2019 iba a ser el año de una nueva generación móvil, el de los smartphones plegables. Los grandes fabricantes se estaban preparando para ello y dos de los más importantes (Huawei y Samsung) por fin los presentaron y comercializaron.
Bueno, los presentaron y punto.
¿Qué ha pasado para que no hayamos visto ninguno más allá que alguna que otra foto?
Por un lado tenemos el Samsung Galaxy Fold, una gozada de móvil con una pantalla inmensa, sobre el papel (dejando a lado su escandaloso precio) iba a ser el buque insignia de la compañía, ese teléfono que todos querríamos tener pero que pocos se podían permitir. El objeto del deseo geek. Pero algo falló y las primeras unidades presentaban serios fallos, su visagra que iba a aguantar miles de dobleces no duraba ni un día. Un error imperdonable en una empresa como Samsung.
Por otro lado teníamos el impresionante Huawei Mate X, una apuesta incluso más grande que la de Samsung con dos pantallas de 6.6 pulgadas que desdobladas convertían a este móvil en todo un tablet. Aquí el problema vino por el veto de la Casa Blanca y la retirada de la licencia de Android al fabricante chino. Otro móvil que murió antes de nacer.
Dos casos distintos con igual desenlace que nos aleja un poquito de esos móviles tan chulos que cuestan más de 2.000€.
Otro año será.
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