Durante los últimos siete años los bancos centrales han lanzado los denominados QE’s, programas de flexibización cuantitativa y han llevado a cabo políticas monetarias NIRP y ZIRP, por lo que los tipos de intereses han descendido a niveles entorno a cero. Está actuación ha tenido unas consecuencias notorias en el mercado de bonos por lo que vamos a hacer una comparativa entre la rentabilidad de los bono en el año 2000 y 2016.
Los tipos de interés negativos son un signo de preocupación de los banqueros centrales por la desaceleración del crecimiento económico y la deflación. En tal ambiente económico, los precios de los bonos se han ido incrementando, mientras que los rendimientos de la deuda pública han caído (precios de los bonos y los rendimientos funcionan a la inversa).
En el siguiente gráfico de Blackrock se muestra que en el año 2000 sólo los bonos japoneses se encontraban cotizando con una TIR inferior al 3%, mientras que el resto de los bonos cotizaban por encima de ese nivel. Las políticas llevadas a cabo en estos años han dado un vuelco a ese escenario y es que en la actualidad han dibujado una nueva normalidad. Muy pocos bonos ofrecen a los inversores una TIR superior al 3%, entre ellos, los bonos high yield, conocidos también como bonos basura, y los bonos cotizados en los mercados emergentes.
Lo peor de este nuevo escenario, es la aparición de TIR’s negativas, un concepto novedoso para los inversores. Desde mediados de 2014, el mundo ha perdido más de cinco billones de dólares en deuda cotizando con TIR’s superiores a cero, ese descenso se ha magnificado en especial en aquellos países que han llevado a cabo políticas de tipos negativos, en concreto Europa y Japón. Para hacernos una idea de este gran cambio, a partir de finales de marzo de 2016, el 38 % de los bonos cotizados ya reflejan rentabilidades nominales negativas.
Incluso como repasamos en el Blog de bolsa, tenemos bonos que cotizan con rentabilidad nominal positiva pero a su vez, la rentabilidad real (descontando el efecto inflación) es actualmente negativa. Un ejemplo de ello es el bono estadounidense a diez años. El rendimiento del bono a diez años años se situó recientemente en el 1,72%. Unos niveles que se encuentran por debajo de la última lectura en el índice estructural de precios al consumidor del 2,3%. Por esta métrica, el rendimiento real de los bonos estadounidenses a diez años es del -0.58%.
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