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Abrir en caso de Apocalipsis

apocalipsisEl último libro que me he leído este verano es “Abrir en caso de Apocalipsis: Guía rápida para reconstruir la civilización”. Aunque el título pueda sonar a zombies y cosas de esas, el libro es me ha parecido bastante interesante ya que tiene más de ciencia que de ficción.

Imaginemos, que de repente toda la civilización actual se va al garete y sobrevivimos unos pocos. ¿Cómo se puede empezar a producir lo esencial? ¿Cómo cultivar alimentos, generar electricidad, preparar medicinas o extraer metal de las rocas?

Cuando un servidor lee algo, siempre piensa en los lectores del este blog (el año pasado pasado tocó con la biografía de Feynmann) y dándole vueltas me di cuenta, de que realmente estamos viviendo en un mundo postapocalíptico, al menos en lo económico. Todo se ha ido al garete y por tanto, alguna de las premisas de las que parte este libro son perfectamente aplicables a la sociedad actual. Veamos un extracto.

Parte del aglutinante que mantiene unidas a las sociedades es la expectativa de que la búsqueda de beneficios a corto plazo a través del engaño o la violencia se ve superada con mucho por las consecuencias a largo plazo. Te cogerán y te verás socialmente estigmatizado como un socio indigno de confianza o castigado por el Estado: los tramposos no prosperan. Este acuerdo tácito entre los individuos de una sociedad para cooperar y comportarse en pro del bien común, sacrificando cierta cantidad de libertad personal a cambio de ventajas tales como la protección mutua ofrecida por el Estado, se conoce como el contrato social. Este constituye el propio fundamento de todo esfuerzo, producción y actividad económica colectivos de una civilización, pero la estructura empieza a ceder y la cohesión social a aflojarse cuando los individuos perciben que estafar les reportará mayores beneficios personales, o cuando sospechan que otros les estafarán a ellos. Durante una crisis grave el contrato social puede romperse, precipitando la desintegración total del orden público. Solo tenemos que observar a la nación más tecnológicamente avanzada del planeta para ver los efectos de una fractura localizada en el contrato social. Nueva Orleans se vio físicamente devastada por la furia del huracán Katrina, pero fue la desesperada conciencia de los habitantes de la ciudad de que el gobierno local se había desvanecido y no iba a llegar ninguna ayuda en un futuro inmediato la que desencadenó la rápida regeneración del orden social normal y el estallido de la anarquía. Así, después de un acontecimiento catastrófico, tras la desaparición de la estructura de gobierno y las fuerzas del orden cabe esperar que surjan bandas organizadas para llenar el vacío de poder, atribuyéndose sus propios feudos personales.

Poco hablamos del contrato social o lo que viene a ser, la confianza.  Yo confío en los demás (principalmente en Estado) y él confía en mi. La actual crisis ha hecho que ese contrato social se haya roto en varos frentes, la mayoría no nos fiamos del sistema financiero, otros no nos fiamos del gobierno y otros no se fían del sistema en general. De momento, en España  creo que este “apocalipsis” tiene arreglo, estamos al límite pero nada es rreversible. ¿Y que ocurre cuando TODO falla? Cuando el contrato social se rompe. Imagínate, por ejemplo, que el gobierno te pregunta y no te hace caso o que no puedes sacar TU dinero del banco… Así es, que Grecia se convierte en Nueva Orleans.

Carlos Lopez

Redactor de Euribor.com.es. Escribiendo desde el 2006 sobre el Euribor, economía, finanzas, bolsa, hipotecas y ahorro

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  • The 1987 crash had a variety of causes, including portfolio insurance and rickety infrastructure at the New York Stock Exchange. Executive Order 12631 established “the President’s Working Group (PWG) on Financial Markets.” Issued in 1988 by President Ronald Reagan, the PWG’s purpose was “enhancing the integrity, efficiency, orderliness, and competitiveness of our Nation's financial markets and maintaining investor confidence.”
    Almost 30 years later, it remains a little understood organization. Thanks to its lack of transparency -- there are no formal minutes kept and surprisingly little academic research on it -- the PWG is typically the “they” traders refer to when unexpected market events occur. I’ve lost count of how many times I have heard the phrase “They won’t let the market drop, they were in buying today.”
    It wasn’t until 1997 that the PWG received the name by which it is best known today, when the Washington Post ran an article with the headline "Plunge Protection Team." It was descriptive and juicy and fit into all of the conspiracy theorists' fevered dreams. Of course, the name stuck.
    However, for the purposes of investing in equity markets, experience teaches us that the PPT is more of a tantalizing idea than an actual market player.
    Why? Because in the information age it is unimaginable that a secret cabal could deploy billions or trillions of dollars in capital, with not a single shred of evidence ever surfacing. Could an organization support markets via the massive buying of E-mini futures or some other method, and no one ever step forward with some proof? What other secrets could possibly be kept for so long (I mean other than the faked moon landing and the JFK assassination?)
    Second, why run a secret cabal when the Federal Reserve operates in plain sight? Former Fed Chairman Ben Bernanke made it crystal clear in 2009 that he believed that goosing the stock market would unleash the wealth effect and consumer spending, eventually helping the economy. Ignore for the moment that the wealth effect is a classic case of confusing correlation for causation. The criticism that we already have a mechanism for market support operating in broad daylight makes most of the conspiracy theories hard to accept.
    Last, and perhaps most important, the PPT is really, really bad at its job. In the last 15 years, we had the dot-com collapse in which tech stocks dropped almost 80 percent; the 2008 meltdown of 57 percent; the housing crash of 35 percent; and the commodity collapse of about 40 percent.
    Just to add a bit more context, in 2008, while the PPT was supposed to be hard at work, markets suffered “the worst annual decline in the Standard & Poor’s 500 index since 1931,” according to Bloomberg News. The carnage “dragged down every industry in the benchmark gauge and 96 percent of its stocks.”
    How incompetent must a secret market-manipulating cabal be before somebody gets fired?
    So there's the difference between U.S. plunge protectors and those in China: In the U.S. we turn to a myth that we hope will prop up the market. The Chinese still believe they really have the ability to prop up the markets

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  • El Gobierno de Tsipras, por ignorancia, incompetencia o ideologización (o quizá todo junto), ha empeorado una situación que ya era mala. Hay muchas dudas sobre la viabilidad económica de Grecia. Incluso cuando ha cumplido con el recetario de la Troika. El propio Varoufakis puso en duda que el Gobierno de Samaras hubiese conseguido un déficit primario auténtico en 2014. El peso de la deuda externa, como las reformas que son su anverso, ha sido otra cortina de humo que ha contribuido a desenfocar esta situación, porque incluso perdonando toda la deuda a Grecia, el país mañana no podría salir adelante sin ayuda internacional. Ni mañana, ni dentro de un año.
    Por eso, el planteamiento de Schäuble, que originalmente pertenece a Hans-Werner Sinn, de que Grecia saliera temporalmente del euro, no era un sinsentido. Hay economistas en España, fundamentalmente de izquierda, que en algún momento plantearon crear una unidad monetaria –la europeseta– que circulara paralelamente al euro para reflotar la economía. No fue necesario considerarlo a fondo, porque las bases económicas de España no son las de Grecia. Pero esa solución extrema –el eurodracma– quizá sí debió estudiarse en serio en Atenas. Lo llamativo es que el mismo sector que lo acariciaba en España se encabrite cuando se proponga para los helenos.
    En este acuerdo ha pesado mucho la presión de Estados Unidos sobre Alemania. Parece que la consigna ha sido apretadlos pero no los saquéis del euro. Eso, junto a la mitomanía de que la moneda única es irreversible, ha llevado a un mal arreglo que además deja para el arrastre a las muy deficientes instituciones griegas y a las europeas donde el papel de Draghi, inyectando recursos a una banca quebrada, no ha pasado inadvertido en los mercados internacionales. Es difícil en este escenario ser optimista. El ruido que meten quienes están comprobando sus tesis políticas en el laboratorio griego además es infame. Y mientras no se calme, no será raro que el dinero siga yéndose del país.
    @cultrun

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  • Las cen­trales de gas na­tu­ral, más co­no­cidas como de ci­clos com­bi­nados y que han es­tado prác­ti­ca­mente pa­radas por culpa de las ener­gía­s,­re­no­va­bles, están sal­vando el sis­tema eléc­trico de la ola de calor de­bido a que la eó­lica -los mo­li­ni­llos- apenas se mue­ven. Las cen­trales de gas han vuelto a co­brar el pro­ta­go­nismo que ha­bían per­dido gra­cias a que el viento no sopla y al tirón que está re­gis­trando la de­manda. De estar en ni­veles de pro­duc­ción de un 10% o menos in­cluso, han pa­sado a al­canzar un 18,2%, el má­ximo de los dos úl­timos años

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  • Artur Mas no será el primero de la lista independentista, cuya personalidad no será política, pero si será el presidente que deberá pilotar la transición hacia la independencia siempre y cuando ganen las elecciones, ahora si plebiscitarias – al menos para CDC, ERC – que se celebrarán el 27 de septiembre.

    Todo apunta a que el pre­si­dente Artur Mas las con­vo­cará a pri­meros del pró­ximo mes de agosto. Se unen a la lista uni­taria pro in­de­pen­den­tista las en­ti­dades que la han pro­mo­vido: Assamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y Associació de Municipis per l´In­de­pen­dencia (AMI). Es pro­bable que al­gunos de sus lí­deres en­ca­becen la lista en Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona. El pre­si­dente de la Generalitat, Artur Mas, iría en el nú­mero cuatro y el pre­si­dente de ERC, Oriol Junqueras, de nú­mero cinco, ga­ran­ti­zán­dose el es­caño par­la­men­ta­rio.

    Otros po­lí­ticos y, sobre todo, caras nuevas del ám­bito eco­nó­mico, cul­tural y so­cial, for­maran parte de esta lista uni­ta­ria. Convergència mar­cará el 60 % de su com­po­si­ción y ERC el 40 % res­tante. Y, en cual­quier caso, si ganan para poder formar go­bierno está claro que Artur Mas se­guiría siendo el pre­si­dente. Un pacto im­por­tante, entre CDC y ERC, dos par­tidos que es­taban en­fren­tados por en­ca­bezar el pro­ceso pro in­de­pen­den­tista. Es pro­bable que Moviment d'Es­que­rres (MES) y Democràtes per Catalunya (DC), es­ci­siones so­be­ra­nistas de PSC y UDC, se sumen tam­bién al preacuerdo que irá to­mando cuerpo en los pró­ximos días. Sobre todo con el aflo­ra­miento de nom­bres de la so­ciedad civil de claro perfil in­de­pen­den­tista.

    Ese for­mato ori­ginal de lista única con­se­guiría reavi­var, según los pro­mo­to­res, el voto na­cio­na­lista. Así lo con­fir­maba un sondeo pu­bli­cado el pa­sado do­mingo por el diario La Vanguardia, aunque no les aven­tu­raba una ma­yoría par­la­men­ta­ria, que­dando a tres es­caños de los 75 dipu­tados, en un Parlament de Catalunya in­te­grado por 135 miem­bros. Aunque el sondeo del diario ca­talán in­cluía a la CUP, el par­tido de la iz­quierda in­de­pen­den­tista que li­dera David Fernández – el po­lí­tico ca­talán mejor va­lo­rado, según la en­cuesta – que ha de­ci­dido no en­trar en esa lista uni­ta­ria. Pero “los votos de la CUP su­marán para el sí” dijo David Fernández, quien des­tacó que el único punto en el que se han puesto de acuerdo todos los pre­sentes en la cumbre en el Palau de la Generalitat ha sido in­ter­pretar los co­mi­cios como un ple­bis­cito.

    Aunque el pri­mero de la lista elec­toral uni­taria sea un in­de­pen­diente, el preacuerdo de­fine que Artur Mas será el de­sig­nado para re­petir en la Presidencia de la Generalitat – ya que, con toda se­gu­ridad será la lista más vo­tada – con una hoja de ruta clara, según ERC, a fin de de­ter­minar con­cretar los pasos a dar hacia la in­de­pen­dencia de Catalunya, si ganan los co­mi­cios.

    La lista uni­taria re­cibe crí­ti­cas, en di­fe­rentes ni­ve­les, de los par­tidos fe­de­ra­lis­tas, PSC y IV-EUiA que es­taría en vías de in­te­grarse en una for­ma­ción con­junta con Podemos. El PP y Ciutadans, par­ti­da­rios de re­formas pero sin si­quiera bre­chas fe­de­ra­les, están abier­ta­mente en con­tra. El reto ra­dica en cómo lo va­lo­rarán los elec­tores el 27-S.

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