Según el escritor y periodista George Orwell, en su ensayo “La política y la lengua inglesa” (1946), “El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento”. Estas palabras las hacía extensivas a todos los partidos políticos.
El caso es que la mentira en el mundo de la política está institucionalizada y, además, de alguna manera hasta bendecida. Mientras que al común de los mortales le molesta o le inquieta de alguna manera el mentir descaradamente, la clase política parece tener un alto grado de tolerancia a tal circunstancia gracias al conocido como “perdón ideológico”, que permite al político, por un lado, justificar la mentira por un bien más elevado para el país y, por otro, a sus votantes, justificar al político por afinidades ideológicas.
De este modo, la manipulación de la verdad convierte la información en un secreto reconvertido en arma poderosa en manos de quien puede retrasar su conocimiento o para quien puede emplearla para sus fines. En democracia, sin embargo, no deja de ser un contrasentido, ya que uno de los pilares fundamentales teóricos de la misma es la trasparencia, que sería la situación en la que no habría verdades ocultas y en la que el poder perdería cualquier posibilidad de emplear la información en su provecho.
En lo que a falseamiento de currículums se refiere, el pionero y seguramente campeón en lo que a mentira se refiere, es, sin duda Luis Roldán. Aunque las falsedades académicas del director general de la Guardia Civil en los tiempos de Felipe González, que incluían una ingeniería, una licenciatura en Económicas y un master, ya se verá si en la misma especialidad que Cristina Cifuentes, quedaron en nada cuando se fugó después de meter la mano en la caja de los fondos reservados, entre otros delitos.
Otro campeón del noble arte podría ser Tomás Burgos, que, a pesar de no haber terminado nunca la carrera de medicina (algo reconocido tras descubrirse que falseó su currículum) sigue, a día de hoy ejerciendo su cargo como Secretario de Estado de la Seguridad Social, con el espaldarazo de sus superiores (benditos nombramientos a dedo).
Pero ha habido más, como la que fue vicepresidenta de la Generalitat de Catalunya Joana Ortega. En 2011 tuvo que reconocer que no era licenciada en Psicología, como repetían todas las recopilaciones de méritos en páginas oficiales y de medios de comunicación. Nada pasó, lo reconoció como “error involuntario” y continuo en su puesto hasta el 2015. O la jueza María Elósegui, que remitió un currículum falseado a Bruselas para representar a España en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En él decía que “Preparó el anteproyecto de la Ley Orgánica de Igualdad entre mujeres y hombres 3/2007, actualmente en vigor, a propuesta del Ministerio de Trabajo”, algo desmentido por el propio Ministerio de Trabajo.
La lista sería interminable, como sería la de aquellos que no dimitieron cuando se les descubrió.
Sin embargo, fuera del ámbito de la política, en ese mundo que el resto de los mortales llamamos el real, la mentira en el currículum para alcanzar un beneficio, aunque sólo sea el de un puesto de trabajo, puede acarrear consecuencias muy desagradables. Para empezar, el despido inmediato: el hecho de ejercer un trabajo que requiera una titulación determinada, conlleva la pérdida de confianza en el trabajador y su despido por transgresión de la buena fe contractual (Art. 54 del Estatuto de los Trabajadores).
Además, si el empleado hubiera llevado la mentira demasiado lejos, falsificando algún título, por ejemplo, podría llegar a ser juzgado y condenado por falsedad documental. De igual manera que el intrusismo laboral puede igualmente dar lugar a condenas de entre 6 meses a dos años por ejercer una actividad profesional sin la titulación adecuada.
La única explicación plausible a la falta de responsabilidad en la elaboración de los currículums de los políticos estaría entonces en los cargos desempeñados, para los cuales no haría falta la titulación exigida, ni realmente currículum, ya que parece que es suficiente con estar bien relacionado.
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Es paradójico, si la calidad del político consiste en hacer llegar a buen puerto su mentira el fallo de Cifuentes no fue mentir, sino dejarse coger...
# 1, IMOLA
Me recuerda eso a una cosa que leí sobre la ética/moral en los tiempos de la antigua Roma.
Resumiendolo mucho, lo malo en Roma no era tanto el mentir, sobornar, y realizar cualquier otra práctica "dudosa", si no el fracasar...
Parece que eso, en según que ámbitos, sigue igual...
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Como licenciado con todos los honores (en este caso los honores son aprobados rasos en todas las asignaturas, menos una en primero de carrera) soy gremialista y odio a los que dicen que lo son y no lo son... "es que sólo le falta una asignatura.."... pues la apruebas y punto... más fácil me lo pones...
Como no tengo ningún master, pues no lo pongo en mi currículum porque entiendo que los que sí o han hecho se puedan ofender si yo miento...
Luego podemos discutir si el máster es "bueno" o no......
Pero decir que sí tienes un máster o una licenciatura o no tenerlo pienso que es motivo de destierro profesional.
Con inútiles (académicos) en política que tienen un curso como mucho en Derecho o opinadores económicos en partidos con una brillante diplomatura en Turismo, dceir que tienes un máster o una licenciatura es pura vanidad o un sentimiento de inferioridad que ya te califica.
Curioso es que para optar a según qué empleo en la administración pública te piden la titulación necesaria oficial y con el título compulsado y para ser político te piden.... ¿qué te piden?....
Par despachar en un camping en verano o trabajar en una tienda del centro de Madrid o Barcelona te piden el inglés y para ser presidente del gobierno, no... "es que tiene que saber hacer muchas otras cosas...".... y también inglés.... y sumar y restar..... y leer....
Y para ser embajador en Londres, parece ser que no era necesario saber inglés... que el pitorreo de europa con España no es de ahora con esto de Puigdemont.... ya viene de unos años antes... me imagino a Federico Trillo presentado los credenciales de embajador a quien fuere (la Reina o el príncipe) y te viene un castizo que debe ser de los que piensan que puedes ir a Nueva York tranquilamente sabiendo sólo el español... tranquilamente puedes comprar crack o trabajar de limpiador, pero para reuniones en Blackrock o Pimco, en Apple o Google, pues digamos que no.
La carrera académica no define si alguien es mejor o peor persona.... si me apuráis tampoco debe marcar la capacidad o profesionalidad de una persona....
Pero mentir sobre ello tendría que ser motivo de cese y expulsión.... que yo no estuve en 5 convocatorias de Econometría para que me venga un listo que diga " yo soy economista.... bueno, no acabé pero solo me falta Econometría..."
Yo nunca he mentido en mi CV, me podéis creer :-), simplemente porque no me he hecho nunca uno... no me ha hecho falta y a esas alturas espero que no me haga...
Y estoy con #Oreidubic, pillar a los politicos mintiendo para eso, debe ser motivo de cese inmediato... Ya "sabemos que aqui se juega" como dice la famosa frase esa de "Casablanca" pero hombre, cuando ya empiezan a salir cosas asi, ya apunta a desmadre total y algo han de cortarse, que si no, iria la cosa a mas y mas...
Ayer quedó suspendida por esta temporada la internacionalización del proces... xD
En este país, la fiscalia persigue de oficio a tuiteros por poner que el sol sale por levante, y no se persigue a las máfias de profesores politizados, sean del color que sean hay ejemplos de todos los colores ("recuerdo que algún etarra se saco licenciaturas en alguna universidad del país Vasco y de Navarra en dudosas circustancias") y que crean chiringuitos para forrar las paredes con titulos de la más diversas acreditaciones a sus cachorros, pasandose por el forro el esfuerzo que otros han de poner en conseguilos, al tiempo se cargan el prestigio y la valoración de instituciones y titulaciones de aquellos que los han de cursar eficazmente para que les sean otorgados
# 3, oreidubic
Hubo una vez una época donde me estaba preparando unas oposiciones a Interventor/Tesorero de Administraciones Locales.
El profesor nos dijo que en muchos ayuntamientos este puesto era clave para cuadrar los presupuestos, evitar deficits, gastos innecesarios y, sobre todo, gastos "ilegales".
Y que íbamos a encontrarnos con alcaldes y concejales de toda condición. Por que, para ser funcionario, se controla mucho el nivel y formación y tal de la gente; pero para ser político, como que no. Con carisma y/o contactos, ya te vale...
De ahí que no termine de entender por que mienten en sus CV, ¿Defecto profesional??
Yo estaría +/- de acuerdo en que para puestos políticos de cierta relevancia, los candidatos tuviesen que tener un mínimo de formación. También en que para votar se haga un test previo que garantice que sabes lo que estás votando; pero claro, ¿Estaríamos limitando los derechos políticos de la ciudadanía en general???
Peliagudo, como poco...
En fin, y por otra. Yo tampoco he mentido nunca en mi CV, eso sí, al principio, como que ponía cualquier tipo de experiencia, laboral o no, para rellenar huecos.
Incluso las tareas realizadas en la "mili" (tuve la "suerte" de trabajar con un Furrier, y con un Archivista y hasta en una oficina)
Hoy por hoy ya todo eso como que sobra...
Me apena mucho no haber hecho un MBA, o al menos un curso de Dirección Financiera (Este estuve a punto; pero la responsable de RRHH "perdió" mi solicitud, y luego los nuevos jefes no me dejaron por que ya iban a contratar a uno y, ¿pa qué?...)
Pero, en fin, quitando una larga travesía por el desierto del paro tras la crisis, el ERE y tal, tengo que decir que no me falta trabajo (y toco madera) a pesar de que, tal vez, no sea de la "categoría" que tenía antes...
Es que desde la Roma clásica hasta nuestros días hemos “evolucionado” bastante.
En aquel entonces se decía aquello de “La mujer del Cesar no solo deber ser honrada sino que además debe parecerlo”.
Hoy día, en política, lo que se dice es que “Cesar o Cesárea deben parecer honrados u honradas, pero no necesariamente serlo o serla”. De hecho, si no lo son, tienen más créditos para ejercer un cargo.
El falseamiento de un currículum obedece en un 80% a la vanidad de los humanos. En un 10% al maquillaje que nos gusta ponerle a todo para parecer algo mejor de lo que nosotros mismos nos consideramos. Y en el restante 10% al “cualquier medio vale con tal de conseguir nuestros fines”
Recibo y analizo anualmente varios miles de CV. El 95% de las personas que reconocen tener ingles a nivel medio, lo tienen a nivel rudimentario o a lo sumo saben decir Yes. Al 5% que reconoce abiertamente no saber inglés suelo orientarlo hacia la política.
Cosas curiosas, que le pasan a mi amigo Putin...
Para mobilizar a un pais hundido y que vagueaba rumbo a la desintegración en los 90, decidió apostar por "el amor hacia la patria" como lo llama el y por el nacionalismo, como lo llamamos aquí nosotros....
Le funcionó... junto con su pragmatismo y habilidad a la hora de gestionar dentro y fuera del pais... personalmente me ha gustado siempre, por su sentido practico y su eficacia...
Pero luego vino lo de Crimea y los ataques occidentales via propaganda, sanciones, etc...
Los rusos hicieron piña alrededor de su lider y su nacionalismo y claro, como suele pasar en los casos esos con los devotos, da igual de qué indole, ya muchos rusos son mas Putin, que el propio Putin... Y tiran y empujan las cosas hacia el radicalismo, pidiendo cada vez mas insistente respuestas fuertes hacia "los enemigos".
Al final mi amigo va a tener mas problemas por controlar los radicales enamorados en la patria, que por los traidores discípulos de Soros, que ya quedan cada vez menos en Rusia...
Cosas de nacionalismos, amigo Sancho...
# 6, Quepaisajexd
No creo que fuera en una Universidad de Navarra. En la Pública, la ideología de la más de la mitad de los profesores era "más de derechas que de izquierdas", o como mucho socialistas; de hecho había mucho profesor de otras comunidades.
Y en la Universidad de Navarra (la privada), pues no veo al Opus Dei regalando títulos a etarras.