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Estar soltero (o más bien solo) sale muy caro, es la denominada “tasa single” coste extra que tienen que afrontar las personas que viven solas por el mero hecho de serlo. Esto afecta a muchas compras, desde el supermercado (en donde los productos pequeños cuestan proporcionalmente mucho más que los grandes) hasta las facturas domésticas en las que el coste fijo es una parte importante.
Si esto no fuese suficiente para los solteros, cada vez más se encuentran con este “impuesto” en los productos financieros, especialmente a la hora de pedir un crédito o una hipoteca.
El factor más importante a la hora de solicitar un préstamos hipotecario es la solvencia y ésta se demuestra con unos buenos ingresos y obviamente no son iguales los ingresos de una pareja que los de un soltero ni tampoco la seguridad que le da al banco tener dos pagadores frente a uno solo. En el primer caso si uno se queda en el paro siempre estará el otro sueldo para seguir pagando la letra, en el caso de los solteros la cosa se complica más.
Por tanto al soltero se le piden mayores garantías y avales ya que el riesgo de la operación para los bancos es mayor. No es nada personal en contra de los que van por libre es simplemente el algoritmo de cálculo de riesgo así que tendrán más difícil encontrar un banco que les conceda una hipoteca y si lo hace será con peores condiciones que si lo solicitase en pareja.
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Pero, ¿y el lujo de ser “single”? Que eso, ¿no se paga? ¿No es cierto que vivir en pareja o en grupo no supone otros costes? Y no me refiero a los económicos.