Por su parte las reacciones no se han hecho esperar. De un lado, los movimientos políticos de toda Europa que utilizan el populismo como arma fundamental (aquí tenemos unos cuantos, aunque suavizados por nuestro propio clima electoral) ya hacen suya la victoria y resulta paradójico ver la unión en el discurso que tanto la derecha más extrema como la izquierda más zurda parecen tener. Así, el Frente Nacional en Francia y el Movimiento 5 Estrellas Italiano, ambos partidos representativos de las políticas de sus respectivos países, ya han aplaudido el resultado y se han apuntado al carro de los solicitantes de referéndum. Con menor peso político, fuerzas de ambos extremos de Suecia, Dinamarca y hasta de Alemania ya han empezado también a intentar ganar peso político a cuenta del antieuropeismo.
Sin embargo, lo cierto es que la cosa no pinta nada bien para el inglés. Tan sólo unas horas después de ganar, uno de los líderes del “Brexit”, Nigel Farage del UKIP, reconoció que una de las promesas realizadas en campaña, acerca de que con la salida Gran Bretaña se iba a ahorrar 350 millones de libras a la semana que podría revertir en mejorar su sistema sanitario y educativo, no es del todo exacto, y que quizás hubiera sido mejor no hacer tal promesa.
Pero no sólo eso, nubarrones bien negros se ciernen sobre la economía inglesa a corto y medio plazo. Para empezar el centro financiero de Londres seguramente se va a resentir: se calcula que entre 50.000 y 70.000 puestos de trabajo de finanzas de Londres se trasladarán al extranjero en los próximos 12 meses (Francfort ya se relame, pero París, Madrid y Dublín esperan también competir en la carrera). De hecho, se espera un éxodo masivo de empresas hacia el continente que trasladarán su sede si no quieren quedarse fuera de la UE. Y aunque hay muchos que defienden que Londres seguirá siendo un lugar muy atractivo para realizar operaciones sobre la base del euro y retan a la UE a desbaratar su “maraña de reglas asfixiantes” si quiere competir con una mayor flexibilidad, es sabido que esa posición se desvanecerá en cuanto el BCE requiera que las operaciones en euros se realicen en suelo europeo.
Lo cierto es que no se notará gran cosa a corto plazo, de hecho, durante los próximos dos años Gran Bretaña seguirá siendo miembro de la UE de pleno derecho, lo que da un cierto margen para reacomodarse sin demasiados traumas, sobre todo teniendo en cuenta, que la peor parte se la va a llevar la libra, ya que el Banco Central Europeo cuenta, en principio, con el pulmón suficiente para aguantar el envite. Será, sin embargo, durante esos dos años en los que el electorado inglés se vaya dando cuenta del embrollo en el que se puede haber metido, ya que, de cumplirse las previsiones, la recesión puede haberse ya puesto en marcha, los problemas migratorios no se van a solucionar a corto plazo, los “grandes acuerdos comerciales con Estados Unidos, la India y China pueden no compensar lo perdido con el resto de Europa y además ha vuelto a abrir la brecha del secesionismo en suelo británico: Escocia a Irlanda del Norte no parecen estar muy dispuestas a ser más británicas que europeas.
Por no hablar del conflicto particular que enfrentará previsiblemente a Gran Bretaña, ya no con nuestro país, sino con la UE, como es el tema de Gibraltar. Estaríamos hablando de un territorio extranjero enclavado en el seno de un país miembro de la UE que además de tener problemas de delimitación de fronteras, obtiene buena parte de sus ingresos a través de actividades con importantes vacíos legales o directamente ilegales, como es el contrabando de tabaco. Todo puede ser que acaben siendo los gibraltareños los que acaben gritando en la verja aquello de “¡Gibraltar Español!”.
En cualquier caso, los 17 millones de británicos que han apoyado el Brexit deben prepararse para una seria decepción. Las negociaciones de salida de la UE serán muy largas, período en el que la economía sufrirá por la incertidumbre mientras siguen llegando inmigrantes, por un lado, y tendrán que seguir aportando sus cuotas de socio de la UE hasta que el proceso acabe, por otro. Según Merrill Lynch, Reino Unido entrará en recesión en el segundo semestre de 2016. Y el proceso de salida podría alargarse hasta 2018-2019, periodo en el que no se podrá cerrar la frontera a ciudadanos europeos. Tampoco está claro que Reino Unido vaya a poder restringir la entrada a los europeos tras dejar la UE, especialmente porque el criterio de reciprocidad puede serle desfavorable.
Tan sólo hay una opción que puede aliviar ese negro panorama para Gran Bretaña: ¿y si ellos sólo han sido los primeros?
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"esa posición se desvanecerá en cuanto el BCE requiera que las operaciones en euros se realicen en suelo europeo"
eso se lo ha inventado el autor, ¿cómo va a evitar un banco central que no se negocien operaciones bancarias en una divisa de libre circulación en el mundo en un país en concreto? Nadie puede hacer eso y en todas partes del mundo hay operaciones en euros, en dolares, en libras y el banco central no tiene nada que decir respecto a eso
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España:
Los indicadores de actividad siguen en cotas elevadas pero ralentizan su ritmo de avance en abril. Destaca en positivo la buena marcha del sector servicios, cuya facturación creció un 3,6% interanual en abril. En cambio, la cifra de negocios de la industria retrocedió ligeramente (-0,7% interanual). Ello avala las previsiones de CaixaBank Research de crecimiento sólido pero algo más moderado del PIB en el 2T 2016, que situamos en el 0,6% intertrimestral (0,8% en el 1T). Con todo, el incremento de los pedidos industriales provenientes del exterior (6,0% interanual en el acumulado de 12 meses), tanto de la eurozona (7,3% interanual) como del resto (4,4% interanual), muestran un fondo de resistencia del sector industrial.
El saldo comercial mejora notablemente en abril. Las exportaciones de bienes repuntaron tras el flojo mes de marzo, que se vio afectado por el hecho de que la Semana Santa cayera íntegramente en dicho mes. Así, las exportaciones crecieron un 1,7% interanual (en el acumulado de 3 meses) gracias, sobre todo, al empuje de las ventas a la eurozona. Continúa siendo destacable la robustez de las exportaciones no energéticas, con un crecimiento del 3,1%. Destacan en positivo los sectores del automóvil, de las manufacturas de consumo y de los alimentos. Por su parte, las importaciones retrocedieron un 1,3% interanual, lo que propició que en abril el déficit comercial (acumulado de 12 meses) se redujera en 1.600 millones de euros con respecto a abril de 2015.
Los mercados de acciones odian los lunes http://dlvr.it/LfpW7K
Mejora la confianza en la eurozona en el 2T aunque el resultado del brexit pesará en los próximos meses. El índice de confianza del consumidor de la eurozona alcanzó los -7,3 puntos en junio, y recuperó, así, la mayor parte del terreno perdido en el 1T. Todo apunta, pues, a que la recuperación gradual de la eurozona prosigue. Con todo, el brexit abre un periodo de fuerte incertidumbre con repercusiones sobre la economía real. La magnitud del huella dependerá, en gran medida, del nuevo liderazgo del Reino Unido y el planteamiento de la negociación con la UE, de la reacción de la propia UE, y de la fuerza de los partidos euroescépticos y populistas en la región europea.
La eurozona sigue avanzando a buen ritmo en el segundo trimestre del año. El índice PMI compuesto se situó en los 53,0 puntos en el 2T, un nivel expansivo (por encima de los 50 puntos) y similar al registrado en el primer trimestre del año (53,2). Por países, en Alemania el PMI alcanzó los 54,1 puntos, un nivel que apunta a una sólida expansión de la actividad en el 2T. Por su parte, en Francia el PMI se situó en los 50,2 puntos en el 2T, un nivel que señala la fragilidad aún existente en la economía gala.
El sector inmobiliario en EE. UU. prosigue su recuperación. En mayo se iniciaron 1,2 millones de viviendas, una cifra cercana al promedio histórico (de 1,3). Asimismo, las ventas de viviendas, tanto nuevas como usadas, siguieron avanzando en mayo. Por su parte, el índice de precios elaborado por la Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda (FHFA) creció un considerable 5,3% interanual, lo que apuntala la inversión residencial como un factor importante detrás del crecimiento económico de EE. UU. en 2016.
La debilidad de las exportaciones japonesas propicia un déficit comercial en mayo. Las exportaciones cayeron un 11,3% interanual (un -2,4% en volumen) por el retroceso de las ventas a China, a ASEAN y a EE. UU. Las importaciones subieron en volumen, aunque la fortaleza del yen (que se ha apreciado respecto al dólar más de un 14% en un año) hizo que en yenes registrasen un descenso del 13,8% interanual
Las tasas de interés están en su nivel más bajo en 5.000 años http://dlvr.it/Lfjq9F
¿Qué pasará con los europeos que viven en Gran Bretaña? http://dlvr.it/Lg69L9
En comparación con otras áreas económicas, las exportaciones españolas de bienes avanzaron a mayor ritmo durante el primer cuatrimestre de 2016. Se gana cuota de mercado. Un incremento del 1,8% sobre el mismo período de 2015 que destaca sobre el retroceso del 0,3% de la Zona Euro o la caída del 6,9% en EEUU. También es favorable la comparación con nuestros grandes socios comunitarios. Las exportaciones de Alemania aumentaron el 1,5% en el primer cuatrimestre mientras caían el 1,8% en Francia, el 0,5% en Italia y el 4,6% en RU.
Las cifras del mes de abril, último del que se disponen datos, son todavía más favorables; una tasa interanual del 6,3% que corrige la debilidad de los meses anteriores. Un abril el de 2016 que marca un record en la serie histórica. Además, las exportaciones en volumen subieron un 7,7% interanual debido a que los precios se redujeron un 1,3%.
Las importaciones contabilizadas en euros descendieron en Abril el 1,2%, pero como quiera que sus precios bajaron un 5,6%, el volumen, sin embargo, creció a una tasa del 4,6%.
En resumen las ventas físicas crecieron más que las compras y como consecuencia del mayor descenso de los precios de las mercancías importadas, el saldo comercial registró un déficit inferior en un 72% al de abril de 2015.
Ahora bien, no todo es positivo. Si se observa el saldo no energético en 2015 se registró un superávit de 1.487 millones de euros y un déficit de 190 millones de euros en 2016. Afortunadamente el saldo energético se ha recortado en un 42% como consecuencia de la caída en el precio del petróleo.
¿Cuál es la razón de este comportamiento negativo en las transacciones de bienes no energéticos?. Por un lado los intercambios con la UE se saldaron con un superávit, en el primer cuatrimestre de 5.000 millones de euros pero con el resto de las zonas geográficas las importaciones superaron a las importaciones.
El saldo comercial total con América ha sido de menos 430 millones de euros; es positivo con América Latina y es negativo con América del Norte. Con África el saldo final es negativo en 1.544 millones de euros generado por las importantes compras de hidrocarburos en Nigeria y Argelia.
Donde está la raíz del déficit comercial no energético es en Asia, donde las compras superan a las ventas en 10.147 millones de euros de los que 6.032 corresponden a China y 809 a India. Contrástense estas cifras con el déficit comercial de España en el primer cuatrimestre: 5.581 millones de euros. El déficit de China es más de un 100% responsable del déficit total.
El saldo comercial negativo con Asia seguirá creciendo. Por lo pronto en los primeros cuatro meses de 2016 las compras españolas en la región crecieron un 3% en euros frente al 0,8% en el resto del mundo. Además las ventas españolas hacia Asia disminuyeron en un 3,6%.
Tradicionalmente teníamos un desequilibrio comercial con los países productores de hidrocarburos y con la Europa industrializada. Ahora hay un ligero superávit con Oriente Medio y uno continuado con la UE.
Como contraste entre las cifras y las creencias en la opinión pública española se ha extendido el rechazo a los acuerdos comerciales y de inversiones entre la UE y los EEUU basándose en que generarían un mayor desequilibrio en los intercambios mutuos. La globalización por el lado de Occidente se percibe como una amenaza cierta mientras pasan totalmente desapercibidas las cifras que demuestran que el peligro comercial viene de Oriente.
La caída del precio del petróleo ha protegido el déficit comercial de España. Una adormidera para ir tirando y un riesgo cierto por el que nadie se preocupa. Entre tanto se transfiere ahorro español a los exportadores chinos con el que pueden comprar empresas de ingeniería y consultoras, sin ir más lejos.