La información y la democracia

por Carlos Lopez

La información y la democracia 4El 16 de agosto de 1858 el primer mensaje enviado a través del cable era:, la Reina Victoria envió el primer telegrama transatlático de la historia, un un telegrama al presidente James Buchanan que decía lo siguiente.

“Gloria a Dios en las alturas; en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres”

Esta es la frase que ha quedado para la historia aunque en realidad antes se habían realizado 128 mensajes de prueba de un lado a otro, así que  éste fue el 129º mensaje en cruzar el Atlántico.

La Reina envió en total 98 palabras que tardaron 16 horas en transmitirse. Buchanan respondió con un mensaje de 149 palabras que tardó 10 horas. El problema era que las señales eran débiles y necesitaban ser confirmadas y repetidas varias veces. Un ingeniero pensó que la solución era aumentar la tensión, lo que hizo explotar el aislamiento del cable después de que sólo se hubieran enviado 400 mensajes.

No fue hasta ocho años después, en julio de 1866, cuando se estableció firmemente la comunicación telegráfica transatlántica funcional. Esto supuso la revolución de la información de la época, vinculando los mercados mundiales de una manera sin precedentes. Por entonces, el algodón era el principal producto de exportación de Estados Unidos, y cerca del 70% de todo el algodón estadounidense se enviaba a Gran Bretaña, en gran parte a través del puerto de Nueva York. Pero, ¿cómo podían los comerciantes de Nueva York saber cuánto enviar y a qué precio?

La mayor parte del algodón se envió a puertos estadounidenses para su exportación, siendo la ciudad de Nueva York el centro más importante que conectaba a los productores estadounidenses con los importadores de Inglaterra. A su vez, los trabajadores textiles británicos hilaban algodón que vendía para el consumo interno. Sin embargo, antes del cable transatlántico, a menudo había un desfase entre el precio del algodón que se cotizaba en Liverpool y el que se cotizaba en Nueva York. Este desfase era de una semana o más, dependiendo de lo que tardasen los viajes en barco. La información sobre la demanda extranjera que los comerciantes de Nueva York recibían de Gran Bretaña era obsoleta, por lo que era difícil tomar decisiones de compra precisas. Además, la demanda externa fluctuó considerablemente, especialmente en el continente europeo. (La creación de capacidad de almacenamiento sólo podría abordar parcialmente este problema, debido al peligro de incendio que supone el algodón y a los prohibitivos costes de construcción). En resumen, se trataba de un caso clásico de fricciones en la información que causaban ineficiencias en el comercio.

Mientras que la diferencia promedio entre los precios de Nueva York y Liverpool era de 2,56 peniques por libra de algodón antes del cable, cayó a 1,65 peniques por libra (una caída de más de un tercio). Además, las diferencias de precios transatlánticas estaban mucho menos sujetas a oscilaciones importantes.

A su vez, gracias a una información más oportuna y precisa, los comerciantes neoyorquinos pudieron ajustar mejor los volúmenes de exportación para satisfacer las fluctuaciones de la demanda externa. En lugar de gastar dinero en almacenamiento costoso, que requería dejar algunos de sus productos inactivos, los exportadores podían calibrar sus envíos de manera más eficiente. Esto aumentó el promedio diario de las exportaciones de algodón en un 37 por ciento. La variación en el volumen diario aumentó aún más, en un 114 por ciento, lo que refleja el hecho de que los exportadores pudieron hacer estos ajustes rápidamente.
El telégrafo transatlántico también permitió aumentar la eficiencia. En general, el comercio transatlántico aumentó debido a la mejora de la información sobre la oferta y la demanda. Podrían desarrollarse nuevas regiones para la producción de algodón estadounidense. Los precios de las acciones y los bonos a ambos lados del Atlántico convergieron.

La revolución del telégrafo benefició incluso a las infraestructuras, por ejemplo antes era necesario tener dos vías de tren entre las localidades, una de salida y otra de entrada. Pero cuando se pudo tener información sobre la ubicación de otros trenes, fue posible tener una sola vía que, con información compartida, pudiera ser utilizada por los trenes que utilizaban la vía a diferentes horas para ir en ambas direcciones.

Alexandre Vandermonde se dio cuenta de la importancia de este medio de comunicación en 1795

Se ha dicho algo en relación con el telégrafo que me parece infinitamente justo y que pone de manifiesto toda su importancia; es que el fondo de este invento puede bastar para hacer posible el establecimiento de la democracia en un gran pueblo. Muchos hombres respetables, entre los cuales hay que mencionar a Jean-Jacques Rousseau, han pensado que el establecimiento de la democracia era imposible en los grandes pueblos. ¿Cómo puede deliberar un pueblo así? Entre los antiguos, todos los ciudadanos se reunían en una plaza; se comunicaban su voluntad [···] La invención del telégrafo es un nuevo dato que Rousseau no pudo incluir en sus cálculos. Puede servir para hablar a grandes distancias tan sencillamente y tan claramente como en una sala [···] No hay imposibilidad alguna de que todos los ciudadanos de Francia se comuniquen sus informaciones y sus voluntades, en un tiempo bastante corto, para que esta comunicación pueda ser considerada como instantánea.

Y seguimos así, Twitter fue el telégrafo de las primaveras árabes y otros importantes movimientos sociales, de ahí que algunos grandes países, como China, se empeñen en censurar las redes sociales.

3 comentarios

JkMd 29 agosto 2019 - 12:17 PM

Recomiendo leer la noticia del Euribor de hoy, que aunque suele ser un tema bastante soso últimamente, hoy tiene un par de puntos de humor divertidos. Más animado que esto sí que está, al menos

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Se Villano 29 agosto 2019 - 12:41 PM

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