La semana en los mercados

Hay un escenario al que está apuntando el panorama económico y social español que consiste en que el fin del confinamiento y los muy bajos datos de nuevos contagios por el virus aquí, empujen a un optimismo generalizado, alimentado además por la falsa percepción que ofrecen los ERTEs sobre la realidad de nuestro mercado laboral. De este modo la alegría climática del verano, y la muy numerosa –aparte de los jóvenes sin clases y los que disfrutan de sus vacaciones estivales, este año se suman muchos trabajadores que cobran sin ir a trabajar- gente ociosa deseosa de salir (y por lo tanto de gastar) pueden mejorar bastante la percepción sobre el estado real del país. Las fiestas de San Juan han podido ser un ejemplo de ello especialmente donde el miércoles fue festivo.

Por otra parte, el nivel de deuda privada de los españoles es mucho menor que en 2008 y el de ahorro es algo más alto tras estos meses con tanta caída del consumo y la sensación de que hay que tomar vacaciones cuanto antes “no sea que haya rebrotes y no nos dejen salir otra vez” es bastante numerosa por lo que se concentrarán muchos turistas nacionales en las próximas semanas. Si con un poco de suerte, y algo de mejor diplomacia, también llegan algunos turistas extranjeros, la sensación general de que pasó lo peor y que la crisis será breve y sólo provocará un empeoramiento de las cuentas públicas (asumible gracias al BCE y a que les pasa lo mismo a todos los demás miembros de la UE y por tanto se hará la “vista gorda”) ganará enteros.

¿Ese escenario puede ser posible? Pues el de un verano de optimismo sí, además alimentado por los líderes de opinión y los medios. Sin ir más lejos el domingo pasado el Periódico de Cataluña en portada decía textualmente “el fin del estado de alarma marca el inicio de la recuperación económica”, de hecho creo que hasta la bolsa española se vio afectada por esta prematura euforia tal y cómo comenzó Junio. Y es que si comparamos esta crisis con otras al haber sido la caída tan brusca y tan rápida, las mejoras también están siendo excepcionales lo que alimenta el optimismo.

Y sin embargo, es una impresión falsa. Incluso sin rebrotes (algo complicado en un mundo tan globalizado que está en máximos de casos y contagios diarios y con nuestras fronteras abiertas) el daño económico, por más que los datos macro no puedan hacer otra cosa que mejorar tras los confinamientos, aún va a empeorar, especialmente para empresas y familias. Como en la pasada crisis, vamos a depender este verano del gasto de funcionarios y pensionistas y de algunos trabajadores que creen que sus puestos no peligran y además, como comenté antes, puede hayan aumentado sus ahorros estos meses pero eso no compensará el bajón de los turistas internacionales ni la falta de grandes adquisiciones que son las que tienen más peso (vivienda y coches para el gran público aunque sobre todo es la falta de inversión empresarial la que más echará más de menos nuestro PIB) por lo que según avance el año más tendremos todos que ajustarnos el cinturón.

En cuanto a la bolsa, empezó a flaquear desde el viernes por la tarde una vez Wall Street liquidó sus vencimientos de derivados trimestrales pero un tuit de Trump afirmando que el acuerdo comercial con China seguía vivo dio la vuelta a las ventas y el martes el Nasdaq volvió a marcar nuevos máximos históricos. No obstante, el miércoles se impuso la lógica –no paran de acumularse malas noticias- y llegaron las cesiones que llevarán, presumiblemente, al negativo a la semana. Al final junio va a cerrar muy lejos de los máximos alcanzados el día 8 (en mi opinión sigue dibujándose la tercera línea de la hipotética W que empezó ese día) pero podría suceder (aunque aún falta alguna sesión) que el mes acabara en positivo para las bolsas europeas y en negativo para el S&P500, demostrando que más allá de Apple, Amazon, Facebook etc. que tanto pesan en los índices (y sobre todo en el Nasdaq), la mayoría de cotizadas en Wall Street no van bien, algo que tiene todo el sentido dada la altísima probabilidad no ya de reducir beneficios respecto al 2019 sino incluso de que un gran porcentaje de ellas acabe el ejercicio fiscal con pérdidas, algo que se concretará mucho más cuando comience la presentación de resultados del segundo trimestre en Julio. Antes de eso, habrá que ver si hay o no maquillaje de fin de trimestre el martes aunque en principio, aunque el semestre sea malo, el segundo trimestre cerrará en positivo por lo que no debería existir presión alcista.

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