo decidimos escribir este libro fue entre finales de 2013 y principios de 2014. Ya lo veíamos venir. La casualidad ha querido que la publicación del libro coincida con muchos titulares que dicen que “el ladrillo vuelve”.

Con los precios actuales -que dan una rentabilidad a la vivienda desconocida en las últimas décadas-, y los impresionantes tipos fijos en el mercado, es una ocasión única para comprar. Eso sí, no todo vale. Es un momento de estar más atento que nunca a la “location”.
Al final del libro evaluamos los posibles elementos que pueden llevar a descarrilar la recuperación de la actividad. Francamente, y salvo que un Podemos nacionalizador e hiper intervencionista llegue al poder, no creemos que el nuevo ciclo se pueda frustrar pero, bueno, no somos futurólogos.

D-  Dinero barato e incentivos para aumentar el crédito fueron las claves de la recuperación económica global de los primeros años de este siglo y parece esa “solución” para salir de la crisis no ha cambiado para nuestras autoridades económicas y políticas, ¿No temes que la situación actual nos puede llevar de nuevo a una burbuja como la que estalló en 2007?

J.L.- A dos o tres años vista no lo veo. Estamos todos (ciudadanos, bancos, promotores,…) demasiado sensibilizados por todo lo que ha pasado como para perder la cabeza en este sentido. La medición del riesgo por los bancos es severa; los particulares analizan mejor sus decisiones, y los promotores no están entrando al trapo de pensar que los precios van a subir y eso me justifica pagar más por un solar de lo que debo. No hay crédito para el suelo, y eso cercena mucho la posibilidad de un crecimiento brutal de la oferta. Tampoco hay crédito para perfiles mileuristas: la sobreprotección del deudor como consecuencia de la problemática de los desahucios -y la imposibilidad de facto de garantizar debidamente sus préstamos- ha llevado a los bancos a desechar al menos de momento a esta parte de la demanda. El alquiler crece, no por descarte, sino como una elección querida por muchos. La demografía ha iniciado un camino descendente. El Banco de España ha instalado auténticas “murallas chinas” entre los bancos y las tasadoras. Las politizadas y descontroladas cajas ya no existen. En fin, hay muchas razones para pensar que no hay burbuja a la vista. Pero claro, siempre llega un momento de exceso de confianza. Debemos estar vigilantes y advertirlo cuando llegue.

D- ¿Crees que la recuperación económica de España (si nos atenemos al crecimiento del PIB) de los últimos trimestres es causa o consecuencia de la mejora del sector inmobiliario?

J.L.- Los primeros datos positivos de PIB se empezaron a dar durante 2014. En ese año, aunque se movió mucho dinero en el inmobiliario, fue una inversión no productiva, puramente financiera. El año pasado se han terminado 40 o 50.000 viviendas. Este año serán unas 10.000 más. Son cifras muy, muy bajas. Con todo esto te quiero decir que esta vez el ladrillo no es el motor de la recuperación, aunque con el paso del tiempo irá aportando cada vez más al crecimiento del empleo y el PIB.

D- Como experto en el sector conoces la polémica que existe acerca del número de viviendas vacías que aún existen en España y que muchos creen condicionará tanto la velocidad de la recuperación de los precios como las diferencias geográficas ¿Cuál es la cifra que tu manejas, a cual das por buena de todas las que se comentan? Porque eso y la bajada demográfica son los principales argumentos para los que vaticinan un negro futuro para el sector…

J.L.- Bajo mi punto de vista, lo relevante no es el número de viviendas vacías, sino el stock de obra nueva. Viviendas vacías hay muchas por razones de diversa índole: por ejemplo, hay quien tiene casa en distintos lugares de playa y montaña y que apenas las usa unos días. Otros que las compran pensando en los hijos y mientras las tienen vacías. Otras son alquiladas temporal y vacacionalmente pero no son transparentes al fisco. Lo que habría que preguntarse es qué lleva al español medio a tener casas vacías. Por qué no ponen esas casas a rentar. Pero yendo al grano, el stock de obra nueva ha llegado a representar cerca de 800.000 en el peor momento de la crisis. Ahora deben andar algo por encima de las 400.000. Aunque es probable que incluso sean menos. Es sabido que Sociedad de Tasación el año pasado se dedicó a contarlo en la Comunidad de Madrid y encontró 9.000, de las que unas 2.500 estaban en la capital. Pues bien, la cifra que daba Fomento en ese momento para la Comunidad era de unas 40.000. Personalmente, desde hace tiempo sigo las cifras de CEPCO, la patronal de fabricantes de productos de construcción. No es una estadística perfecta, pero sí creo que se ajusta mucho más a la realidad. En “Vuelve, ladrillo, vuelve” no eludimos la cuestión y la tratamos suficientemente. De todas formas, nadie sabe a ciencia cierta el stock. Sin ir más lejos, Malo de Molina, del Banco de España, reconoció públicamente que no sabe cuánto stock hay, que son todo estimaciones imperfectas. Ahora bien, el mejor conocedor del stock es el propio promotor. Cuando alguien se lanza a poner en marcha una promoción en un sitio está claro que ha valorado la competencia en el entorno.

La demografía es un problema muy grave de Europa occidental en general y de España en particular. No hay política familiar. No hay consenso político al respecto. Las proyecciones son terribles. Recomiendo leer “El suicidio demográfico de España” y las publicaciones periódicas de su autor, Alejandro Macarrón. Pero van a tener muy poca influencia en este ciclo próximo, que durará unos cinco o seis años. A este respecto dos ideas: yo soy de Soria, una provincia que ha perdido la mitad de su población en 60 años, al tiempo que su capital se ha duplicado. Quiero decir que incluso en demografía descendiente se puede invertir con éxito en este sector (de nuevo “location”). La otra reflexión es la clara vocación de España como lugar de retiro de los europeos de más de 55 años. Ahí hay un potencial enorme, gigantesco. El sector tiene que empezar a virar hacia ese submercado.

D- En tu libro hablas del futuro del sector inmobiliario centrándote en detalles como la fiscalidad, ¿qué piensas que pasará con los impuestos a la vivienda? ¿Y con las nuevas hipotecas, volverán a reducirse los diferenciales, aumentarán las de tipo fijo?

J.L.-Empezando por el final: creo que sí va a haber más hipotecas a tipo fijo. Y creo como ya he señalado que el momento actual es inmejorable, dado lo bajos que están los tipos. El tipo fijo que se puede conseguir ahora es el mejor de la Historia de España.

En variable, los diferenciales van a bajar. Los bancos están a punto de entrar en la lucha por la captación de hipotecas y lo uno lleva a lo otro.

La fiscalidad es una verdadera incógnita. No creo que la desgravación vaya a volver. Sin embargo, es posible que el IBI baje en muchos municipios, según se empieza a oír a los candidatos de los partidos. Pero también se está oyendo mucho lo de castigar las viviendas vacías (en lugar de dar incentivos). Ya veremos…

D- ¿Vamos hacia una sociedad más europea en la que haya más alquilados que propietarios?

J.L.- El alquiler ya es una opción querida por muchos, no sólo la única alternativa para el que no puede comprar. El mundo está cambiando. Las nuevas generaciones rehuyen del compromiso a largo plazo: los trabajos no son para siempre, la mujer o el marido tampoco, ¿por qué el piso sí? El hombre, además, ya ha interiorizado que cuando se separa o divorcia la casa en la que ha depositado sus ahorros la va a disfrutar la mujer. Hay más movilidad geográfica, menos tendencia a tener hijos,… Empieza a ser habitual invertir en vivienda con visión pura de inversor (para rentabilizar), al tiempo que se vive en la casa que a uno más le conviene en cada momento. No creo que lleguemos a los niveles de Alemania, pero algo está cambiando.

D- ¿No hay una cierta contradicción en creer que durante los próximos años BCE seguirá inyectando dinero barato que acabará abaratando los créditos hipotecarios y a la vez creer que la economía se recuperará, no debería esto último si ocurre llevar a un rebote del IPC y una subida de tipos de interés como se espera ocurra en los EUA?

J.L.- Sin duda los tipos no van a estar a este nivel tan bajo para siempre. En algún momento subirán, seguramente por la razón que expones. Por eso no dejo de recomendar (y creo que desde los poderes públicos y desde la banca deberían hacerlo) la contratación de hipotecas a un tipo fijo que es históricamente inmejorable. Algo que el pueblo no ha acabado de entender es que la política monetaria no se decide en la plaza de la Cibeles, sino en Frankfurt. España es una provincia periférica de este nuevo Imperio Romano. Si no nos adaptamos a los ciclos y a las tendencias de la metrópoli estamos perdidos.

D- Y ya para acabar, hace algunos días conocimos que el Euribor a 3 meses ya cotiza en negativo, ¿crees que llegaremos a ver el de 12 meses en negativo? Y si tu respuesta es afirmativa, ¿llegarán algunos hipotecados hispanos con diferenciales bajos a cobrar por sus hipotecas?

J.L.- No caerá esa breva, pero no estaría mal darse esa satisfacción con los bancos, je, je, je

Muchas gracias por tus respuestas. Te deseo mucha suerte con tu libro y espero con curiosidad el título del próximo.

Droblo

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  • Respecto al entrevistado, sí que hay noticias que parecen indicar una mejora como esta
    Las familias compran ya el 84,7% de las casas que se venden http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/las_familias_compran_ya_el_847_de_las_casas_que_se_venden
    pero el tono tan optimista no me lo acabo de creer, para mi esto es un rebote tras una brusca caída, típico y lógico pero tiene que bajar mucho la tasa de paro y subir los sueldos para que el sector inmobiliario se estabilice

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  • Sólo hay empleo para peones agrícolas, camareros y personal de la limpieza. Quienes peor lo pasan para ser contratados son los que tienen estudios medios y superiores. Las pymes más reducidas son las que aumentan sus plantillas. El 40% del empleo es por horas (incluso el que es fijo). Sólo el 6,7% de los contratos son indefinidos iniciales. El 82% de los contratos temporales están ligados a decisiones de rescisión unilaterales del empresario. Y, lo que más llama la atención: uno de cada cuatro contratos tiene una duración inferior a siete días.
    No se trata de resultados del mercado laboral durante las dos recesiones. Son datos de un informe del ministerio de Empleo relativos al primer trimestre de 2015, con la economía creciendo a tasas desconocidas del 0,9% intertrimestral y con la existencia de un cúmulo de bonificaciones para la contratación. Este informe permite hacer una radiografía actual del empleo.

    ¿A QUIÉN SE CONTRATA? Entre enero y marzo se hicieron 4.036.520 contratos entre 100 ocupaciones. Quienes más facilidades tuvieron para encontrar un empleo –otra cosa son las condiciones laborales y económicas–, fueron los peones del campo (541.772 contratos); camareros (446.828); y personal de la limpieza (265.229). Estos tres colectivos representaron casi un tercio del total de la contratación en este periodo (1.253.829 contratos). Pero sólo 39.349 de estos contratos (3%) fueron indefinidos.
    Los directores y gerentes de empresas de servicios (719 contratos), trabajadores cualificados de actividades agropecuarios (905), directores de producción y operaciones (2.789), así como altos cargos públicos (722) fueron los menos contratados. Se debe a que estos colectivos no han resultado afectados por la crisis y no hay apenas oferta de empleo porque no se ha producido rotación alguna ya que han aguantado en sus puestos.

    ¿POR CUÁNTO TIEMPO? El 24% de los empleos duraron menos de una semana (963.526 contratos). Casi un tercio de ellos se hicieron en la hostelería (282.807); 116.150 en la industria manufacturera; otros 108.954 en las actividades administrativas; y casi 93.000 en la sanidad.
    Mientras, de entre 7 y 15 días de duración se formularon 190.329 contratos y otros 319.356 de entre 15 días y un mes. Esto significa que casi 1,5 millones de contratos (cuatro de cada 10 nuevos contratos) duraron menos de un mes.
    Idéntico porcentaje representan los contratos temporales indeterminados (por obra o servicio y eventuales por circunstancias de la producción) que pueden ser resueltos en cualquier momento. En cuanto a los indefinidos, a pesar de la tarifa plana (doble en marzo), sólo se hicieron en este periodo 384.811. De ellos, 263.764 fueron iniciales mientras que 121.047 procedieron de conversiones de temporales.

    ¿DÓNDE ES MÁS BREVE EL EMPLEO? La duración media del conjunto de la contratación fue en este periodo de 57 días (menos de dos meses). Pero, por ejemplo, en las actividades artísticas y recreativas, así como en la agricultura, la duración media llegó a 25 días. Sin embargo, en la industria extractiva el empleo duró 181 días (seis meses).
    Por ocupación, como es obvio, los contratos de los directores y gerentes fueron los más duraderos (194 días de media). Le siguen los de los trabajadores cualificados de la industria manufacturera (93 días) y los contables (87 días).
    El 70% de los contratos que duran menos de siete días (un total de 688.098) se hicieron bajo la modalidad de eventuales por circunstancias de la producción. Le siguieron los de obra o servicio (166.670) y los de interinidad (102.873). En cuanto a los que más duran, descontado los de jubilación parcial y relevo, el mejor fue el de formación (310 días).

    ¿QUÉ JORNADA SE CONTRATA? El 41% (casi 1,4 millones) de los cuatro millones de contratos que se hicieron en este trimestre fueron a tiempo parcial. De ellos, más de 1,1 millones se formularon con carácter temporal por circunstancias de la producción y de obra o servicio.

    ¿QUIÉNES CONTRATAN? La mitad de las contrataciones que se realizaron en este trimestre tuvieron lugar en pequeñas empresas con menos de 25 trabajadores. Curiosamente, estas pymes formularon el 65% de la contratación total de indefinidos. Sin embargo, las grandes empresas –a partir de 500 trabajadores– sólo hicieron el 9% del total de la contratación en este periodo y el 4,7% del total de contratos fijos. Es decir, el empleo, incluso indefinido, se generó en estas sociedades.

    ¿DÓNDE ES MÁS FÁCIL SER FIJO? Aunque apenas se hacen contratos de este tipo –sólo se hicieron en este periodo 384.811–, los asalariados de la restauración y empleados domésticos fueron los que mayor acceso a la contratación indefinida tuvieron en estos meses. Le siguieron los dependientes de tiendas, los conductores de vehículos y los administrativos.
    En cuanto a la edad, el 26% de los contratos fijos fue para trabajadores de menos de 30 años mientras que sólo el 15% de los mayores de 50 años tuvieron esta posibilidad.

    ¿INFLUYE EL NIVEL DE ESTUDIOS? Según estos datos, el 30% de los contratados no tiene estudios o sólo primarios. Y el 57% dispone de estudios secundarios y educación general. Esto quiere decir, que el 87% de los contratos en estas fechas se destinó a los trabajadores con menos formación académica.
    Esta circunstancia dice bastante poco del escaso valor de la formación académica en el modelo productivo basado en los servicios básicos y la construcción sometidos siempre a los vaivenes de la economía.
    Por tanto, sólo el 13% de los contratos (algo más de medio millón) fue para trabajadores con estudios universitarios. En cuanto a la calidad del contrato, casi la mitad (47%) de los fijos se hicieron a personas con educación general; el 20% entre quienes tienen estudios primarios; el 5% entre los que no han cursado formación alguna; y otro 5% entre quienes tienen formación profesional.
    Esto significa que sólo el 20% de los contratos fijos se formularon a empleados con formación universitaria o con doctorado.

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  • Enhorabuen Droblo, muy buena la entrevista.

    Tiene razón en lo del tipo fijo...me ha llamado la atención últimamente que algunos bancos hacen ofertas históricamente bajas en esta opción.

    Me compraría el libro si no fuera por el personaje que hace el prólogo.... el Gay de Liébana éste me parece insufrible y no termino nunca de entender qué conclusiones saca de sus peroratas.

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  • ¿Momento clave en el S&P500? http://dlvr.it/9cYq3n
    -
    Estacionalidad estadística de mayo: bolsas, oro y Euro/USD http://dlvr.it/9cZpZx
    -
    Libertad de prensa en el mundo http://dlvr.it/9cZsFz

    6, hayalternativas me alegro y confieso que a mi Gay es un personaje que también me desconcierta.

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  • Están que se salen este Puente de Mayo. Analistas y expertos internacionales no ahorran adjetivos de elogio ya admiración ante su percepción de que la economía española va como un tiro. Para abrir boca: Credit Suisse dice que ‘es la hora de la cosecha’, de recoger los frutos de la austeridad. Remata: ‘Se está fortaleciendo de manera notable, y la saludable recuperación ha hecho de España el escaparate de los esfuerzos de reformas estructurales’.

    Es todo un alud de co­men­ta­rios, de aplau­sos, de ti­tu­lares asom­brosos en sus ala­ban­zas. Por su sen­cilla cla­ri­dad, el ti­tular que em­plea Peter Spence para su aná­lisis en The Daily Telegraph se ha to­mado para en­ca­bezar parte de estas lí­neas: ‘Cómo España se ha con­ver­tido en la eco­nomía su­per­es­telar de Occidente’. Al fi­jarse en el cre­ci­miento del 0,9% en el primer tri­mes­tre, Spence sub­raya: es tres veces más que la del Reino Unido y 4,5 veces más que la de EEUU.

    El mé­rito es com­par­tido. No sólo es el re­sul­tados de las re­formas del Gobierno Rajoy, sino de la li­quidez que está in­yec­tando el BCE. Pero a di­fe­rencia de Francia, que sigue en es­tan­ca­miento, los de­beres de estos años pa­sados han pi­llado mejor pre­pa­rada a España para sacar pro­vecho ahora. Es la opi­nión de Holger Sandte, de Nordea: ‘Las re­formas em­piezan a ser vi­si­bles en España, como la re­forma fiscal que ha en­trado en vigor a prin­cipio de año’, con re­bajas de ti­pos.

    Otros mu­chos me­dios coin­ci­den. Como la cró­nica de Charles Penty y Maria Tadeo en Bloomberg: ‘La eco­nomía es­pañola su­pera las pre­vi­siones con un cre­ci­miento al mismo nivel que antes de la cri­sis’. Ponen én­fasis en que a este ritmo y según el cuadro macro hasta 2018, España deja atrás a sus so­cios de la eu­ro­zona. Pero cui­dado: Bloomberg cita un co­men­tario de Geoffrey Minne, de ING Bank, que alerta de que ‘no todo es de color de ro­sa’. Una lla­mada de aten­ción al dé­ficit y al paro ex­ce­si­va­mente alto.

    También cita al mismo eco­no­mista la cró­nica de Heather Stewart en The Guardian, cuyo ti­tular in­cluso pone de mo­delo a España para tirar del carro del euro: ‘Las es­pe­ranzas de re­cu­pe­ra­ción de la eu­ro­zona, im­pul­sadas al anun­ciar España una subida del PIB’. En otro aná­lisis en el mismo dia­rio, Philip Inman echa mano de la épica es­pa­cial: ‘La eco­nomía es­pañola va como un cohete pero el des­em­pleo es to­davía la nube os­cura que planea sobre la eu­ro­zo­na’. Y si­gue: ‘España es la es­trella del show, que con su cre­ci­miento del 0,9% se sitúa al nivel Irlanda, que creció el año pa­sado casi un 5% y las pre­vi­siones in­dican que va a re­petir en 2015’.

    Más ti­tu­lares que ser­virán para que en Moncloa se hin­chen estos días de puente. ‘Madrid prevé un dé­ficit casi en el equi­li­brio en 2018’ (Le Figaro); ‘España prevé una eco­nomía más fuerte con la crea­ción de dos mi­llones de puestos de tra­bajo hasta 2018’ (Julien Toyer y Sarah White en Reuters); ‘La eco­nomía es­pañola a mayor que desde antes de la cri­sis’ (Associated Press); ‘La eco­nomía es­pañola está ple­tó­rica (Mike Bird en The Business Insider).

    Junto a estos y otros ha­lagos hay ad­ver­ten­cias sobre los ries­gos. El pri­mero, que cam­bien las con­di­ciones de de­bi­lidad del euro y de pe­tróleo ba­rato que han ayu­dado hasta ahora. E se­gundo, el peso de la deuda y la des­via­ción del dé­fi­cit. El ter­cero, la po­sible ines­ta­bi­lidad po­lí­tica, aunque la sa­lida de Juan Carlos Monedero se in­ter­preta como un golpe a Podemos, cuyas ex­pec­ta­tivas elec­to­rales ya se con­si­de­raban me­nores que hace me­ses. El cuarto, la con­cen­tra­ción de elec­ciones este año, que puede aflojar la eje­cu­ción de re­for­mas.

    Y en quinto lu­gar, los efectos de la co­rrup­ción. Todo un ar­tículo de fondo le de­dica el nú­mero de la re­vista The Economist que sale este sá­bado: ‘Corrupción en España: un tra­bajo desde den­tro’. En el texto se aportan datos de un re­ciente es­tudio di­ri­gido por Manuel García Santana, de la Universidad Libre de Bruselas. Dice The Economist: ‘La in­ves­ti­ga­ción su­giere que el ami­guismo en el Gobierno puede pa­ra­lizar la eco­no­mía’.

    Lo que García Santana y sus co­legas han in­ves­ti­gado y des­cu­bierto es más que in­tere­sante: ahora re­sulta que el co­lapso de la eco­nomía es­pañola no se debió al es­ta­llido de la bur­buja del la­dri­llo. O por lo menos no sólo fue por eso. Según los datos que han cru­zado, la cosa venía de an­tes, de una cons­tante pér­dida de pro­duc­ti­vidad y com­pe­ti­ti­vidad de­bido a la pe­cu­lia­ridad de la eco­nomía es­pañola. Y ello pre­ci­sa­mente du­rante los años del ‘milagro es­pañol’. Así lo cuenta Enrique Moral-Benito, otro de los au­to­res: ‘Hemos visto que las em­presas ma­las, las menos pro­duc­ti­vas, cre­cían más rá­pi­da­mente que las bue­nas’.

    ¿Cuál es la pe­cu­lia­ri­dad? Esta, según sin­te­tiza la re­vista el es­tu­dio: ‘Los in­ves­ti­ga­dores están em­pe­zando a ver vin­cu­la­ción entre la Administración Pública, con ex­ce­sivo com­pa­dreo y co­rrup­ción, y los de­fectos que han obs­ta­cu­li­zado la re­cu­pe­ra­ción de la eco­no­mía. Los pro­blemas pueden haber em­pe­zado bas­tante antes del des­plome. De 1995 a 2007, mien­tras la eco­nomía es­pañola crecía al 3,5% anual, la pro­duc­ti­vidad se re­ducía un 0,7% cada año, cuando la pro­duc­ti­vidad de la UE crecía una media del 9,4% por año’.

    Dos guin­das. Una: ‘Las caídas de pro­duc­ti­vidad eran ma­yores cuanto más se in­vo­lu­craba el Gobierno en con­tra­tos, li­cen­cias y nor­ma­ti­va’. Y dos: ‘En cual­quier caso, los que te­nían éxito en sus con­tactos con la Administración, ya fuera por suerte, co­no­ci­mien­tos, ami­guetes o so­bor­nos, sa­lían mejor pa­rados en su fi­nan­cia­ción’.

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  • El coste de intervenir en los mercados: Banco Central de Suiza incurre pérdidas de 32.000 millones de dólares en el primer trimestre de 2015 http://dlvr.it/9dC4B8

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