Que las tasas de interés se encuentren en terreno negativo puede sonar como una contradicción. Después de todo, las tasas de interés son generalmente asociadas a una valoración positiva de la capital. Sin embargo, los países recurren a las tasas de interés negativas por una serie de razones como es reducir el riesgo de deflación o inflación baja, “estimular” el gasto y ganar competitividad vía hundimiento de divisa. En tales casos, la tasa de interés representa el coste de almacenamiento de grandes cantidades de dinero en efectivo en poder de los bancos para los inversores institucionales.
Las tasas de interés negativas son un gran incentivo para pedir prestado, es difícil entender por qué alguien estaría dispuesto a pagar por prestar teniendo en cuenta que el prestamista es el que toma el riesgo. Aunque aparentemente inconcebible, puede haber momentos en que los bancos centrales ya no saben qué hacer y actúan a la desesperada.
Durante la década de 1970, Suiza implementó una serie de tasas de interés negativas para detener la afluencia de cuentas en el extranjero. En aquel entonces, existía un escenario geopolítico verdaderamente agitado con Oriente Medio y el conflicto estadounidense en Vietnam que dió lugar a la compra en el franco suizo como valor refugio. En respuesta, a la apreciación del franco suizo, la autoridad monetaria respondió con tasas a los depósitos en negativo.
No obstante hay que valorar la otra cara de la moneda de este tipo de medidas. En teoría, las tasas de interés negativas deben ayudar a estimular la actividad económica y evitar la una espiral deflacionista, pero las autoridades deben ser cautas porque hay varias maneras en que una política de este tipo podría ser contraproducente . Dado que los bancos tienen ciertos activos como las hipotecas que, por contrato , están ligados a la tasa de interés, tales tasas negativas podrían reducir los márgenes de beneficio hasta el punto en que los bancos están realmente dispuestos a prestar menos.
Por otra parte, no hay nada que impida a los depositantes de retirar su dinero en efectivo y como se suele decir “ponerlo bajo el colchón”. Si bien la amenaza inicial sería una fuga de capitales, la fuga de dinero en efectivo del sistema bancario en realidad podría conducir a un aumento en las tasas de interés, que curiosamente sería el efecto contrario del que las tasas de interés negativas se supone que deben alcanzar.
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El atractivo dividendo de Gas Natural Fenosa compensará a Repsol y CaixaBank a sufragar las provisiones que han tenido que realizar por el impacto de las pérdidas que la petrolera registró en 2015. La eléctrica repartirá este año 933 millones de euros -0,932 euros por acción- entre sus accionistas, lo que supone un crecimiento de 2,7%. Caixa Holding recibirá unos 321 millones por su 34,4% del capital, y Repsol otros 280 millones por el 30% de las acciones que posee. Pero en ningún caso habra una fusión Repsol y GNF
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Al margen de las recientes reformulaciones de cuentas, el visionario FG ha condenado al BBVA al quinto puesto en España por beneficios. Descontadas las pérdidas del inmobiliario, el banco presidido por Francisco González ha ganado apenas 554 millones en 2015, tan sólo por delante de Bankinter y Popular. De hecho, la unidad en España del BBVA tan sólo contribuye en un 12,2% al beneficio conjunto del grupo. Incluso, sus 2.642 millones consolidados suponen tan sólo un 44% de los 5.966 millones obtenidos por el Santander.
Mientras, Atom Bank, el banco móvil británico, no ha comenzado sus actividades.
BBVA ha sido el último banco, cronológicamente, en presentar sus cuentas anuales y sus resultados en España también le sitúa en un poco digno quinto lugar entre las siete entidades que cotizan en el Ibex 35. El beneficio neto obtenido durante el pasado ejercicio, una vez descontadas las pérdidas de la actividad inmobiliaria, tan sólo alcanza los 554 millones de euros, únicamente por encima de los resultados obtenidos por Bankinter (376 millones) y Popular (105 millones de euros).
Lo ganado por el banco de Francisco González (FG) en el negocio doméstico representa casi la mitad de lo obtenido por Bankia (1.040 millones de euros). Al final, la entidad nacionalizada que preside José Ignacio Goirigolzarri, exconsejero delegado del propio FG, se sitúa como el banco español con mayores beneficios, seguido por Caixabank (814 millones) y Santander (727 millones de euros).
El BBVA se ve incluso superado por el Sabadell, que sin la integración del británico TSB ha ganado el pasado ejercicio 586 millones de euros. Aunque las pérdidas de la actividad inmobiliaria se han reducido a lo largo de 2015 en más de un 45%, el beneficio atribuido por el negocio bancario en España ha tenido un cuarto trimestre estanco algo más que discreto, ya que tan sólo ha obtenido 87 millones de euros. De hecho, su beneficio final ha sido inferior a los 694 millones de euros netos que había alcanzado al cierre del tercer trimestre del pasado ejercicio.
La contribución neta de BBVA España al beneficio conjunto del grupo es tan sólo de un 12,2%, frente al 46,1% que aporta México, la principal área geográfica. Esa aportación de España es ligeramente superior a la de Estados Unidos (11,9%), uno de los mercados por el que FG apuesta de manera decidida para crecer durante 2016.
Incluso, el beneficio consolidado del grupo BBVA se ha limitado a 2.642 millones de euros, como consecuencia de la apuesta de su presidente por hacerse con el control del banco turco Garanti. Dicha cantidad tan sólo supone un 44% del beneficio atribuido del Santander, que en el pasado ejercicio alcanzó los 5.966 millones de euros.
Eso sí, FG sigue obsesionado por la revolución digital y sigue con su visión apocalíptica de que tan sólo algunos bancos van a sobrevivir a esa transformación tecnológica. Como no puede ser de otra manera, BBVA será uno de ellos. "Estamos a la cabeza en el mundo digital", afirma sin rubor. "Muchos bancos van a desaparecer y los que sobrevivan no serán bancos", apostilla.
Como ya defendiera hace unos años, con las ventas de frigoríficos o lavadoras en las sucursales de su banco, el presidente del BBVA confirma que su entidad venderá productos no financieros en el corto/medio plazo como consecuencia de la revolución digital. Incluso, reconoce que su apetencia por compras de otros bancos físicos se les pasa con el tiempo y que su apuesta es más virtual.
Explosión en marzo
El presidente del BBVA ya dio muestras de esas apetencias digitales a finales del año pasado, cuando se compró una participación del 29,5% en Atom Bank, el primer banco móvil creado en el Reino Unido. La aventura ha supuesto una inversión de 45 millones de libras (unos 64 millones de euros en su momento) en una entidad que tenía previsto iniciar su actividad el pasado mes de enero.
Sin más explicaciones, FG ha indicado que la gran explosión de Atom Bank se producirá el próximo mes de marzo, aunque no ha puntualizado los motivos del retraso de su puesta en marcha con cero clientes en cartera. Eso sí, el presidente del BBVA confía mucho en ese proyecto, pero no piensa entrar "físicamente en el Reino Unido, que es un mercado muy grande".
Con una inversión de 750 millones de euros en tecnología, Francisco González optó por la compra de esa participación en un banco que aún no opera, mientras que Caixabank lanzaba hace unas semanas Imaginbank, su propio banco móvil para la generaciones más jóvenes, principalmente.
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Las Bolsas bajaron en enero y los bancos estuvieron entre los principales sufridores. Algunas de las más importantes entidades españolas han perdido entre un 14% y un 19% de su valor de mercado en el primer mes del año. La presentación de resultados de 2015 que tiene lugar ahora ha hecho que parte del temporal amaine. Son muchos los analistas que ahora se apresuran a aventurar un potencial importante de ganancias en el sector. No obstante, eso va a depender mucho del contexto macroeconómico internacional. Las valoraciones sobre lo que está ocurriendo en los mercados internacionales van desde los que consideran que se trata de una corrección transitoria a los que sugieren un estancamiento secular, pasando por los que indican que se trata de un ajuste necesario del crecimiento mundial una vez que distintas burbujas se han desinflado (crecer menos pero de forma sostenible).
Pareciera que el sector bancario se ha caído en otra trinchera tras haber transitado por muchas durante la crisis. Tal vez el problema es que cuando entramos en el nuevo siglo se estaba configurando un nuevo campo de batalla tecnológico en los servicios y la crisis evidenció que la respuesta al mismo había sido equivocada. Ahora hay mucha más consciencia del reto tecnológico y crediticio. El banquero pasa a ofrecer la solución al cliente en lugar de quedarse detrás de la mesa.
Las cuentas que estamos viendo nos dicen que mejora la solvencia, baja la morosidad y el beneficio depende de ajustes extraordinarios. Así lo vimos esta semana con Bankia y el aumento de un 39,2% de su beneficio neto. Con estos tipos de interés, la intermediación sólo puede ser rentable con grandes volúmenes porque los márgenes son muy escasos. Hemos pasado de hablar del impacto en las cuentas de las coberturas por deterioro a otros factores como el riesgo legal, el de mercado o el operacional. A medias secuelas de la batalla, a medias retos de cambio. En el corto plazo, a poco que se clarifique el panorama político y de mercado es de esperar que aumenten las operaciones corporativas. Entre tanto, los bancos se rearman en su core business y centran su negocio en Europa, considerando las dudas que se ciernen sobre los emergentes. Sigo pensando que el sector bancario español cuenta con una ventaja porque, además de haberse reestructurado de forma muy intensa, pasó por un proceso de transparencia aumentado. No veo, de momento, que el proyecto de saneamiento bancario del que se habla en Italia cuente con esas garantías informativas ni con otros muchos aspectos de la «dolorosa» reestructuración bancaria de nuestro país.
Lo que sí se observa, entre tanto, es una presión regulatoria creciente, tanto desde el punto de vista macroprudencial, con en el tú a tú entre inspección y operativa bancaria. El cumplimiento normativo es fundamental pero, en exceso, puede ahogar. Esta forma de regular me recuerda a los anillos de la saga de Tolkien: un anillo para gobernarlos a todos, otro para encontrarlos y otro para atraerlos y atarlos en las tinieblas. Los dos primeros están bien (unificar supervisión y detectar fallos) pero el tercero sugiere que excederse en el control ahoga.
Bruselas supervisará a España durante un año para controlar su morosidad pública http://www.abc.es/economia/abci-bruselas-supervisara-espana-durante-para-controlar-morosidad-publica-201602022154_noticia.html …
EE UU es el paraíso fiscal favorito de las grandes fortunas http://economia.elpais.com/economia/2016/02/01/actualidad/1454342583_965613.html …
Los servicios públicos en toda Grecia se paralizaron el jueves en una huelga general masiva que canceló vuelos, transbordadores y transporte público, cerró escuelas públicas y farmacias y dejó los hospitales públicos con personal de emergencia.
Los sindicatos convocaron los paros en protesta por las reformas de pensiones contempladas en el tercer rescate internacional del país. El gobierno de izquierdas intenta reformar el golpeado sistema de pensiones del país aumentando las contribuciones a la seguridad social para evitar los recortes de pensiones. Pero las voces críticas señalan que la reforma hará que muchos pierdan dos tercios de sus ingresos en contribuciones e impuestos.
La oposición a la reforma ha unido a un grupo dispar de profesionales, como agricultores, artistas, taxistas, abogados, médicos, ingenieros y marinos, entre otros. Había una intensa presencia policial en Atenas antes de las manifestaciones previstas para la jornada.