En los más de 10 años que llevo escribiendo aquí muchos temas se han repetido tanto por su interés como porque hay muchos enfoques para tratar un mismo asunto. Sin embargo, cuando he publicado alguna entrevista, ya no se ha vuelto a hablar de ella y considero que es una pena que algunas “perlas” que algunos entrevistados nos dejaron no sean recordadas.
En 2010 se convocó una huelga general y pensé que sería buena idea hablar con un sindicalista y amablemente José Luís Fernández del sindicato USO accedió a contestar a mis preguntas resultando una conversación que podría haberse realizado ayer mismo ya que no ha envejecido apenas. Respecto a su propio sindicato por ejemplo, el asunto sigue igual:
“Existe una gran barrera, que desde la USO venimos reclamando romper, y ésta consagra un bisindicalismo monocolor que en la práctica está resultando estéril, ya que entre los dos sindicatos mayoritarios no hay posiciones distintas que permitan una sana confrontación de ideas y propuestas. La gran barrera a la que nos referimos es la LOLS (Ley orgánica de libertad sindical), que hace que los dos sindicatos mayoritarios tengan la capacidad universal de iniciar procesos electorales en las empresas, mientras que la USO no puede hacerlo. Sólo podemos concurrir a los procesos iniciados por ellos y sólo podemos iniciarlos en las empresas en las que ya estamos, lo que dificulta nuestro crecimiento.”
Se mostró partidario de reducir el gasto público pero en contra de la forma en la que lo hacía el gobierno de ZP de entonces:
“Recortes que pagan una vez más las personas, en lugar de los gobernantes, y en este caso los más débiles: los pensionistas, los enfermos, las mujeres que son madres, los empleados públicos y los jóvenes, que no podrán acceder al contrato de relevo al retrasarse el acceso a la jubilación parcial. El ajuste de nuestras cuentas públicas debería comenzar por reducir el número de Ministerios, y los asesores de los mismos, así como en los gobiernos autonómicos y locales, las subvenciones a las entidades sociales (patronales, sindicatos, partidos políticos, etc.), una reforma fiscal en profundidad, y la lucha contra el fraude fiscal. No se puede actuar sólo sobre la reducción del gasto, hay que actuar sobre los ingresos para generarlos. Eso implica hablar del empleo y de las inversiones necesarias que ayuden a generarlo, poner a las personas –a los ciudadanos españoles- en el centro de las políticas.”
Ante mi pregunta: “Los ámbitos de decisión son cada día más globales y los avances sociales están en peligro en toda Europa ¿existen contactos internacionales con otras organizaciones sindicales para plantear medidas conjuntas?” me contestó que sí que había coordinación y organismo supranacionales también a nivel sindicato pero a día de hoy sabemos que sigue sin haber, ni siquiera dentro de la Eurozona, la posibilidad de un sindicato transfronterizo. Incluso a nivel sindical, el nacionalismo frena cualquier iniciativa en ese sentido.
Ya en 2011 entrevisté a mi primer catedrático, Josep Oliver, de la UAB y cuando le pregunté si ya habíamos visto lo peor, también pecó de optimista:
“Continúo creyendo que lo peor en España lo dejamos atrás en algún momento de 2009, aunque a la luz de la crisis del euro de este verano y del frenazo de la economía americana no puede descartarse una segunda fase de reducción de la actividad”
Si bien su análisis fue certero y realista y acertó en que había que centrarse en el sector exterior, como así pasó:
“Las bases del crecimiento de la expansión han desaparecido para no volver: crédito muy barato y muy abundante, choque demográfico (de nuestros baby boomers y de la inmigración) y, finalmente y como combinación de esos dos factores, explosión del mercado inmobiliario y del consumo privado. Además, el sector público también estuvo creciendo a ritmos más elevados que los del PIB. Estos elementos internos no van a regresar en, al menos, una década. Además, la expansión nos ha dejado pesadas mochilas: excesivo apalancamiento del sector privado (hogares, empresas no financieras y empresas financieras) y, ahora, excesivo endeudamiento público, junto a un sector de la construcción con un exceso de capacidad y producción evidentes y una tasa de paro de difícil reducción (de los 2,3 millones de empleos perdidos, 1,3 millones proceden de la construcción). En este contexto, la demanda interna va a crecer muy modestamente los próximos años. Y el avance del PIB hay que centrarlo en el sector exterior, cosa que ya estamos haciendo (tanto en mercancías como en servicios).”
Y aunque aún faltaban unos meses para la crisis de Bankia, defendía la reforma del sistema financiero que entonces parecía estar a punto de culminarse:
“La reforma del sistema financiero español es una condición necesaria, no suficiente, para que el crédito pueda volver a fluir con normalidad en el país. Desde este punto de vista, la valoración ha de ser necesariamente muy positiva. Por otra parte, los recursos públicos utilizados en España son modestos, si más no comparados con los empleados en otros países (Gran Bretaña, los EEUU, Alemania, etc.).”
Ante mi pregunta: “En la enconada discusión entre gasto y austeridad, ¿Dónde se situaría?” no quiso entrar en la polémica:
“No me parece un debate útil planteado en estos términos. Hoy España no puede hacer otra cosa que la que hace, es decir, intentar reducir drásticamente el déficit público, para recuperar confianza y permitir una financiación exterior normal, condición imprescindible para la recuperación del crédito interno.”
Acabo con una frase suya que rebosa actualidad:
“España es un país que aspira a tener las prestaciones sociales de la Europa central y nórdica con niveles de imposición y de ingresos públicos latinos.“
El próximo lunes., más.
2 comentarios
Uno de los entrevistados habla de eso de reestructurar el sector bancario español para que vuelva a fluir el credido… correcto para entonces y casi correcto para ahora, casi…
A dia de hoy hemos de replantearnos urgentemente el papel de eso del credito y demas herramientas financieras… ¿Lo necesita la economía en la forma que funciona ahora o bien lo necesita el zombie mundo financiero que se quiere mantener y hasta crecer?
Antes se que nada, es importante el hecho que ese mundo financiero con sus dogmas, porque a dia de hoy ya son eso, dogmas, para mantener un chiringuito… Todo eso se diseño en tiempos cuando se podia contar con un crecimiento continuo y bien pronunciado…
SI hay crecimiento, el credito favorece el que haya aun mas crecimiento y a la vez al crecer, el credito disminuye el relacion con total que ha crecido y permite endeudarse mas y mas sin que el ratio volumen / endeudamiento suba… y todo genial…
Ahora bien… si no hay crecimiento sano, como ya llevamos mas de un lustro, el crédito vuelve a ser lo que ha sido históricamente, una carga que te aporta 10€ y luego te chupa 11-12€ y hay que tener en cuenta ese gasto extra y la necesidad de quitarte de encima esa deuda para reducir gastos reales y ser mas competitivo… Tener deudas vuelve a ser lo que ha sido siempre, algo a evitar todo lo que se pueda y solo utilizar esa herramienta para crear crecimiento real que luego devuelva lo invertido + los intereses + ganancias que valgan la pena el riesgo de endeudarse…
Si el sistema financiero MUNDIAL no reduce tamaño considerablemente y no se replantea su papel en la economía, vamos a tener problemas bien gordos y no muy lejos en el tiempo…
“El ajuste de nuestras cuentas públicas debería comenzar por reducir el número de Ministerios, y los asesores de los mismos, así como en los gobiernos autonómicos y locales, las subvenciones a las entidades sociales (patronales, sindicatos, partidos políticos, etc.), una reforma fiscal en profundidad, y la lucha contra el fraude fiscal.”
Me resulta cuando menos curioso que un sindicalista pida una reducción a las subvenciones a sindicatos…
La verdad es que coincido con mucho, por no decir casi todo, de lo que se dice en ambas entrevistas.