El turismo internacional en España

El sector turístico está de moda en España. Y España como destino turístico –es el tercer país más visitado del mundo- está de moda en el mundo. El World Economic Forum ha colocado a España a la cabeza del Índice de Competitividad de Viajes y Turismo por vez primera en su historia este 2015:

Su importancia en la economía nacional se nota desde hace muchas décadas pero desde el comienzo de la crisis el turismo ha destacado por su resistencia a ésta y los últimos años ha supuesto, junto a las exportaciones, el mejor impulso para la recuperación macro que estamos viviendo desde finales de 2012 así como para la creación de empleo. En general el turista nacional siempre ha estado mejor considerado que el internacional pero con la crisis éste ha tomado más protagonismo por la pérdida de poder adquisitivo de los españoles respecto a los foráneos que suelen venir aquí y además su número es mucho mayor hasta el punto que llevamos dos años consecutivos con más de 60 millones de visitantes y todo apunta a que 2015 será el tercero. Reino Unido, Alemania y Francia son los lugares más comunes de procedencia (los 3 suman más del 50%) y Cataluña y Canarias los destinos más habituales.

Hay algunos que critican el turismo como actividad por muchos motivos y la mayoría de estas críticas son muy injustas. Hay quienes consideran que es una actividad propia de países de segunda fila pero es una impresión errónea dado que es un sector que ningún país desprecia –cualquiera que haya viajado a Noruega o Suiza lo sabe- por muy rico que sea. Hay quien lo critica por lo precario del empleo creado. Es cierto, la mayor parte del turismo se concentra en unos pocos meses y eso se refleja en las contrataciones pero peor sería si no hubiera turismo. Además, con toda la dificultad que existe para atraer a turistas fuera de temporada, es algo que España está haciendo muy bien. Por supuesto que siempre se puede mejorar pero no es baladí el esfuerzo que se ha hecho en ampliar la oferta cultural y de ocio a todo el año.

Hay quien generaliza y cree que el turista extranjero tipo es el joven que llega en una línea aérea low cost por un corto periodo de tiempo a un hotel de baja calidad con intención de gastar el poco dinero que trae en alcohol pero lo cierto es que la media de gasto de cada turista que llega a España se sitúa algo por encima de los mil € si bien en España (hay que restar, entre otros, el desembolso que hacen en la agencia de viajes del país de origen por ejemplo) se considera que quedan unos nada despreciables 800€. Esto hace que el total de turistas extranjeros hayan gastado dentro de España la cifra récord de 49 mil millones de € en 2014. Teniendo en cuenta que nuestro déficit comercial (la diferencia entre lo que exportamos e importamos) ese mismo año fue de 25 mil millones de €, gracias a ello nuestro saldo con el exterior es muy positivo y eso incide directamente en el crecimiento del PIB.

También hay quien argumenta que las cifras de ingresos no son reales ya que habría que restar el uso que los turistas hacen de nuestros servicios (nuestra sanidad por ejemplo). Yo añadiría también el coste ambiental que suponen tantos visitantes pero, sabiendo que no todo es cuantificable, hay muchos beneficios para los españoles en la existencia de infraestructuras pensadas para el turismo: paseos marítimos que de otra forma no existirían, por ejemplo los habitantes de Málaga capital seguramente no dispondrían de la oferta museística actual si no se hubiera pensado en la rentabilidad que se podría obtener gracias sobre todo a los cruceros repletos de foráneos o aficionados al golf de todo el país quizás no tendrían tanta oferta de instalaciones sin los clientes extranjeros que motivaron su construcción. Pero lo mejor que tiene el turismo es el beneficio indirecto y multiplicador: siempre se comenta sobre lo que ganan los hoteles o los restaurantes pero esos locales pagan a pintores, fontaneros, decoradores etc. y consumen platos, vasos, mesas etc.. Esto implica que incluso el sector manufacturero se beneficia de la actividad económica turística.

En general, somos un país que lo está haciendo muy bien en el tema turístico y está recibiendo una justa recompensa por ello si bien también hay factores más allá del sector que han ayudado: la inestabilidad política del norte de África, la reciente pero intensa bajada del € y, el punto más conflictivo, la fuerte devaluación salarial que, junto a la deflación, ha abaratado mucho España para el turista extranjero. Los mismos que nos dieron el primer puesto antes citado reconocen que de 141 estudiados, España ocupa el puesto número 34 en el índice de precios hoteleros, el 55 por su nivel de tasas aéreas y aeroportuarias, el 102 por el precio de los combustibles y el 117 por paridad de poder adquisitivo, es decir, que habitantes de 116 países pueden considerar a España más barata que su lugar de origen.

Esta es quizás la mayor crítica que hago yo al turismo español. Cualquiera que haya viajado un poco sabe que un hotel de 4 estrellas de los Pirineos hacia arriba ofrece menos que uno de tres español y cobra mucho más caro algo que aún llama más la atención en la calidad de los alimentos de cualquier restaurante de rango medio. Y los transportes son mucho más caros y tomar un simple café, también. No creo que a día de hoy sea necesario que abaratemos tanto los precios para atraer a los turistas extranjeros y creo que podríamos “sacarles” más dinero por todo lo que ofrecemos aunque vinieran algunos menos. Es decir, podríamos ser mucho más productivos aunque no consiguiéramos el primer puesto en competitividad. Y los españoles a la hora de viajar quizás deberíamos comprender que el territorio nacional puede ofrecernos una de las mejores, si no la mejor, relación calidad/precio del mundo.