Lo primero que hay que conocer es el por qué algo tan necesario en el mundo y que cada vez se consume más (puesto que la población crece y la economía global también) ha caído tanto de precio. Hay quien dice que es porque China crece menos, que ha mejorado mucho la tecnología, que un crudo más barato reduce los costes de transporte y por tanto el valor final del producto… puede ser cierto pero para mi el motivo principal está en lo mismo que le ha pasado este año a las bolsas: la expectativa era demasiado alta y la subida fue excesiva debido a que el mercado de las materias primas está demasiado controlado por especuladores fiados a la liquidez masiva que inyectaba la FED. Y cuando los precios se corrigieron porque se acabó la QE, estos especuladores –que en realidad no quieren ni el azúcar ni el café ni el cacao ni el trigo ni nada pues sólo querían comprar barato para vender caro- se equivocaron tanto que ahora al mínimo rebote aprovechan para vender minimizando pérdidas y evitando la recuperación de los precios. Y de hecho, la situación gráfica –que es donde mejor se puede apreciar la fortaleza o debilidad de un activo- de la mayoría de las materias primas es mala, es muy negativa y no aconsejaría comprar para el corto plazo porque pueden caer más. Sin embargo, pensando en décadas, en tener una inversión para no tocar hasta nuestra jubilación, incluso con posibles crisis económicas cíclicas por el medio, los precios actuales son muy tentadores. Y nosotros no estamos pillados como ellos, si compramos es porque nos apetece y no tenemos urgencia ninguna porque no lo hacemos con ánimo especulativo sino intentando obtener un plus para nuestros ahorros destinados a la vejez.
Poniéndonos en lo “peor”, el crudo puede no subir con el tiempo si se encuentra una energía alternativa que lo sustituya (improbable pero posible) y el oro si como parece ha perdido su carácter de valor refugio también podría seguir flojo pero ¿materiales industriales como el cobre, el hierro, incluso la plata…? ¿Y qué decir de las materias primas agrícolas como el maíz o el trigo en un mundo con una población mundial que crecerá en cientos de millones de personas? No digo de comprar hoy ni mañana, es imposible saber con exactitud el mejor momento cuando se piensa en una inversión de décadas y es evidente que intentar conseguir los mínimos no será posible, de hecho en mi opinión el mejor momento será en febrero-marzo del próximo año pero si estamos hablando de conseguir una rentabilidad de ¿más del 100%? no deberíamos dejar escapar la oportunidad por un 5%.
Repito que esto es algo que jamás aconsejaría para otro tipo de inversión pero esta es especial. Otro argumento está en el comportamiento del resto de activos. Estamos en un mundo con un nivel elevado de ahorro; la política de liquidez barata de los bancos centrales que ha llevado a mínimos históricos de rentabilidad a las emisiones de deuda y a máximos históricos bursátiles este mismo año, ha disparado la cantidad de dinero deseando obtener una buena rentabilidad. En el mercado de deuda en Europa el afán comprador de BCE con su QE ha dejado los tipos demasiado bajos para resultar atractivos, y en los EUA y Reino Unido no tendría sentido comprar renta fija cuando la perspectiva es de subida de los tipos de interés. La bolsa, como se ha visto las últimas semanas, ha dejado de ser el activo preferido tan recomendado por todos los analistas y la prensa salmón los sábados y sigue estando, a pesar de las caídas, en niveles que no son precisamente baratos desde una perspectiva histórica. Así que las materias primas, y más a estos precios, parece que pueden ser una de las escasas alternativas donde colocar la liquidez.
El cómo invertir, si alguien se decide, y en qué ya es cosa de cada uno: pueden ser acciones de empresas relacionadas (como las mineras), ETFs (fondos que cotizan como acciones y que pueden ser en $ pero también en €) o participaciones en fondos concretos. Eso sí, descarto los derivados para operaciones de tan largo plazo. Aunque antes creo que hay que decidir en qué materia prima comprar (mi consejo es hacerlo en un mínimo de tres diferentes). Sólo he querido compartir con vosotros mi opinión y ver si es posible generar debate (incluso del aspecto moral porque hay quien no tiene reparos en comprar acciones de Nestlé por ejemplo pero sí en hacerlo en los productos con los que trabaja dicha compañía) con argumentos y que además pueda ser rentable para los que tengan algo de liquidez disponible. Una ayuda puede ser esta tabla que ha elaborado a petición mía Perpe en la que nos muestra la caída desde máximos que han tenido las commodities y su comportamiento este año hasta el cierre del mes pasado.
Como viene siendo habitual, para aquellos que no entráis aquí obsesivamente todos los días, os…
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La extrema pobreza global bajará por primera vez del 10 % en 2015 http://www.elmundo.es/economia/2015/10/04/5611821622601daf518b4580.html …
La caída en la capitalización bursátil mundial desde máximos, graficada http://dlvr.it/CKtk51
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http://www.droblo.es/25-anos-de-reunificacion-alemana/
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http://www.droblo.es/bloomberg-ya-publico-su-ranking-2015-50-most-influential/
La coalición de centroderecha Centro Democrático Social-Partido Popular ganó este domingo las elecciones generales en Portugal, con el 40,15% de los votos y posiblemente 118 diputados. Pedro Manuel Passos Coelho renovará seguramente su mandato como primer ministro. Coelho asumió la presidencia del gobierno en 2011, después del fracaso del gobierno socialista de Antonio Sócrates (marzo 2005-marzo 2011) en dominar la crisis financiera y de deuda declarada en 2009. El partido socialista, liderado por Antonio Costa, obtiene el 31,59% de los votos.
Coelho ha sacado a Portugal del agujero de la crisis, aunque aún no de la de la deuda. Portugal, al final de su actual mandato, estaba en condiciones de abordar la reducción de esta última, sin perder por ello la esperanza de un rápido crecimiento económico. La hazaña de su gobierno debe medirse en contraste con el pesimismo que embargaba los ánimos europeos respecto de la ribera sur del Mediterráneo, desde el estallido de la crisis en 2009.
Durante la crisis, los países de la parte norte de la eurozona crearon un muñeco al que clavar alfileres: los países del sur, castigo merecido por su mal comportamiento económico, financiero, laboral, etc.
Al grupo se le dio un nombre plural: PIGS (Portugal, Italia, Grecia, España), o de forma menos hiriente “la Europa del Sur”. Sus pecados eran despilfarro, deudas astronómicas, amenazas de impago, baja productividad, primas de riesgo imposibles, etc. Esas predicciones no se han cumplido. Uno de esos países, España, está en rápido crecimiento. Otro, Portugal, se ha pasado al club de los virtuosos nordeuropeos. Ahora le queda superar algunos de los obstáculos de todo tipo que todavía separan el bienestar de Portugal respecto del del norte.
Para lograrlo, Portugal tiene que superar unas condiciones geoeconómicas totalmente adversas, si las comparamos con las que benefician de modo natural, y sin gran esfuerzo por su parte, a los virtuosos países septentrionales.
El “desierto” entre España y Portugal
En geografía económica, la distancia entre los agentes industriales, comerciales, financieros, científicos, etc., es uno de los factores más condicionantes del número, frecuencia e intensidad de los intercambios. Otro factor tan importante o más que ése es la dotación de recursos naturales, con la particularidad de que en el caso de los contactos e intercambios físicos entre sociedades, “recurso natural” significa, por ejemplo, vías interiores navegables, costas marítimas próximas o comunicaciones terrestres fáciles y despejadas.
Compárese la dotación de este tipo de recurso entre el cuadrante europeo en que se asientan el nordeste de Francia, el Benelux, el valle del Rhin y los puertos alemanes del Báltico con la inmensidad de las regiones carentes de este tipo de dotación en España y Portugal. Aunque comparten el control de unos ríos importantes, éstos apenas son navegables. El interior de cada uno de ellos es áspero e históricamente pobre, y no permite el sustento de grandes poblaciones, fijándose la que había en la explotación agroganadera extensiva.
Por otro lado, los focos de actividad industrial existentes a ambos lados de la frontera no gozan de la ventaja típica del noroeste de Europa: su mutua proximidad y accesibilidad. Los focos de actividad industrial más importantes de España y Portugal sólo se pueden proyectar mutuamente a través de territorios que son, en un cierto sentido, ‘desiertos’. Como consecuencia natural de ello, España no ejerce una fuerza centrípeta sobre Portugal, lo mismo que Portugal tampoco la ejerce sobre España.
Mientras el interior occidental de España tiene las densidades de población más baja de toda su geografía, el interior oriental de Portugal es un desierto poblacional aún más acusado. Más del 75% de la población portuguesa vive a lo largo de la costa atlántica; esta población produce más del 85% del PIB portugués. Y dentro de esta faja más dinámica, la intensidad de la actividad se concentra más pronunciadamente en sólo dos focos: las áreas metropolitanas de Lisboa y Porto, que juntas representan el 5,1% del territorio, albergan el 41,7% de la población y generan más de la mitad del PIB.
Estas condiciones geoeconómicas, de por sí adversas, empezaron a transformarse sustancialmente con el ingreso de ambos países en la Unión Europea. Patrones de modernización nuevos transformaron el comercio y la industria de ambos países; las barreras aduaneras cayeron; los fondos estructurales favorecieron las infraestructuras, entre ellas las de comunicación y transporte entre ambos países. Los efectos de esos avances en Portugal, en el curso de los ochenta y noventa del siglo pasado, son dignos de nota. Los posteriores son también dignos de nota, pero por otras razones, como se dirá más abajo.
Deudas, rescate y control de sus riesgos
El expresidente del Banco Central de Portugal, Miguel Cadilhe, afirma que la incipiente modernización adquirió fuerza con la renovación de la administración fiscal (“una de las más eficaces de Europa”), así como con la desburocratización de trámites para la creación de empresas, y la inversión en un sistema de salud eficaz. El comercio exterior dio un gran salto, del 26% del PIB en 1986 a 41% en 2015, aunque aún por debajo de la media europea. España y Portugal se consideraron por primavera vez en la historia un “mercado común”, siendo España el primer cliente de Portugal.
La entrada de Portugal en el euro es, por el contrario, una historia más ambigua. La euforia de la moneda común provocó el conocido efecto de la expansión crediticia y aumento del consumo. Su resultado fue el inconsciente desliz hacia cotas de endeudamiento peligrosas, semejantes a los casos de Irlanda, Grecia y Chipre, y en alguna medida al caso de España e Italia. Concretamente, el endeudamiento de las familias portuguesas equivale al 120% el PIB, el de las empresas otro tanto, y el del estado 130%. Un euro fuerte, además, redujo la competitividad de la producción portuguesa y contribuyó a frenar el crecimiento económico.
Deuda y freno al crecimiento determinaron que Portugal constituyese uno de los focos de crisis más preocupantes por el futuro del euro, junto con los casos de Grecia y Chipre, y aún España. Las condiciones impuestas por la Troika a Lisboa para su rescate financiero de €78.000 millones (mayo de 2011) tuvieron graves consecuencias sociales. Quinientos mil trabajadores emigraron durante ese periodo, entre ellos una masa considerable de jóvenes, haciendo de la población portuguesa una de las más viejas del mundo. Otro coste elevado fue la depreciación de la mano de obra, que cayó a €13,1/hora (incluidos también los sociales y fiscales), en comparación de un costo de €21,2 en España y €31,4 en Alemania.
Hoy Portugal tiene el crédito completamente restaurado, su rating se mantiene en triple B, y registra una mejora en los índices de educación y aumento de las empresas de nuevas tecnologías. Entre 2013 y 2015 su productividad le llevó desde el puesto 51 al 38, según el ranking del Foro Económico Mundial. Como España, que le supera por poco, tiene mucho que mejorar. A Portugal, lo mismo que a España, le queda una tarea: hacer que el mercado común que ya forman se convierta en una zona industrial integrada, apoyándose ambas naciones en las ventajas competitivas que de todas formas les asisten: inmensidad de sus costas, dotación excelente de puertos, comercio en rápido crecimiento, afinidad de lenguas y cierta disposición al encuentro práctico, cortés, un poco frio pero respetuoso, con algo de mutua admiración y sana envidia.
Los nueve requisitos que hay que cumplir para poder crear clubes de marihuana, según el Supremo http://blog.elespanol.com/elecciones-catalanas/los-nueve-requisitos-que-hay-que-cumplir-para-poder-crear-clubes-de-marihuana-segun-el-supremo/ …
El nuevo ráting de España de S&P en su contexto http://dlvr.it/CLwZWh
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S&P500 y el balance de la FED http://dlvr.it/CKv2Kc
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Viñeta de lo que sembramos http://dlvr.it/CL5Z3p
El expresidente de la Reserva Federal Ben Bernanke dijo que algunos ejecutivos de Wall Street debieron ir a la cárcel por su papel en la crisis financiera que azotó al país en 2008 y provocó la Gran Recesión.
Se han impuesto multas por miles de millones de dólares contra grandes bancos y corredurías tras la debacle económica que fue provocada en gran medida por crédito inmanejable y por oscuros acuerdos de inversiones que reventaron una burbuja inmobiliaria.
Pero en una entrevista publicada el domingo por USA Today, Bernanke dijo que cree que además de las corporaciones, los individuos debieron rendir cuentas en mayor medida.
"Yo hubiera preferido que hubiera más investigaciones de acciones individuales, porque obviamente todo lo que salió mal o era ilegal fue hecho por un individuo, no por una firma abstracta", dijo Bernanke.
Al preguntarle si alguien debió ir a la cárcel, Bernanke respondió: "Sí, así lo creo". No obstante, no señaló a ninguna persona en particular que debió ser procesada, e hizo énfasis en que la Reserva Federal no es una agencia policial.
Bruselas exige a Rajoy que cambie los Presupuestos de 2016 porque incumplen el déficit exigido por la UE http://blog.elespanol.com/actualidad/bruselas-exige-a-rajoy-que-cambie-los-presupuestos-de-2016-porque-incumplen-el-deficit-exigido-por-la-ue/ …
sobre Rusia y Siria http://www.elmundo.es/internacional/2015/10/02/560d827d22601d49448b45b6.html …
ajuste de cuentas del ex-director del CNI con sus antiguos jefes http://politica.elpais.com/politica/2015/09/30/actualidad/1443641174_514625.html …
La mayoría de los conductores creemos que conducimos mucho mejor que la media. Somos innatamente optimistas, quizás porque la evolución necesitaba hacernos atrevidos para que fuéramos a luchar contra las fieras y enemigos que acechaban a nuestra tribu. En agosto de 1914, tanto los rusos, como los alemanes, los franceses y los ingleses, todos, lejos de entristecerse, ¡se alegraron! cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, porque cada uno pensaba que iba a darle una tunda al contrario. Claramente, estas creencias no pueden ser racionales. No es posible que, si la información sobre ejércitos y fortaleza demográfica y económica es pública y compartida, Alemania esté convencida de forma racional de que es más fuerte que Francia mientras Francia está convencida racionalmente de que es más fuerte que Alemania. Son ilusiones irracionales, basadas en cuentos de la lechera que los ciudadanos y políticos no analizan racionalmente, porque su creencia mística en las virtudes del “ingenio francés”, o de la “hombría militar alemana”, se lo impide.
Pero incluso en un mundo completamente racional y donde no se cometen errores, pueden producirse conflictos. Thomas Shelling, premio Nobel de Economía analizó por primera vez, en su obra maestra de 1960, La estrategia del conflicto, el papel importante de la credibilidad de los compromisos adquiridos en provocar los conflictos, particularmente los bélicos (este libro fue el manual de los estrategas de la Guerra Fría). EE UU no lucha en Vietnam porque le interese aquel territorio lejano lo suficiente como para perder 60.000 soldados, sino porque intenta mostrar a los soviéticos que con ellos no se juega y así establecer una reputación que proteja a Europa. La acción no se justifica en sí misma, sino por el deseo de cambiar las acciones futuras del contrario. Técnicamente, esto sucede en juegos con muchos equilibrios, en los que una parte trata de establecer, para el futuro, el equilibrio del juego que prefiere. Los ejemplos en casos no bélicos son muchos. Piensen en una aerolínea con una fuerte posición en un aeropuerto que se enfrenta a la entrada de un nuevo y pequeño competidor. Dado el coste de una guerra de precios, debería no preocuparse por esta mosca zumbona y seguir a lo suyo. Pero la aerolínea dominante puede pensar: mejor me meto hoy en este conflicto aunque me cueste. Así demuestro que no se juega conmigo, y me evito el siguiente entrante.
En un mundo así parece completamente absurdo valorar las afirmaciones públicas de otros actores (en el caso reciente de Cataluña, las de Alemania, Reino Unido, la Comisión Europea, etcétera) como amenazas vacías y no creíbles. Los Estados tienen enorme interés en establecer una reputación creíble para evitar futuros conflictos, y lo harán incluso si esto tiene coste. Estimar los costes a corto plazo y decidir que “no los merece la pena” es absurdo en un mundo así, en el que la reputación es importante para evitar futuros conflictos, que, esos sí, a estos países les pueden resultar más cercanos.
En definitiva, la investigación académica muestra que, racional, o irracionalmente, es fácil producir escaladas y conflictos. Todo el trabajo de la civilización humana, desde el Estado de derecho a los teléfonos rojos, parte de ese reconocimiento. Los que juegan con cerillas, e ignoran la posibilidad de incendios, no se han aprendido ni las lecciones de la historia ni las de la economía.
Luis Garicano es coordinador del programa económico y social de Ciudadanos y catedrático de Economía y Estrategia en la London School of Economics.