Esta será la segunda vez que Gran Bretaña vaya a las urnas para consultar a su población si continúan o no en la aventura europea. La primera fue en 1975, y en ella todos los principales partidos políticos y la prensa apoyaron la continuidad en el mercado común. Sin embargo, hubo fracturas internas significativas entre los miembros del gobierno laborista, por lo que se dio libertad a los miembros del partido para que hiciesen campaña libremente por la opción que quisieran. El resultado fue la permanencia en la Comunidad Económica Europea, que era como se denominaba entonces la UE, con un 67% de los votos.
Para los partidarios de la salida de la UE los argumentos son básicamente tres: Mayor control de la inmigración, mejor posición para negociar acuerdos comerciales y una liberación de la enrevesada burocracia comunitaria. Los europeístas, sin embargo, argumentan que la pérdida de soberanía se ve compensada con los beneficios de pertenecer a la UE y alertan de los riesgos para la prosperidad económica británica de una hipotética salida, ya que se vería reducida la influencia internacional británica al tiempo que aumentarían las barreras comerciales entre el Reino Unido y la UE. Lo que no se logra rebatir de ninguna manera, de hecho se obvia, es el tema de la burocracia europea, que por compleja, excesiva y en la mayor parte de los casos inoperante, es uno de los principales lastres a la hora de impulsar políticas renovadoras en Europa.
Por su parte, el desgastado primer ministro Cameron, no hace sino enumerar las dificultades a las que se enfrentaría el Reino Unido de salir adelante la propuesta de salida de la UE, desde que implicaría la salida del Banco Europeo de Inversiones, que en los últimos tres años ha dedicado más de 16.000 millones de libras (20.160 millones de euros) al Reino Unido, hasta que las pensiones podrían verse afectadas en un futuro inmediato debido al previsible efecto de disminución de crecimiento económico que supondría el abandono de la Unión.
En cuanto a lo que a España se refiere, el 79% de las empresas españolas con filiales en el Reino Unido se muestran muy preocupadas ante el escenario de la salida. Siendo la inversión en el Reino Unido la que sufriría el gran frenazo. Sólo el 3% de estas empresas consideran que su situación mejoraría. La situación no mejora en lo que se refiere a empresas del resto de Europa con filial en Gran Bretaña. El posible parón de la inversión extranjera si los británicos votan por romper con Bruselas es una de las razones que arguye Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, para advertir que el Brexit podría provocar una recesión en Reino Unido y desplomar el valor de la libra.
Por otro lado, un informe de S&P sitúa a nuestro país como la octava economía más afectada si este escenario se diera, debido a las grandes inversiones realizadas por las empresas españolas en suelo británico, sobre todo en sectores como la banca -Santander, BBVA y Sabadell- y las telecomunicaciones (Telefónica). En lo que respecta a la balanza comercial no se aprecia un efecto importante, siendo la economía más afectada Irlanda. La incógnita quedaría ligada al sector turismo.
Pero hay otro efecto colateral que nos afecta y es la situación de Gibraltar tras la hipotética salida. Es cierto que la UE ha actuado de parachoques entre los gobiernos español y británico en lo que a Gibraltar se refiere. Este escudo desaparecería y podría dar lugar a un relanzamiento de las exigencias españolas que volverían a chocar con la firmeza británica, lo que podría dar lugar a nuevos episodios de cierres de la verja, además de una mayor presión sobre la economía gibraltareña, asentada en el juego online y en los servicios financieros y aprovechándose del estatus especial que tiene hoy en día en el seno de la Unión. El impacto que podría tener sobre la economía del peñón y sus aledaños en España son incalculables; hay que tener en cuenta que la economía gibraltareña tiene un impacto económico en el Campo de Gibraltar de 587 millones de libras anuales (unos 743 millones de euros), la cuarta parte del PIB de la zona y que el paso fronterizo de Gibraltar ve transitar cada semana a unos 350 camiones con abastecimientos para la colonia, en su mayoría españoles, y salir a decenas de gibraltareños, normalmente de alto poder adquisitivo, que tienen una residencia en territorio español o que, con su consumo, incentivan la precaria economía de municipios como La Línea de La Concepción.
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Las tasas negativas no consiguen impulsar el crecimiento http://dlvr.it/LYFK0J
El ritmo de crecimiento continúa siendo robusto en el 2T 2016. El modelo de previsión del PIB predice un crecimiento del 0,67% intertrimestral en el 2T 2016, lo que implica una desaceleración respecto al avance del 1T (0,77% intertrimestral). En general, los distintos indicadores que se publicaron durante el último mes ya apuntaban a una moderación del ritmo de expansión. Sin embargo, destaca positivamente la solidez mostrada por los indicadores de consumo privado, lo cual hace prever que este componente seguirá siendo el principal impulsor de la demanda interna en el 2T.
Sigue la moderación salarial. En el 1T 2016, según el índice de costes laborales armonizado, los costes salariales retrocedieron un 0,1% intertrimestral, tras aumentar un 0,9% en el 4T 2015. A juzgar por el incremento moderado de los salarios pactados en convenio en marzo, del 1,1% interanual, la contención salarial proseguirá en los próximos trimestres.
El sector inmobiliario gana tracción. El precio de la vivienda basado en las compraventas creció un 1,5% intertrimestral en el 1T 2016, después de sufrir un retroceso mínimo del 0,1% en el 4T 2015. En términos interanuales, avanzó un 6,3% (4,2% en el 4T). Aunque la dinámica de los precios sigue siendo muy heterogénea entre comunidades autónomas, destaca que solamente dos de ellas registraran retrocesos en términos intertrimestrales. La fortaleza de las compraventas de viviendas, que en abril avanzaron un 12,7% interanual (en el acumulado de 12 meses), hace prever que la tendencia al alza de los precios se mantendrá en los próximos trimestres.
El crecimiento del PIB de la eurozona fue del 0,6% intertrimestral en el 1T 2016, algo mayor que en el 4T 2015 (0,4%). Ambos datos fueron revisados una décima al alza por la oficina estadística europea. La demanda interna continuó siendo la principal contribuidora al crecimiento económico (+0,7 p. p.), en particular, gracias al consumo privado (+0,3 p. p.), cuya aportación aumentó. El consumo público y la inversión contribuyeron, respectivamente, con +0,1 p. p. y +0,2 p. p. y, junto con el consumo privado, es probable que sean los pilares del crecimiento de la eurozona en los próximos meses. Por su parte, la demanda externa redujo su contribución negativa al crecimiento en el 1T (-0,1 p. p.), a causa, sobre todo, del menor avance de las importaciones con respecto al de las exportaciones. Esperamos que la contribución del sector exterior aumente paulatinamente, apoyoda por la depreciación del euro prevista
¿Cuando empezará la banca a guardar dinero bajo el colchón? http://www.gurusblog.com/archives/cuando-empezara-la-banca-a-guardar-dinero-bajo-el-colchon/10/06/2016/ …
Los indicadores de actividad de China se estabilizan en mayo, después de la debilidad de abril. Así, aunque las exportaciones volvieron a retroceder (-4,1% interanual), las importaciones registraron una ligera caída (del -0,4%) después de meses de fuertes descensos (-13% en promedio), lo que indica una estabilización de la demanda interna. Asimismo, la producción industrial avanzó un 6,0% interanual, en consonancia con el mes anterior, y las ventas minoristas crecieron un 10,0% interanual, sin mostrar ni una clara mejora ni un evidente deterioro con respecto al 10,7% de 2015. Por su parte, la inflación sorprendió a la baja y se situó en el 2,0% (2,3% en abril), aplacada por el componente alimentación.
La economía turca empieza a ralentizarse. En el 1T 2016, el PIB de Turquía creció un 4,8% interanual (0,8% intertrimestral), frente al 5,7% interanual anterior. La ralentización registrada no fue mayor porque la demanda interna y, en particular, el consumo público (que avanzó un 10,9% interanual) aceleraron el ritmo. Por el contrario, la aportación de la demanda externa al crecimiento del PIB fue negativa. La senda de desaceleración económica se extenderá a los próximos trimestres, ya que persisten desequilibrios macroeconómicos importantes (en especial, el déficit corriente) y los focos de incertidumbre política interna y externa se mantienen.
El cofundador de Google quiere hacer realidad el sueño del coche volador http://economia.elpais.com/economia/2016/06/09/actualidad/1465473248_546770.html
¿Qué rentabilidad puede obtener si alquila su garaje? http://www.expansion.com/economia/2016/06/11/575c668546163f820e8b463a.html?cid=SMBOSO22801&s_kw=twitter …
Al primer ministro británico David Cameron le gusta el lado desafiante y aventurero de la política. Muchos en Europa se preguntan por qué tuvo que acceder a convocar un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, por mucho que una facción de su propio partido y una porción ‘fringe’ del electorado de entonces lo demandasen.
Es una pregunta parecida a la que se le hizo por su convocatoria de un referéndum de autodeterminación para Escocia. Cuando el voto se decantó (con poco margen) por dejar las cosas como estaban, el gobierno, el partido conservador y en general el país respiraron aliviados. Imagínense lo que hubiera supuesto para Cameron y su partido quedar en la historia como autores del instrumento legal que permitió disolver la unión que da nombre al Reino Unido.
Cameron no estaba constitucionalmente obligado a convocar ninguno de los dos referéndums, y un resultado negativo en cualquiera de ellos, previsiblemente, habría de producir sendos terremotos políticos, aparte de la caída del gabinete. Es lo que puede acabar ocurriendo en el caso del Brexit. Porque el voto a favor de ‘salir’ se mantiene desde hace por lo menos dos semanas en un empate técnico con el voto por ‘quedarse’, con moderadas variaciones al alza o a la baja, según indican encuestas ‘online’ y telefónicas de la BBC, casi diarias.
Por mucho que el ‘no’ a la salida permita que las capitales europeas se sientan aliviadas, no pueden descontar que nunca más se celebrará otro referéndum, que sería el tercero por la misma cuestión, pues antes que el de 2016 se celebró otro en 1975 sobre lo mismo. Estas dudas recurrentes de uno de los socios mayores de la Unión no auguran nada bueno. La construcción europea se halla en un grado muy delicado de su desarrollo, para el cual la única respuesta creíble sería reemprender el proceso hacia una unión cada vez más sólida, como prevé el tratado de Lisboa, pero a la que se resisten incluso los pro-europeos británicos, que prefieren dejar las cosas más o menos como están. Es decir, como un mercado único para bienes y servicios, y nada más.
¿Consentirán los estados y pueblos de la Unión dejar las cosas en ese nivel de unificación parcial? Algunas fuerzas nacionalistas europeas sí lo preferirían, sin profundizarla, y que se devolviera a los estados la plenitud original de sus competencias políticas. Las fuerzas populistas, por el contrario, ponen cuantos frenos pueden al mercado único, y buscan redefinir los consensos básicos que hicieron progresar la Unión, en un equilibrio entre las ideas y soluciones liberales y las socialdemócratas, en favor de soluciones claramente anticapitalistas o antimercados.
La propia experiencia del Reino Unido muestra que la devolución a los estados de algunas de las competencias cedidas a la Unión, o no es posible o es peor el remedio que la enfermedad. Un informe exhaustivo ordenado por Cameron, antes de tomar la decisión, sobre qué poderes podrían ser repatriados ventajosamente, arrojó un resultado negativo: no había ventajas significativas, y sólo sería recomendable reducir la complejidad de algunas regulaciones. Como dice Michael Emerson, del Center for European Policy Studies (CEPS), “la mayor parte de las competencias dentro de la Unión son compartidas con los estados miembros, y el reparto parece ser bastante justo”. El consejo europeo de febrero de este año, que cerró las negociaciones con el Reino Unido, no añadió nada a lo ya cedido a Cameron en materia de Schengen, moneda única y presupuesto, los tres expedientes centrales de las demandas británicas.
Una insatisfacción enraizada en la historia
Si a pesar de todo, el Reino Unido vota que no a la Unión, habrá que analizar su decisión en términos de reflejos historicistas fuera de época y de contexto. Es sabido que la historia del Reino Unido ha evolucionado explotando una ventaja de tipo geopolítico, que acabó siendo un imperativo de su política europea: estar siempre en condición de afectar o condicionar la Europa continental, incluyendo la capacidad de invadirla, minimizando el riesgo de ser condicionada o invadida por las principales potencias continentales.
Un pálido reflejo de ese imperativo se observa en la prioridad que Cameron atribuyó a limitar el derecho de los trabajadores de origen continental a residir y trabajar en el Reino Unido. Europa no cedió en cuanto al libre movimiento de la mano de obra, y sólo concedió restricciones temporales en cuanto a beneficios no contributivos, así que el Reino Unido seguirá beneficiándose de la mano de obra continental menos cualificada para los trabajos que los británicos no están dispuestos a hacer, sobre todo en agricultura, o los trabajadores más cualificados o educados, atraídos por una economía actualmente más dinámica que la continental.
Una procesión de gente alarmada por el sí al Brexit
Qué decir de las intimaciones de los Estados Unidos y de China para que el RU siga en la Unión. El presidente Obama ha advertido, para quien prefiera entenderle en lugar de ignorarle, que el Reino Unido perdería influencia en Washington si se separa de la Unión. No es probable que Donald Trump o Hillary Clinton vean ventajas en seguir rindiendo tributo, aunque sea sólo vocal, a la “special relationship”.
Lo mismo respecto de China. Pekín tiene en Londres, aparte de un mercado de capitales de primer orden, una puerta de acceso comercial y tecnológico al mayor mercado del mundo, es decir, la Unión Europea. Cualquier otra capital continental estaría encantada de heredar el papel de intermediación que hoy hace la City, incluidas las de Europa del Sur, con activos más baratos que los que ofrece el Reino Unido.
El secretario de Estado para Negocios y Competencia, Sajid Yavid, ha advertido que 1.200.000 pequeñas empresas británicas se quedarían “en la línea de fuego” si el Reino Unido se saliese de la Unión. “Las pequeñas empresas son la espina dorsal de la economía”, advirtió la pasada semana.
En los últimos días todos los que se oponen al Brexit dan muestras de estar preocupados. Trece premios Nóbel acaban de advertir que salir de la Unión puede poner la investigación del Reino Unido en peligro, debido a que quedaría cortada de los fondos europeos y del bloque en que se mueve el 20% de los investigadores del mundo.
Y así podríamos seguir en otras áreas menos significativas: por ejemplo Gibraltar, que no quiere oír de Brexit, o los centenares de miles de ‘expatriates’ británicos que residen en España, Francia, Italia, Grecia, Chipre, etc.
El referéndum del Brexit parece hoy más cerca de su desenlace, aunque el resultado será equívoco, ganen o no éstos o sus contrarios. Para Europa continental, sin embargo, puede ser la oportunidad de alcanzar otro grado de madurez en sus proyectos de unión, que se han mantenido en suspenso, en alguna medida, debido a la cuestión británica.
https://plazamoyua.com/2016/06/13/huevos-y-chuletas-politica-basada-en-la-evidencia-o-evidencia-basada-en-la-politica/
Un tempo desee que pase algo grave con tal de que sirva para despertarnos y cambiar el rumbo... me refiero tanto a España como a la UE... a día de hoy lo tengo claro, que pase lo que pase seguiremos empeñados en hacer lo de siempre... desgraciadamente los de Bruselas son mucho mas inamovibles incluso que los políticos nuestros... O sea que solo si empecemos a construir guilotinas delante del parlamento europeo, quiza solo entonces se dejen de sus rollos y hasta en eso no estoy seguro...
Por lo de Brexit.... Lo bueno que veo es que los británicos tienen una buena cultura democrática y desde luego sus razones en contra de la UE estan llenos de razón... Obviamente nos afectaria mal a corto plazo, pero veo normal que hagan lo que ellos quieran y se atiendan las consecuencias....