Primero recordemos en que consistía el experimento. A un grupo de 2.000 desempleados de entre 25 y 58 años se les paga 560€ mensuales independientemente de si encontraban trabajo o no. Con la intención de conocer si realmente merece la pena y si incita a la búsqueda de empleo y formación o por el contrario, a la pereza..
El economista jefe del SAK (La Organización Central de Sindicatos Finlandeses) lo resume muy bien.
El experimento de ingresos básicos de Finlandia es inviable, antieconómico y en última instancia inútil. Además, sólo alentará a algunas personas a trabajar menos.
Creemos que la política social va en la dirección equivocada
Según ellos, el experimento de dos años fallará en los social, por otro lado el impacto económico que esta medida tendría si se expandiese a toda la población aumentaría el déficit público en un 5%. Por otro lado, generaría tensiones inflacionistas ya que acabaría con los puestos de trabajo que nadie quiere.
Esta misma semana en El Confidencial escribían sobre las diferencias entre la renta básica universal y la renta de inserción, un concepto en apariencia similar pero con unos matices que la hacen muy interesante.
De un lado, la propuesta de renta básica universal conectaría bajo ciertos supuestos con una filosofía de corte compasivo que concibe el Estado como algo ajeno al devenir de los mercados —en particular el del trabajo— y la establece como un modo de moderna institución benéfica que aborda los aspectos más execrables de la indigencia en una sociedad de individuos libres
De otro, el concepto de renta de inserción vincula la percepción de un beneficio estatal, monetario o en especie, a la vinculación del beneficiario con el mercado laboral a través del requisito de búsqueda activa de empleo. La perspectiva cambia aquí de forma radical, instituyéndose una suerte de derecho al trabajo para todos los ciudadanos y, por tanto, ayudando por parte del Estado, garante de los derechos subjetivos de las personas, a los que de modo circunstancial o temporal no encuentran un empleo en el que desarrollar sus capacidades.
La primera anticipa un escenario de indigentes nutridos y resulta muchas veces acompañada de otras medidas como el denominado complemento salarial, que vendría a sustituir el papel del salario mínimo, una institución absolutamente inconveniente para los defensores de estas ideas. La segunda, desde una perspectiva vinculada al trabajo como fuente de ciudadanía, ancla su visión en el derecho a un empleo digno para todos los ciudadanos y en la presunción, bien fundada en la historia económica moderna, de que no hay democracias duraderas sin un profundo compromiso de sus instituciones con el pleno empleo.
No obstante Kela, la institución encargada de llevar a cabo el experimento, dice que no emitirá ningún resultado hasta que termine el experimento dentro de dos años.
Hasta entonces seguiremos especulando con sus resultados, de momento el único país que ha dado un paso serio para implantarlo fue Suiza que en Junio del año pasado realizó un referendum para implantar una renta básica de 2.250€ mensuales y fue rechazado por el 78% de los votantes.
Estos Suizos son gente muy rara.
Como viene siendo habitual, para aquellos que no entráis aquí obsesivamente todos los días, os…
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Ver comentarios
imagino que no rechazaron tenerla, rechazaron pagarla. Seguro que si se la pagas tú, la aceptan
Olé por Suiza.
Draghi dejará pocas dudas de que no está preparado para aceptar la vuelta de la inflación http://dlvr.it/NZXbd1
Siguen mejorando cosas en España a pesar de los que prefieren verlo todo negro
274 banqueros en el banquillo http://cincodias.com/cincodias/2016/12/23/mercados/1482513277_378736.html?id_externo_rsoc=TW_CC …
"No se puede aceptar que una pyme tribute un 18% y una multinacional un 8%". Esta frase del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados, despertó las críticas entre los grandes grupos empresariales. Adeaf ha realizado los cálculos de la tributación de las empresas en España si se tiene en cuenta la verdadera actividad económica realizada en el país. Los resultados distan mucho del cálculo realizado por Hacienda: las grandes empresas (grupos consolidados) pagan un 26,4% sobre su base imponible, esto es, casi 20 puntos más de lo que dijo el ministro.
Estos resultados son del año 2014, ya que es el último ejercicio disponible con las estadísticas detalladas. Según Adeaf, el Ministerio hace un cálculo erróneo porque incluye los resultados conseguidos por las empresas en el extranjero, pero no incluye en el cálculo de los impuestos pagados su tributación en otros países, esto es, la deducción por doble imposición. El resultado es que se reduce el cálculo del Impuesto de Sociedades abonado de forma efectiva.
En definitiva, lo que hace la Asociación es calcular cuánto pagan las empresas del Impuesto de Sociedades por cada euro producido realmente en España. "Creemos y hemos demostrado que no es cierto que las grandes empresas tributen menos", asegura José Ignacio Alemany, presidente de Adeaf, "y lo hemos hecho con el mismo informe que la AEAT". Alemany asegura que "las diferencias entre las grandes y las pequeñas no son tan acusadas". Según sus cálculos, las empresas que no son un grupo, pagaron en 2014 un 27% de Impuesto de Sociedades, es decir, sólo seis décimas más que las grandes.
El informe de Adeaf también pone de manifiesto que la tributación efectiva de las empresas no está tan lejos del tipo efectivo del Impuesto. En concreto, en 2014 el tipo genérico de Sociedades estaba en el 30% y la tributación empresarial fue del 26,8%. Esta diferencia de tres puntos se debe a la existencia de deducciones por inversión en I+D y de contratación de trabajadores.
El Estado recauda un 39% más en doce años por tabaco y la industria ingresa un 16% menos http://www.elespanol.com/economia/empresas/20170308/199230509_0.html …
Vivimos un tiempo muy exigente para los bancos centrales. No está siendo nada sencillo volver desde lo extraordinario a lo convencional. La Reserva Federal de Estados Unidos pretende subir tipos y en el BCE aún ni se plantea. Hay que tener en cuenta que los experimentos monetarios que hemos vivido tienen a veces una duración tal que generan expectativas y costumbres inusitadas entre los consumidores. En Japón, sin ir más lejos, las múltiples y contundentes medidas de estímulo para relanzar la economía han servido de poco para que los jóvenes se animen a gastar, porque se han acostumbrado al ahorro.
A pesar de este clima de excepcionalidad monetaria, resulta fundamental no olvidar un principio esencial en cualquier país que pretenda ser una democracia moderna: la independencia de los bancos centrales. Cuando hay señales de que ésta se quiebra, cabe esperar problemas muy importantes a medio plazo. Sucedió en el pasado, por ejemplo, en Argentina. Y en el mundo actual de los populismos de toda índole, tenemos que escuchar casi a diario opiniones sobre lo necesario que es vulnerar o ignorar esa independencia.
Recientemente, en Estados Unidos, se ha podido observar una de esas señales reveladoras de injerencia. La Junta de Gobernadores de la Fed —que decide los designios de la política monetaria— está formada por siete miembros. Uno de ellos, Daniel Tarullo, referencia en tareas de supervisión, ha anunciado que dejará su puesto de forma anticipada en abril, después de que Trump afirmara que pretende eliminar múltiples aspectos de la ley Dodd-Frank, la regulación financiera que se aprobó como respuesta a la crisis. Con esta vacante, ya son tres las que el presidente estadounidense podrá nombrar. Y en 2020 habrá una cuarta, lo que otorgaría mayoría en la junta. La complicación no acaba ahí. Los miembros de la Junta son elegidos para 14 años pero la presidencia y vicepresidencia de la Fed tienen un mandato de cuatro años que normalmente se prolonga otros cuatro. Esa reelección toca a principios de 2018 y no está claro que Trump quiera que Yellen y Fisher continúen en tales puestos, a pesar de que es lo habitual. Podría darse la tensa y extraña circunstancia de que permanecieran como miembros de la junta (donde nadie les puede echar hasta el final de su período de 14 años) pero tuvieran que dejar de dirigir la institución.
Para las vacantes —e incluso como supuestos reemplazos de Yellen y Fisher— suenan nombres con cierto prestigio académico y del mundo financiero. Pero también se habla de otros con claras vinculaciones políticas a administraciones republicanas. En general, parece haber una preferencia por gestores del mundo de los negocios. Y el perfil predominante es el de halcón. Pero la paradoja es que se trata de aves que, adiestradas, vuelven a la mano de su dueño. Ahora que se habla de subidas de tipos, es posible que la senda esperada se interrumpa o que sus tiempos cambien según las necesidades de Trump, que se encuentra en una situación sin precedente de poder renovar la mayoría de cargos en la Fed en un año. La referencia mundial de independencia monetaria parece estar en cuestión.
Los españoles usan ya más la tarjeta que el cajero automático http://economia.elpais.com/economia/2017/03/07/actualidad/1488919583_920860.html?id_externo_rsoc=TW_CC …
El Tribunal de Cuentas alerta de fallos en la "organización y funcionamiento" del BdE http://www.vozpopuli.com/_3bf7deb9
¿Crisis, qué crisis? El título de aquella canción de los años setenta le viene como anillo al dedo al sector del lujo en España. El fuerte peso del turismo y la depreciación del euro son los catalizadores de este segmento del mercado, que tiene en las fechas de regalos, como Navidades, San Valentín o el próximo Día del Padre, los momentos de mayor gloria. El lujo mueve en España más de 6.000 millones de euros y constituye una fuente inestimable de creación de empleo.
La venta de bienes y servicios de lujo no conoce estrecheces, un sector que crece exactamente el doble que el consumo privado en España. Mientras se estima que este último habría avanzado en el entorno del 3% durante el año pasado, el lujo registró un alza del 5,8% durante el 2015, según los últimos datos difundidos por la Asociación Española del Lujo.
Luxury Spain, que se encarga de la protección de los intereses de las empresas de esta industria, sobre todo en cuanto a la internacionalización del sector, ha anunciado que la facturación de este sector superó de lejos la registrada en el ejercicio precedente, que había alcanzado los 5.687 millones de euros.
El 52% de los ingresos procede de las ventas en los mercados internacionales. Una cuarta parte la generan españoles en el mercado interior y el resto, el 23,5%, proviene de las compras que realizan los 70 millones de turistas que pisan España cada año.
El sector del lujo ha registrado un crecimiento espectacular durante los últimos años de la crisis. Luxury Spain señala que ha anotado un crecimiento del 33% entre el 2011 y el pasado ejercicio. En el contexto europeo, España ocupa la quinta posición en el consumo de lujo, detrás de Francia, Italia, Alemania y Suiza. Retrato robot
El 52,6% de los consumidores de lujo en España son hombres y 47,4% son mujeres. El 55% del total de compradores cuenta con una edad comprendida entre los 35 y los 55 años. La renta media de estos consumidores alcanza los 140.000 euros, siempre según los datos de Luxury Spain. Este retrato robot indica también que el 87% de los compradores de lujo están casados, que la mitad dispone de formación a nivel de graduado, la cuarta parte ha realizado un máster y el 12% tiene el título de doctor.
El gasto en bienes de lujo se encuentra muy repartido. El español invierte al año 2.542 euros en arte y 2.290 euros en joyería, dos bienes clásicos del lujo. Pero el mayor consumo se produce en gastronomía, para la que destinan 2.650 euros al año. Completan el perfil la moda, en la que se gastan 2.279 euros y los productos de belleza, con otros 2.052 euros.
Este año comienza con síntomas contradictorios sobre el futuro del lujo. En el plato negativo de la balanza, que las estimaciones hablan de una desaceleración del consumo privado hacia tasas cercanas al 2,3%.
En la zona positiva, la debilidad que se augura para el euro. La cotización de la divisa estadounidense cayó cerca del 5% el pasado ejercicio y el 10% frente a los máximos de mediados de año. Desde entonces hasta ahora, ha pasado de los 1,15 a los 1,05 dólares. Un euro débil abaratará las ventas a esa cuarta parte de consumidores extranjeros.