El caso es que el Sr. Stiglitz se despachó a gusto y afirmó que la disminución del paro se debía a la emigración de los jóvenes y al retorno a sus hogares de los inmigrantes, en su mayor parte; además, dijo que la política de austeridad impuesta por Europa había roto familias enteras y que lo que se había hecho con España, Grecia y Portugal era un desastre, culpando de ello al Banco Central Europeo por forzar al inicio de la crisis a los países europeos a asumir deuda privada y reiterando que la alternativa a la austeridad en Europa debió ser la ayuda.
Llegados a este punto sería interesante saber quién es este hombre que en el centro neurálgico del Neoliberalismo se atreve a hablar así. Y el caso es que este caballero fue premio Nobel de Economía en el 2001, por su descubrimiento de que en los mercados la información es asimétrica, lo que genera imperfecciones en los mercados que deberían ser corregidas por una mayor y más eficiente intervención de los Gobiernos, ya que la famosa “mano invisible” de los mercados no existe. Otra de sus aportaciones son sus estudios sobre los “salarios de eficiencia”, acerca de porqué ante el aumento del desempleo, sin un salario mínimo, éste no disminuye hasta el punto en que corrige el aumento del paro; en pocas palabras: porqué para eliminar el paro no sirve bajar sin más los salarios todo lo que sea necesario. Resulta curioso que te den un premio Nobel por formular y demostrar obviedades.
Fue también jefe del consejo de asesores económicos de Bill Clinton entre 1995 y 1997 y de 1997 al 2000 fue primer vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial, cuando fue obligado a dimitir por sus opiniones ante las protestas contra las organizaciones económicas internacionales. Su libro El malestar de la globalización, una feroz crítica a las políticas del Fondo Monetario Internacional, se convirtió en la biblia de los movimientos alternativos, siendo acusado desde entonces de ser un “traidor” entre sus colegas, por usar información de primera mano para criticar al sistema del cual formaba parte.
El profesor salió de la cúpula del sistema, la Academia y los pasillos de Washington y se convirtió en un icono intelectual de los más desfavorecidos, además de figura pública y estrella de los medios. Defendiendo la idea de que, aunque sólo fuera por puro egoísmo, las clases favorecidas deberían estar interesadas en corregir la desigualdad ya que ésta es mala para la economía en general, por lo que una mayor igualdad les generaría mayores beneficios en un futuro. Además ha sido asesor de Zapatero, Zarkozy, Correa…
Su contacto con el 15-M en España tuvo lugar a raíz de una visita familiar a Madrid (su tercera esposa es nieta de exiliados republicanos). Altavoz en mano, se acercó, lanzó un pequeño discurso y se fue después a comer unos churros. Desde entonces, es frecuente que en sus declaraciones aparezca nuestro país, vinculadas sobre todo a críticas a las políticas de austeridad del gobierno del PP, así como a las directrices de la Unión Europea, de las que dice que están pensadas para destruir el futuro de los países del sur de Europa ya que, no sólo están fomentando una desigualdad sangrante, sino que además, con la emigración de capital humano hacia los países del norte, están hipotecando el desarrollo futuro de estos países.
Según el economista, existen otros caminos hacia la recuperación alternativos a la austeridad y es voluntad de la Unión Europea ponerlos en marcha: “La UE tiene la máquina para conseguir la recuperación de España, igual que dispone de la máquina para destruir a Grecia. Podrían empezar por subir el salario mínimo, eliminar los privilegios de los que goza Alemania, apostar por una unión bancaria que evitara que el dinero fluyera desde los bancos españoles, emitir eurobonos para obtener préstamos a bajo coste… Son muchas las medidas que la UE podría adoptar con el fin de ayudar a España, pero no se ha tomado ninguna. Lo único que les han servido ha sido desigualdad y desempleo. Están destruyendo su futuro”.
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Con dos cojones!
claro, otros europeos podrían sacrificarse para que España estuviera mejor... y nosotros sacrificarnos para que los africanos estuvieran mejor también. Hala, un Nobel pa mi
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La teoría del caos, encarnada: mientras un temblor de 6,3 sacudía el sur, la UE nos avisaba de un inminente terremoto en nuestra Economía. El vacilante aleteo de los políticos rondándose unos a otros en busca de pactos provocaba un quebranto telúrico, una agitación tectónica que parece ser el preludio de una peli de catástrofes estilo años 70: la recuperación va a ser El coloso en llamas, dicen en Bruselas, cuyas alarmas sísmicas chillan como poligoneras en cuanto los rojazos llaman a la puerta.
Y esta vez han hecho algo más que golpear con los nudillos la puerta del paraíso, como cantaba Bob Dylan: han elegido vicepresidente y gabinete de ministros sin que todavía haya alianza ni nada, así por la cara. Poco después, Rajoy se retiraba lesionado del campo y Rivera le decía ‘nones’ a Sánchez. Ahí te quedas con los zurdos, parecían decirle al líder-maniquí del PSOE. Te toca servir un vermú compuesto por Podemos, Europa, los inversores y tu propio partido. A ver cómo sostienes la bandeja sin que el sifón te caiga en la cabeza. Buena suerte, presidente, y feliz revolución.
De fondo, la bolsa renquea, los jerarcas europeos se mosquean y los compradores de deuda –nuestros benefactores y jefes, cuyo nombre loará quienquiera que se siente en la Moncloa- empiezan a hiperventilar. Pero ¿qué es lo que les asusta exactamente? ¿La incertidumbre del interregno que estamos atravesando o la posibilidad de que cuando se reúna el consejo de ministros español no haya corbatas de Armani y sí coletas y gafas de pasta? Ambas cosas, por supuesto.
Pero la verdad es que los temores del establishment son infundados. El sistema está blindado con el mejor de los sistemas de seguridad: la autodestrucción. Acceder a la poltrona presidencial supone ponerse un collar explosivo que detona en cuanto te lo intentas quitar o te alejas del camino marcado, como los de ‘Peligrosamente juntos’, aquel filme de Rutger Hauer ambientado en una prisión high-tech.
Ni la oligarquía financiera ni los políticos que la representan en Bruselas tienen de qué preocuparse. El guión de esta peli de catástrofes ya está escrito, y Grecia fue el guionista: el voceras antisistema toca poder (es un decir); el voceras antisistema arma un cirio; y finalmente el voceras antisistema vuelve al redil, acojonado ante la mirada de hielo de la Merkel. Se baja del burro porque sabe que empecinarse equivale a condenar a su país a la ruina total. De fondo resuena el eco de los llantos y quejas del Varoufakis de turno (en nuestro caso sería Monedero) y poco más.
Así que, por favor, que la prima de riesgo se calme y los mercados se apacigüen, que aquí no pasa nada. ¿Qué les da tanto miedo del terremoto político español, si los temblores son efectos especiales y los edificios que se caen son de cartón piedra?
La tormenta perfecta que sufrirá el empleo en cinco años, según los sabios de Davos http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-01-19/los-seis-factores-que-pintan-de-negro-el-futuro-del-trabajo-segun-davos-y-una-sola-solucion_1137474/ …
Ford Motor Co. se retirará de Japón e Indonesia, alegando que las condiciones de los mercados en esos países le dificultan mejorar sus ventas y ganancias.
¿Asesor de Zapatero?
No entiendo entonces cómo nuestro "ilustre" expresidente congeló las pensiones, bajó el sueldo a los funcionarios, suprimió el cheque bebé (que él mismo había instaurado), aplicó recortes en educación y sanidad próximos al 10%, redujo la deducción por compra de vivienda o eliminó la retroactividad en el cobro de las prestaciones por dependencia.