La tecnología del bitcoin podría ser clave para la vacuna del coronavirus

Nunca todo el planeta se había enfocado en un mismo problema el coronavirus y todas las esperanzas están en conseguir la ansiada vacuna, pero encontrar una manera de distribuirla a escala mundial será igualmente importante y no será fácil ni rápido, es otro reto al que no se ha enfrentado nunca la humanidad. Este esfuerzo requerirá de la creación de una capacidad de fabricación y cadena de suministro más grande de la historia y en tiempo récord. Para lograrlo se tendrá que aprovechar las herramientas y capacidades -como el “blockchain”- de una manera nunca antes vista en la historia de la lucha contra las pandemias.

Décadas de programas de inmunización de UNICEF y de la Alianza Gavi han demostrado que la cadena de suministro y la entrega de las vacunas tardan años en estabilizarse dependiendo de la geografía. Por ejemplo, la inmunización contra la polio en la India tardó más de una década en cubrir el 100% de los niños de la población: 175 millones de menores de cinco años. El programa de inmunización contra la poliomielitis de pulso se puso en marcha en 1995 y el último caso se notificó en 2011.

Además, el UNICEF, el mayor comprador de vacunas para niños del mundo, adquirió 2.430 millones de dosis de vacunas en 2019 para llegar a menos de la mitad de los niños menores de cinco años del mundo, en un esfuerzo que abarca una serie de enfermedades (entre ellas el sarampión, la diarrea, la neumonía y la poliomielitis).

El singular desafío de la escala es mayor en la pandemia de COVID-19 y ese desafío sienta un precedente. Esta vacuna debe abarcar a todos los países de todos los continentes y a todas las personas de todos los grupos de edad. Suponiendo que la vacuna aprobada requiera sólo de una dosis, al menos 7.000 millones de dosis de la vacuna deberán estar en manos de los trabajadores de la salud. Asumiendo una pérdida del 20-30% durante el tránsito y el almacenamiento, esto podría significar cerca de 10.000 millones de dosis en la cadena de suministro. Si la administración de la vacuna requiere dos dosis por individuo, el volumen necesario podría superar los 20.000 millones de viales.

La cadena de suministro de la vacuna de COVID-19 también será única. Mientras que múltiples intereses geopolíticos, económicos y nacionalistas influirán en quién descubre la cura, quién la fabrica, quién la financia y quién la necesita, la cadena de suministro debe ser “equitativa”. Debe haber un consenso mundial sobre quién debe obtenerla primero, no basado en quién puede comprarlo primero. Esa cadena de suministro equitativa sólo puede construirse sobre la base de un sistema indudable, abiertamente verificable y basado en el consenso, con una integridad inmutable de los datos y sin una fuente única de control. Para lograr el óptimo mundial, en lugar de un óptimo nacional o regional, el acceso a la vacuna dependerá fundamentalmente de un sistema de información con la mayor integridad posible, capaz de evitar las fuerzas de los intereses creados. Por lo tanto, la tecnología de cadenas de bloques (blockchain) será esencial para una distribución equitativa de la vacuna COVID-19.

Además, el sistema de cadenas de bloques de vacunas COVID-19 debe construirse con capacidad de seguimiento en tiempo real y actualizaciones de parámetros como los niveles de almacenamiento de las vacunas, el control de la temperatura, el agotamiento de las existencias, las cantidades de suministros auxiliares (diluyente, jeringas y agujas, viales de vidrio, tapones de goma, émbolos, mechas y queroseno para refrigeradores, etc.). Esto se vuelve imperativo para calcular el parámetro más importante, la tasa de desperdicio de vacunas, clave para anticipar la demanda, planificar la fabricación y los suministros, y reducir el agotamiento o el exceso de existencias. A una escala de 10.000 millones de unidades, las estimaciones del despilfarro en cada etapa de la cadena de suministro y su exactitud pueden ser la clave para garantizar o denegar el acceso a la vacuna a grandes segmentos de la población. También en este caso, la cadena de bloqueo será crítica.

Incluso ahora, en nuestro escenario actual, no tenemos estimaciones precisas de las tasas de desperdicio. En ausencia de cifras nacionales, la OMS publica las tasas indicativas de desperdicio de vacunas y una herramienta de estimación. Sin embargo, la propia herramienta reconoce la falta de datos precisos y apropiados a nivel de país, gracias en parte a los sistemas sobrecargados que informan de datos tardíos o incompletos, y a las dificultades para identificar el objetivo demográfico de una vacuna. En un informe sobre los sistemas de información sobre inmunización elaborado por la OMS en el marco del proyecto Optimize, un proyecto de la OMS-PATH para facilitar una cadena de suministro eficiente de vacunas, se insinúa que incluso la Alianza Gavi ha visto cómo sus intentos de hacer que el apoyo financiero sea proporcional a los objetivos de rendimiento se ven limitados por cuestiones relativas a las variaciones de los datos. En el caso de la vacuna COVID-19, necesitaríamos un seguimiento en vivo de cada vial con todos los parámetros del entorno de almacenamiento y manipulación, con una integridad indudable y una accesibilidad abierta por parte de todos los interesados, lo que sólo puede hacerse con un sistema abierto y descentralizado como es el blockchain, la tecnología detrás del bitcoin.

Este sistema ya se está utilizando en cadena de suministro de algunos puertos, en la venta al por menor y en la logística. Se ha utilizado principalmente en estos experimentos piloto para permitir el seguimiento en tiempo real de los envíos y el acceso compartido a los datos entre los miembros del consorcio, creando así confianza. Las lecciones aprendidas de estos experimentos pueden utilizarse para hacer posible un óptimo suministro de la vacuna COVID-19. De hecho ya se está construyendo una plataforma  que garantiza a todas las partes interesadas una visibilidad completa de todas las vacunas a nivel nacional, estatal y de distrito y en las diferentes etapas de la cadena de suministro. La plataforma utiliza códigos QR impresos en las vacunas para rastrearlas desde el fabricante hasta el consumidor final en una plataforma de cadena de bloques de código abierto. En cada punto de contacto de la cadena de suministro, la plataforma registra datos como la cantidad, el registro de temperatura, las marcas de tiempo, la cadena de custodia y el precio contra el código QRcode único. La plataforma admite la agregación y desagregación para que el número de escaneos de QRcode pueda reducirse exponencialmente a nivel de paletas y cajas. Los equipos de StaTwig han estado probando la solución con los equipos de programas de UNICEF en el Medio Oriente, el Norte de África y también en la India.

Ese esfuerzo requeriría la coordinación mundial de la digitalización de las cadenas de suministro de vacunas, el readiestramiento y la capacitación digital de la fuerza de trabajo involucrada y el alineamiento de todos los actores -fabricantes, proveedores, compradores, trabajadores sanitarios de primera línea y gobiernos- para lograr un consenso sobre el uso de ese sistema. Se requeriría un despliegue a gran escala de dispositivos de control de datos en todo el inventario y la logística, para mantener un seguimiento en tiempo real sin demasiada intervención manual.

Esos esfuerzos por crear un sistema abierto de seguimiento y rastreo de cada dosis de vacuna con precisión y transparencia serán necesarios para crear un consorcio mundial de investigadores en materia de vacunas, empresas farmacéuticas, fabricantes, distribuidores, trabajadores de la salud y gobiernos. La tecnología de cadenas de bloques nos permite hacer esto a escala, creando confianza y transparencia, lo que reducirá las tasas de desperdicio de vacunas, eliminará el agotamiento de las existencias y asegurará una distribución verdaderamente equitativa de la vacuna COVID-19 a toda la población humana.