Fue el primer ministro conservador Edward Heath el que metió al Reino Unido en la Comunidad Económica Europea en 1973 después de que su país lo intentase sin éxito en dos ocasiones previas, en 1963 y 1967, ¡por culpa del veto francés!. Por entonces el Reino Unido estaba entusiasmado por su ingreso y así lo reflejó en el referéndum celebrado en 1975, en el que el 67% de los británicos expresaron su apoyo a la permanencia en la CEE. Aunque a partir de M. Thatcher, que empezó a gobernar en 1979, el euroescepticismo ganó terreno en el gobierno británico que veía con recelo el ceder cuota de poder hacia la UE. Eso llevó a que en 1992 Major, sucesor de Thatcher y del mismo partido, exigió en el Tratado de Maastricht una cláusula conocida como opt-out (opción de quedarse fuera), por la que el Reino Unido no quedaba obligado a entrar en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM) e así evitar implantar el euro. Y aunque Blair, que puso fin en 1997 a 18 años de gobierno conservador, se mostró más europeísta y su sucesor del mismo partido G. Brown (que ratificó el Tratado de Lisboa de 2008 que daba un punto más de poder a la UE en detrimento de los gobiernos nacionales) también, la crisis económica devolvió el euroescepticismo a la actualidad, siendo utilizada la relación Reino Unido-UE por muchos británicos como la excusa perfecta para achacar al continente los problemas económicos internos.
Mirándolo con cierta perspectiva, el que Reino Unido haya seguido siendo el mayor aportador de fondos a la UE siendo su población tan recelosa del proyecto europeo, es un éxito de sus dirigentes políticos, que han sabido explicar a los votantes que era un error aislarse y que estar en la UE sin estar en el € (y por ejemplo, de esa forma no participar en los “rescates”) era la mejor jugada política. Pero eso no quita para que haya un fondo anti-continental arraigado en un gran porcentaje de británicos -más en los ingleses que en los escoceses- que pueden votar favorablemente a una salida de la UE con cualquier excusa. La actual, la que más suena por culpa del líder de UKIP, N. Farage, es la de los emigrantes que aprovechan que el país está dentro de la UE para beneficiarse de algunas de las generosas ayudas económicas que el gobierno británico ofrece. Lo que ha hecho Cameron, que quiere ganar el referéndum –algo que no está nada claro, tiene hasta al alcalde de Londres, de su mismo partido, haciendo campaña en su contra- y pide la permanencia en la UE (lo contrario perjudicaría su economía), es vender a su población como un gran éxito el ahorro de unos pocos millones de € y lo que ha hecho la UE es ceder en algo que simbólicamente es muy importante (se acepta que Reino Unido trate a los emigrantes de dentro de la UE como diferentes dependiendo del país de donde procedan) para intentar que Cameron gane el referéndum pues la salida de Reino Unido para la UE sería muy grave. Es decir, el acuerdo es malo por lo que significa pero es práctico –para ellos y para nosotros- si con tan poco dinero se consigue que Reino Unido se quede por muchos más años en la UE. Cada uno que valore si merece o no la pena.
Yo voy más allá. Para mi, que entiendo aunque no comparto, el por qué se ha hecho tal cesión, esto significa mucho más. Confirma lo que llevo diciendo años: hasta aquí hemos llegado en el proyecto europeísta, el “más Europa” no puede vencer al nacionalismo. Difícilmente podremos unirnos más porque, como he explicado muchas veces, los políticos de cada país van a gobernar y legislar pensando en sus votantes antes que en los europeos como conjunto. Y lo que es más relevante es que a los europeos –sean españoles, polacos o alemanes- eso les parece bien, queremos que nuestros ministros defiendan nuestros intereses en la UE, no los intereses de la UE. No es ni malo ni bueno, es lo que hay, eso es el nacionalismo y como eso no va a acabar porque está muy arraigado en la sociedad, seguiremos como hasta ahora, que si uno o más miembros ayudan a otro es porque esperan obtener un beneficio o temen que si no lo hacen, la pérdida les afecte. Una unión de intereses y poco más que además cada vez cuenta con menor apoyo popular.
El caso es que a pesar de que haya encuestas que avisan de un resultado ajustado en el próximo referéndum del Brexit y que la libra sí se vio afectada, el inversor bursátil no parece creer que haya un peligro real y esta semana empezó continuando las subidas de la anterior, fiándose de la recuperación en el precio del crudo como maná. Martes y miércoles parecía que el rebote – que era el movimiento más lógico tras tanta caída tan veloz y profunda- se había finiquitado pero el miércoles por la tarde las palabras de la FED apuntalaron a Wall Street y el jueves volvieron las alzas… Volatilidad que no deja el panorama nada claro aunque parece evidente que se ha conseguido maquillar un febrero que llegó a amenazar ser peor que enero pero que, gracias sobre todo a la semana pasada, ha recortado bastante las pérdidas. No obstante, el rebote vino por sobreventa –ya corregida-, al calor de una subida del precio del petróleo poco fiable -y que resulta corta para todo lo que ha bajado- y sin resolver las dudas de la salud del sistema financiero ni el desplome constante de la bolsa china. Además, hay tantas esperanzas en que BCE tomará más medidas el 10 de marzo que puede que cuando lleguen decepcionen como pasó en diciembre. A todo esto hay que añadir para el Ibex la sombra de unas nuevas elecciones que alargarán la incertidumbre. Como imagen, el reparto de tenedores de la deuda pública española en la que destacan los extranjeros, de ahí que la imagen que España ofrezca en el exterior sea tan importante:
Links.
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¿Qué esperar de quien hace muchos años y a raíz de una tormenta muy fuerte sobre el Canal de la Mancha publicaba en su prensa escrita eso de "El continente, aislado"?
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Marruecos rompe de manera oficial su relación con la Unión Europea http://dlvr.it/KcLmTG
Cuando la moneda nos da pistas sobre el colapso del imperio romano http://dlvr.it/KcCjHR
Esta semana:
Préstamos a empresas: - 0,8%
Pedidos de la Industria: + 0,9%
Facturación de Servicios: + 4,6%
Bruselas pide a España mano dura con las autonomías y ajustes laborales http://economia.elpais.com/economia/2016/02/25/actualidad/1456436313_827819.html …
El viaje soñado de Javier era Budapest. Después de años, convenció a dos amigos y marcharon hacia la capital húngara. Reservaron un coche con la compañía Megadrive, a un precio casi ridículo. Cuando llegaron al aeropuerto, lo primero que hicieron fue ir a recogerlo y ahí comenzaron los problemas. La chica del mostrador le pidió una tarjeta de crédito para formalizar una fianza de 500 euros.
Javier estaba acostumbrado a depósitos mucho más asequibles cuando había viajado a Canarias. Después de una discusión acalorada, optó por renunciar al contrato y perder el dinero que arriesgarse a males mayores. El enfado le duró varios días, pero cuando llegó a Madrid supo que su decisión había sido un acierto.
Las redes sociales están plagadas de casos como este, de abusos de empresas de alquiler de coches. Los clientes estafados cuentan que entregan un vehículo en perfectas condiciones y que los empleados comienzan a inventar rozaduras, golpes y demás desperfectos para ejecutar la fianza.
"Hay que tener mucho cuidado con este tipo de compañías, porque abusan de los clientes de una forma exagerada. Se basan en que si bien existen organismos donde interponer una queja, el usuario no va a abrir un proceso en un estado a miles de kilómetros de distancia", aseguran fuentes de la Organización de Consumidores Españoles (OCU).
El consejo cuando se viaja por Europa es acudir sólo a compañías que sean de total confianza, como Europcar, Hertz, Avis. "Hay que desconfiar de las empresas que ofrecen alquileres por unos precios de risa, porque nadie da duros a peseta. Al final, sacan el dinero por otros conductos. Y el alquiler sale muchísimo más caro que en las empresas de toda la vida", señalan en fuentes del sector.
Las prácticas fraudulentas existen en todas las geografías y de modos muy variados. La empresa GoldCar sorprende a los clientes que van a devolver sus vehículos, al exigirles que abonen hasta 84 euros para llenar el depósito de gasolina, que se ha entregado vacío. Existen decenas de comentarios por Internet de clientes que se sienten estafados por este procedimiento.
"Este tipo de prácticas existe no sólo en los últimos países incorporados a la Unión Europea. También se dan en mercados como el del Reino Unido, que es considerado como muy maduro en competencia", indican fuentes de la OCU. Se cuentan casos terroríficos de clientes a los que se les ha hecho responsables de una rotura de motor, con el pago de 5.000 euros, aseguran fuentes solventes.
Con distinto collar
Autoeuropa, Dollar y Sicily By Car son el mismo perro con distinto collar. Todas pertenecen a la misma empresa de alquiler de coches que opera en Italia. Ofrecen alquileres económicos y pasados unos meses, cobran importantes cantidades de dinero en la tarjeta de crédito sin avisar. "A mi me acaban de cargar 360 euros, porqué me han dicho que tengo 6 multas de 60 euros cada una. Sin saberlo, al firmar el contrato das la autorización para que te carguen en tu visa este tipo de cargos", asegura un cliente.
Las recomendaciones de los especialistas son muy claras. "Hay que leer atentamente el contrato de alquiler de vehículo antes de firmarlo y asegurarse de que se entienden perfectamente todas sus cláusulas, sobre todo si está escrito en una lengua que no es la propia. No hay que dudar en solicitar cualquier aclaración que se considere oportuna", indica el Centro Europeo del Consumidor en España.
En la web de este organismo se indica que "hay que tener presentes las cláusulas que se refieren a los supuestos de exoneración de responsabilidad por parte de la empresa. Por ejemplo, algunos contratos establecen que en caso de accidente hay que comunicarlo a la empresa de alquiler del vehículo antes de 48 horas. Si no se cumple este extremo es el consumidor quien deberá responder de cualquier daño que se haya".
Según una reciente información de The Telegraph, "cuando alquilas un coche en Europa, si se produce una demanda por daños o robo, el conductor está obligado a pagar por ello hasta un determinado valor que, según iCarhireinsurance puede alcanzar las 1.360 libras esterlinas (más de 1.700 euros). Este portal cifra en 805 libras (más de 1.000 euros) el coste medio por desperfectos o robo.
La actividad de alquiler de coches registró una facturación de 1.423 millones de euros durante el pasado año, según la Federación Nacional de Empresas de Alquiler de Vehículos (Feneval), que engloban a 400 compañías que suponen el 70% del sector. El sector anotó un crecimiento del 5%.
Según un reciente de Zion Research, el mercado mundial de coches de alquiler de alquiler alcanza los 38.000 millones de euros y se estima que en 2020 crecerá hasta los 80.000 millones de euros.
La esposa de Pujol eludió en Panamá el pago de impuestos andorranos
http://elpais.com/m/politica/2016/02/25/actualidad/1456397296_909060.html
La justicia europea avala que Alemania deniegue ayudas sociales a españoles http://www.elespanol.com/espana/20160225/104989589_0.html …