El Euribor en negativo ha puesto, literalmente, las cosas al revés, tanto que es el banco el que tiene que pagar los intereses al cliente, así que en este entorno la lógica carece de sentido y es comprensible que uno ya no sepa lo que debe hacer, lo que antes era positivo ahora es negativo y lo que antes era bueno ahora es malo.
Estamos en un entorno en el que se premia al endeudado y se castiga al ahorrador y por tanto es lógico pensar que amortizar no serviría de nada. Pero hay un matiz que conviene tener en cuenta.
Fiscalidad.
Este es, con diferencia, el punto más importante por el que conviene amortizar, si tu hipoteca es anterior al 1 de enero de 2013 la rentabilidad de hacerlo es imbatible ya que puedes obtener hasta 1.356 euros por titular, dado que Hacienda devuelve el 15% de lo aportado en el ejercicio hasta un límite de 9.040 euros. Por tanto en este caso conviene hacerlo por ese máximo.
Más allá de este escenario y para aquellos con una hipoteca reciente, financieramente hablando no tiene mucho sentido amortizar la hipoteca ya que con ese dinero no te van a dar prácticamente ningún interés en el banco y además probablemente tengas que pagar una comisión por amortización anticipada, quizás el único interés real que puedas obtener es el psicológico de dormir con menos deudas y aquí ya estamos hablando de situaciones personales y familiares, además en un entorno tan incierto como el de ahora quizás conviene tener un colchón de ahorros para afrontar la crisis que se nos avecina.
Así que hagas lo que hagas probablemente aciertes, si amortizas bien porque siempre se es más libre debiendo menos dinero y si no lo haces, también porque financieramente no tiene demasiado sentido hacerlo.
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Pero si la amortización es gratis te ahorrarías los intereses de lo adelantado, por lo que sale a cuenta amortizar, sobretodo reduciendo plazo.