El fenómeno de las FinTech fue percibido, desde su nacimiento, como una vía destinada a competir y desestabilizar el sector bancario mediante la creación de nuevas formas de trabajo con el cliente introduciendo un concepto nuevo en el sector bancario, como es la desintermediación, algo que, en principio, choca de frente con la misma esencia de la banca tradicional, los grandes mediadores en el mercado financiero.
Las FinTech están modificando de forma relevante la relación entre los usuarios y los productos bancarios, convirtiendo el mundo financiero en algo cada vez más accesible para los clientes, quienes demandan servicios más innovadores. Muchas entidades de crédito han sabido valorar la importancia de factores tan importantes como la evolución casi desbocada de las tecnologías de la comunicación y su aplicación al mundo financiero. Por otro lado, también influye, y mucho, la desafección que la banca tradicional ha despertado en un amplio sector de la población tras la crisis económica.