Hay algunos elementos más sexys que otros, los radioactivos molan mientras que los metales de transición son aburridos. O eso pensaba. Veamos como dos de ellos acabaron con millones de personas (eso no es raro, el oro ha matado a más) y con muchos gorilas (eso es más raro).
Os dejo un párrafo del libro, para reflexionar.
Es muy probable que todos nosotros llevemos tantalio o niobio en estos momentos en algún bolsillo. Como sus vecinos de la tabla periódica, son metales densos, resistentes al calor y a la corrosión, que aguantan bien las cargas eléctricas, y estas cualidades los hacen esenciales para los teléfonos móviles. A mediados de la década de 1990 los diseñadores de móviles comenzaron a pedir ambos metales, pero sobre todo el tantalio, al principal proveedor, la República Democrática del Congo, que entonces se llamaba Zaire. El Congo se encuentra al lado de Ruanda, en el África central, y la mayoría de nosotros recordaremos las matanzas que se produjeron en ese país durante los años 1990. Lo que probablemente pocos recordaremos es el día de 1996 en que los hutus del gobierno derrocado entraron en Congo buscando refugio. Por aquel entonces, no parecía que aquello extendiera el conflicto ruandés más allá de unos pocos kilómetros al oeste; hoy sabemos que fue como si el viento empujara un incendio hacia el matorral seco de una década de odio racial acumulado. Con el tiempo, acabaron enfrentándose en las densas junglas nueve países y doscientas tribus étnicas, cada una con sus antiguas alianzas y sus conflictos no resueltos.
Si sólo se hubieran visto implicados los ejércitos, lo más probable es que el conflicto del Congo se hubiera extinguido sin más. Congo tiene una extensión mayor que Alaska y es tan poco denso como Brasil, pero por carretera es incluso menos accesible que cualquiera de estos dos países, así que no es un lugar ideal para una guerra prolongada. Además, sus habitantes son pobres, y no pueden permitirse el lujo de ir a luchar si no hay dinero de por medio. Aquí es donde entran el tantalio, el niobio y la tecnología móvil. No es que pueda imputarse una responsabilidad directa, desde luego. Es obvio que no fueron los teléfonos móviles quienes provocaron la guerra, sino los odios y los rencores. Pero también es evidente que la llegada de dinero perpetuó la contienda. Congo posee el 60 por ciento de las reservas mundiales de los dos metales, que aparecen mezclados en un mineral llamado coltán. Cuando el mercado de los móviles despegó (las ventas saltaron de prácticamente cero en 1991 a más de mil millones en 2001), el hambre de Occidente por el mineral se hizo tan intenso como el de Tántalo, y el precio del coltán se multiplicó por diez. Quienes lo compraban para los fabricantes de teléfonos no preguntaban de dónde provenía, ni siquiera les importaba, y los mineros congoleños no tenían ni idea del uso que se le daba a la mena, sólo sabían que los blancos la pagaban bien y que ellos podían usar el dinero para financiar sus milicias favoritas.
Curiosamente, el tantalio y el niobio resultaron ser tan ponzoñosos porque el coltán era democrático. A diferencia de los tiempos en que unos impúdicos belgas controlaban las minas de diamantes y de oro del Congo, el coltán no lo controlaba ningún conglomerado empresarial; además, para extraerlo no hacían falta retroexcavadoras ni volquetes. Cualquiera que dispusiera de una pala y una buena espalda podía sacar unos cuantos kilos de mena de los lechos de los torrentes (se parece a un lodo denso). En unas pocas horas, un granjero podía ganar veinte veces más que su vecino en todo un año, así que a medida que los beneficios se inflaban, los hombres abandonaban sus granjas para dedicarse a la prospección. Esto trastornó la provisión de alimentos en el Congo, ya de por sí frágil, y la gente comenzó a cazar gorilas para comer su carne, hasta casi acabar con ellos, como si fueran búfalos. Pero las muertes de los gorilas no son nada comparadas con las atrocidades humanas. Cuando el dinero entra a espuertas en un país sin gobierno, no pasa nada bueno. Del país se apoderó una forma brutal de capitalismo en la que todo estaba en venta, incluidas las vidas humanas. Aparecieron por doquier «campamentos» vallados con prostitutas esclavizadas, y se ofrecieron innumerables recompensas por pasar a alguien a cuchillo. Se han divulgado historias horripilantes de vencedores orgullosos que humillaban los cuerpos de sus víctimas cubriéndose el cuerpo con sus entrañas para celebrar su victoria bailando.
Estos fuegos ardieron con especial intensidad en el Congo entre 1998 y 2001, momento en que los fabricantes de teléfonos móviles comprendieron que estaban financiando la anarquía. Es de justicia reconocer que en ese momento comenzaron a comprarle el tantalio y el niobio a Australia, aunque fuera a un precio mayor, y el Congo se enfrió un poco. Aunque oficialmente una tregua puso fin a la guerra en 2003, las aguas nunca llegaron a calmarse en la sección oriental del país, cerca de Ruanda. Y últimamente es otro elemento, el estaño, el que ha comenzado a financiar la lucha. En 2006, la Unión Europea prohibió las soldaduras de plomo en los bienes de consumo, y la mayoría de los fabricantes han sustituido este elemento por el estaño, un metal que el Congo también posee en abundancia. Joseph Conrad dijo del Congo que era «la más vil rebatiña de todas cuantas han desfigurado la historia de la conciencia humana», y hoy seguimos sin tener razones para revisar esa idea.
En total, desde mediados de la década de 1990 han muerto en el Congo más de cinco millones de personas, lo que lo convierte en la mayor pérdida de vidas desde la segunda guerra mundial. La contienda que allí se desarrolla demuestra que, pese a todos los momentos edificantes que ha inspirado la tabla periódica, también puede inspirar los instintos más crueles y miserables de la humanidad.
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No más de 24 horas ha durado el supuesto desencuentro diplomático entre París y Roma del que tanto ha hablado la prensa bien informada de Francia e Italia, en torno a las iniciativas de ambos países en favor de un pacto de reconciliación de los principales protagonistas de la crisis de Libia. Es posible incluso que no hubiera motivo para el desencuentro, o si siquiera lo hubo. Según esa versión, el novato presidente Macron se habría apuntado el éxito del acuerdo, desconociendo la larga e intensa labor de Roma para hacer posible la paz en Libia.
El pasado martes los dos hombres clave para dar una solución al caos libio firmaron, en el palacio de La Celle Saint Cloud, cerca de París, y en presencia de Macron, una declaración conjunta en favor de la reconciliación nacional, convocando a “los actores institucionales, de seguridad y militares del estado, dispuestos a participar pacíficamente… en el establecimiento de un proceso transitorio de justicia, compensación y amnistía nacional, y la aplicación del art. 34 sobre los arreglos de seguridad del Acuerdo Político Libio”. Uno de los firmantes de la declaración fue Fayez al-Serraj, encargado por las Naciones Unidas de materializar el acuerdo de Skirat (Marruecos), de finales de 2015, para la reconciliación nacional. El otro fue el general Jalifa Haftar, técnicamente el ‘hombre fuerte ‘de la escena militar libia.
Macron inició su discurso de acogida a los dos prohombres libios reconociendo cuanto el presidente del consejo italiano, Paolo Gentiloni, hizo para lograrlo. Al día siguiente, miércoles, al-Serraj se reunió con el presidente del consejo, en Roma, para discutir “el apoyo técnico de unidades navales italianas” al control de las costas libias Su encuentro fue ocasión para que Gentiloni revelase que el encuentro de Saint Cloud fue posible por “el trabajo diplomático de Italia”.
Fayez al-Serraj, a pesar de su legitimidad política, carece de poder militar o policial. Su gobierno está asentado en Trípoli, pero arrinconado en una base militar. El general Haftar, al contrario, está al mando de un ejército que, aunque no tiene legitimación a ojos de las cancillerías o de la ONU, ha contribuido a derrotar al llamado Estado Islámico (EI) y liberado gran parte del “Creciente Petrolero” de las garras de milicias irregulares, haciendo posible el rápido incremento de las exportaciones de petróleo, que han permitido cierta recuperación de la economía.
La competencia militar de Haftar es reconocida por Egipto, Emiratos Árabes, Rusia, Francia y los Estados Unidos (y por lo que se ve, también por la Unión Europea), países todos que de forma más o menos abierta le prestan ayuda. El ejército de Haftar ha doblegado las milicias tribales o religiosas de la provincia de Cirenaica, con los importantes centros urbanos de Bengasi y Tobruk, y controla grandes extensiones del sur líbico. Haftar, sin embargo, no ha ganado todavía el apoyo de las milicias de la ciudad de Misrata, que se precian de haber sido ellas las que liquidaron el control del EI sobre la provincia de Sirte, y representan un fuerte poder armado El acuerdo de Saint Cloud llama a las milicias a renunciar a la lucha armada y desmovilizarse, “excepto para la lucha antiterrorista”. A ese fin puede contribuir eficazmente el anuncio hecho en el mismo acuerdo, de que es necesario crear un ejército nacional, y que se hará un esfuerzo para integrar en él a “los mandos y combatientes que lo deseen”. Este es un factor muy importante para el éxito de la paz en Libia, pues la exclusión de esa incorporación, por principio, ha sido en otros muchos casos un impedimento determinante para debilitar o frustrar el proceso de paz.
El acuerdo Serraj-Haftar da su total apoyo al enviado de las Naciones Unidas para la crisis libia, algo que el general había rechazado hasta ahora, pues se ha venido alineando con el llamado gobierno de la Cámara de Representantes, asentada en Tobruk, la cual se había opuesto desde el principio a la Presidencia del Consejo para el Acuerdo de Concordia Nacional. Esas dos instituciones, más el Alto Consejo Electoral Nacional,deben preparar ahora las elecciones parlamentarias, fijadas para mayo próximo.
Los dos signatarios se declaran “comprometidos con la construcción del imperio de la ley en Libia como estado soberano, civil y democrático, el cual garantiza la separación y transmisión pacífica de poderes y el respeto de los derechos humanos (y que estará dotado) de instituciones nacionales, un Banco Central, la Corporación Nacional del Petróleo y la Comisión Nacional Libia de Inversiones”.
El apoyo de Macron a una solución para Libia que incluye al controvertido general Haftar ha sido decisivo. El presidente francés ha dado una muestra de realismo, desde el punto de vista de las políticas de poder, tan despiadadamente practicadas por unas milicias sectarias o tribales contra otras, sembrando así el caos en el país. Macron ha seguido, para esta solución, el consejo de su ministro de Asuntos Exteriores, y anterior ministro de Defensa, Jean-Yve Le Drian. No deja de ser una apuesta arriesgada. En casos similares, la experiencia fue muy negativa. Es el caso del propio coronel Gadafi, que de liberador contra la monarquía se convirtió en tirano cuando se asentó bien en el poder.
Occidente cuenta con que Haftar, nuevo apoyo militar de un proyecto democrático libio, no siga el camino de Gadafi. Un camino que conoce bien, pues fue alto mando durante su régimen, aunque se volvió contra él y se exilió a una potencia democrática, los Estados Unidos. Veremos.
El nº de ocupados aumentó en 375.000 personas en T2-2017
Se situó en 18.813.300, la cifra más alta desde T3-2010
Ocupados EPA (variación trimestral):
T2-2017: +375.000
T1-17: –69.800
T4-16: –19.400
T3-16: +226.500
T2-16: +271.400
T1-16: –64.600
T4-15: +45.500
La tasa de paro se redujo 1,53 puntos en T2-2017 y se situó en el 17,22%.
Es la más baja en ocho años y medio (desde T4-2008)
Parados EPA (Var. trimestral)
T2-2017: –340.700
T1-17: +17.200
T4-16: –83.000
T3-16: –253.900
T2-16: –216.700
T1-16: +11.900
T4-15: –71.300
Tasa de paro:
T2-2017: 17,22%
T1-17: 18,75%
T4-16: 18,63%
T3-16:18,91%
T2-16: 20%
T1-16: 21%
T4-15: 20,90%
T3-15: 21,18%
T2-15: 22,37%
España alcanzó los 4.206.100 asalariados con contrato temporal en T2-2017.
Es la cifra más alta desde T4-2008
La expansión de la economía española continúa sorprendiendo -
http://wef.ch/2uXxdUq
Lo del paro, en teoría esto levanta, pero los datos del T3-21017 serán mejores por tema estacional turismo y verano. No obstante habría que tener en cuenta la gente que ha emigrado y la población total hace 7 años y ahora.
Lo del Congo, para que en Europa se viva con este nivel de vida, África, etc tiene que ser una merienda de negros, así es y así seguirá siendo.
Los directores de campaña de seis partidos desmienten a Rajoy: su función sí era controlar el dinero
http://www.eldiario.es/politica/directores-principales-contradicen-declaraciones-Rajoy_0_669133969.html