La Reserva Federal planea poner punto y final a esta era de bajos tipos vivida desde diciembre de 2008 con la primera subida de tipos para finales de este año. Debido a que el factor China está monitorizado, no queda claro cuándo se producirá pero quedan algo más dos meses para cerrar este 2015 así que la espera no será eterna. Durante estos años de tipos de interés prácticamente a cero, la liquidez ha sido boyante y ha sido realmente difícil resistirse a emitir deuda con intereses tan bajos. Los flujos de dinero desde Lehman Brothers han ido a parar al mercado de bonos en detrimento del mercado de acciones. No sólo los estados han aprovechado este escenario con sus respectivas emisiones de deuda pública para financiar sus presupuestos sino que también en el escenario corporativo, las empresas han sacado provecho de este dinero de bajo coste emitiendo bonos corporativos a largo plazo.
Para ejemplificar cómo han aprovechado las grandes empresas los bajos tipos de interés, el mejor ejemplo que podemos encontrar sin lugar a dudas es la empresa Apple cuya caja asciende a día de hoy hasta 178.000 millones de dólares. Con este determinado volumen de dinero en caja tiene dinero de sobras para financiar cualquier proyecto empresarial sin necesidad alguna de acudir a la financiación ajena. Sin embargo desde abril de 2013, ha emitido bonos corporativos por un valor total de 39.000 millones de dólares.
La primera razón de Apple para emitir deuda en estos años es clara… dinero prácticamente gratis. De hecho financiarse a diez años a un tipo de interés fijo del 1,5% está al alcance de muy pocos y está oportunidad difícilmente es rechazable. La segunda razón tiene más que ver con temas fiscales y es que gran parte de la caja de Apple está fuera de Estados Unidos, en la actualidad son 137.000 millones de los 178.000. Ese dinero si se mantiene fuera de Estados Unidos no queda bajo la tributación del impuesto de sociedades (tipo de gravamen del 35% en EEUU), pero no puede ser utilizado ni para el pago de dividendos ni para la recompra de acciones. Así que las emisiones de deuda sirven para pagar dividendos y profundizar en planes de recompra y ese efectivo externo sirve a los inversores como respaldo en su inversión.
Se han hecho jugadas maestras en estos años en el terreno de las emisiones de bonos corporativos y no hace falta irse a Estados Unidos ya que tenemos casos realmente relevantes en el mercado español. Un ejemplo de ellos es la emisión de deuda perpetua (sin vencimiento) de Gas Natural que emitió en abril pagando un 3,375% a los inversores, una inversión que en principio puede ser muy atractiva si lo comparamos con lo que hoy en día nos ofrece un depósito bancario, aunque no debemos de comparar intereses a largo e intereses a corto plazo. Pues bien desde que se emitieron estos bonos, el precio de los bonos no ha hecho nada más que caer y la rentabilidad de éstos ha subido notoriamente. El negocio no lo han hecho en ningún caso los inversores sino Gas Natural que consiguió captar dinero al 3,375% mientras que el coste de la deuda de la financiación en su balance está alrededor del 4%.
En general, las grandes empresas, independientemente si necesitaban o no el dinero, han sido bastante hábiles en la utopía de los tipos bajos de estos años, emitiendo deuda a largo plazo y a un coste realmente bajo. Los inversores, exceptuando casos como los inversores en bonos convertibles que obtendrán acciones, probablemente sean los más perjudicados de este escenario debido a que han pagado muy caro una deuda que en condiciones normales debería cotizar alrededor o incluso por encima del 6%.
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[…] ¿Cómo han aprovechado las grandes empresas los bajos tipos de interés? […]
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