Sería realmente difícil encontrar a alguien convencido que la economía griega está mejor y tiene mejores perspectivas que la estadounidense. Desde el punto de vista de crecimiento, la economía estadounidense crece a un ritmo del 3,2%, mientras que Grecia avanza a un ritmo del 1,3%, tras un hundimiento del 25% del PIB.
No obstante, recientemente se ha dado una anomalía curiosa y es que para seis meses y dos años, la deuda estadounidense cotiza con una rentabilidad superior a la griega. En concreto, las letras a 6 meses griegas cotizan con una TIR del 1,61%, mientras que las estadounidenses cotizan a 1,6535%. Asimismo, los bonos a dos años griegos cotizan con una rentabilidad del 1,267%, mientras que los estadounidenses cotizan a 2,0653%.
En el resto de vencimientos de los bonos, la TIR griega supera a la estadounidense. Si nos centramos en el bono griego a diez años, tiene una rentabilidad del 3,826%, mientras que el bono estadounidense a diez años ofrece una rentabilidad del 2,6464%, es decir, 1,18 puntos porcentuales por debajo de la deuda griega.
Curiosamente, hace dos años la situación era radicalmente opuesta. Los bonos a dos años griegos se encontraban con una rentabilidad del 13,70%, mientras que los estadounidenses estaban a 0,87%… La pregunta que nos puede surgir con esta comparativa es ¿Qué ha pasado durante este tiempo?
La explicación que reside por el incremento de la TIR de los bonos estadounidenses es que desde diciembre del año 2015 se han ido incrementando los tipos de interés paulatinamente, desde el 0% hasta el 1,5% actual.
Sin embargo, lo más llamativo probablemente sea el hundimiento de las rentabilidades de los bonos griegos en estos dos años. Esto se debe a que la recuperación económica mundial vio a los inversores reevaluar la deuda del Tesoro y pasar a la renta variable en previsión del aumento de los tipos de interés.
Aunque ésta no es la comparación directa más acertada, el tipo de cambio sin riesgo de Europa es el Bund alemán, que sigue estando profundamente en territorio negativo a dos años de vencimiento, es, no obstante, una ilustración sorprendente de la medida en que los nervios del mercado griego han disminuido.
La exitosa vuelta de Grecia a los mercados el verano pasado trajo consigo 3.000 millones de euros de nuevos empréstitos, aunque gran parte de ellos consistieron en canjear deuda existente por papel nuevo con plazos de vencimiento más largos. Desde entonces, Grecia ha llevado a cabo un ejercicio más amplio de gestión del pasivo, que ha agrupado bonos por valor de 30.000 millones de euros en cinco nuevas emisiones de referencia en un esfuerzo por mejorar la liquidez comercial.
Los gobiernos de la eurozona deben ahora discutir si conceder a Grecia un mayor alivio de la deuda, un tema importante que el FMI quiere que se aborde antes de que finalice el programa de rescate.
Marc Fortuño
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[…] La rentabilidad del bono griego a dos años está por debajo a la del bono estadounidense (Marc Fortuño en Euribor) […]