La semana en los mercados

Casi cada día hay alguna efeméride y se dan tantas que algunos hechos importantes ni siquiera son recordados en los medios y yo no me quería quedar con las ganas de compartir con vosotros una que me parece que merece ser tenida en cuenta: estas navidades hace 50 años de la primera vez que un ser humano (en concreto tres) visitó la órbita lunar, la primera vez que alguien viajó tan lejos como para que la atracción gravitatoria de nuestro satélite fuera más fuerte que la de nuestro planeta. Fue el Apolo 8, y el momento exacto fue el 23 de diciembre. A pesar de la rudimentaria tecnología de entonces, hubo varias retrasmisiones en directo desde la nave para la TV durante el viaje y los tres astronautas hasta se permitieron felicitar el 25 la Navidad a los espectadores, algo que entonces fue criticado por algunos –como vemos, el tema de los “ofendidos” no es nuevo- por no se qué de la separación iglesia/estado. No sé a vosotros pero que esta foto, tomada desde la órbita lunar, tenga ya medio siglo a mi me llama mucho la atención:

Reconozco que esto lo he puesto porque soy un enamorado de la exploración espacial y me parece fatal que no se recuerden hazañas como esta en nuestros medios pero también me sirve para dar magnitud a la debacle bursátil que está viviendo Wall Street (que por supuesto está arrastrando a todas las bolsas del globo) ya que si 50 años nos parecen muchos, resulta que no se ha vivido una situación así desde hace casi 90 años. Todo lo que podía salir mal está saliendo mal y aunque muchas veces en estos años se ha advertido desde este blog de lo irracional del último rally alcista, creo que nadie podía imaginar que sus cimientos fueran tan frágiles como para cambiar completamente de tendencia sin ninguna noticia relevante a la que echar las culpas. De hecho, han llegado más por expectativas que por realidades.

Se cree que poco a poco el crecimiento económico norteamericano se desinflará, la guerra comercial creada por Trump impactará, las subidas de tipos de la FED (el divorcio de Powell respecto a los mercados es claro tras la luna de miel vivida con Yellen y Bernanke) pesarán y el gran factor positivo de 2018 –la rebaja fiscal a las grandes fortunas y empresas- ya no supondrá ninguna novedad. La estadística dice que tras unos niveles de paro tan bajos lo que toca es empeorarlos y las altas valoraciones de la bolsa norteamericana eran difícilmente justificables con unas alzas inmobiliarias que se están deteniendo y sin el apoyo de la burbuja de las grandes tecnológicas de la que tantas veces se ha advertido aquí.

Pero esta última semana, además de esas expectativas, ha aparecido el peor Trump, el que en campaña electoral decía ser el hombre del pueblo contra el poder de Wall Street pero luego de presidente presumía de cómo subía el precio de las acciones gracias a él. No se le ha ocurrido nada mejor que encargarle al Secretario del Tesoro que llame a los grandes bancos del país a propósito de las caídas bursátiles (lo que despertó muchos recelos acerca de su salud financiera) y no contento con eso, critica en público a la FED (“el único problema de la economía norteamericana”) y hasta sugiere que podría despedir a Powell por no haber aceptado sus presiones para que no subiera tipos. Si ya había motivos de sobra para vender bolsa norteamericana, esto ha propiciado mucha más munición. El gran rebote llegó el miércoles -ya avanzada la sesión- en Wall Street (la mayor subida en 9 años) por corrección de la sobreventa tanto en bolsa como en el crudo (el Brent tocó 49,91$ y ese mismo día cerró en 55$) pero no cambió el mal ambiente. Y lo que parecía una suerte para las bolsas europeas (cerrar temprano el 24 y no estar abiertas el 26 por la mañana, y así no coincidir en horario cuando los futuros americanos marcaron nuevos mínimos) no lo fue tanto porque el 27, tras una apertura alcista, volvieron a desplomarse. En concreto el Ibex estuvo por debajo de 8300, niveles no vistos desde el verano de 2016.

A falta de la sesión de hoy y la media sesión del lunes, se acaba un año fatídico en las bolsas especialmente en su último trimestre y más concretamente en diciembre. Pocas veces han fallado tanto las estadísticas de estacionalidad (que, por cierto, dicen que las primeras sesiones del nuevo año son muy alcistas por la entrada de flujos de dinero). Y sin embargo, sigue habiendo métodos sencillos que funcionan. Recuerdo este sistema de inversión de medio plazo que se limita a calcular el precio de cierre de cada mes con la media de los últimos 12 cierres mensuales: si se cruzan al alza, recomiendo comprar y si se cruzan a la baja, recomiendan estar en liquidez. Da muy pocas señales pero este año volvió a acertar y a finales de octubre –como vemos aquí- señaló que no había que estar invertido en Wall Street tras muchos meses indicando lo contrario (acertadamente):

Links.

• La responsabilidad de un tal Li en esta crisis
• La verdad es la primera baja de la guerra al cambio climático by Bjørn Lomborg
• Demasiadas expectativas para la economía de la UE by Mohamed A. El-Erian
• Para la seguridad climática, llamen a los ingenieros by Jeffrey D. Sachs
• Obituario de un año aciago by Javier Solana
• La inminente ruptura franco-alemana by Mark Leonard
• Tiempo de decisión para Europa by Carl Bildt
• La falacia de que a largo plazo la bolsa siempre sube
• No politicemos las pensiones