A los bancos españoles les va bastante bien, de hecho fueron más rentables que los de Alemania, Italia y Francia en 2021, gracias a su mayor exposición a Sudamérica, según han concluido los expertos de banca de Bain & Company tras su último estudio anual sobre la salud del sistema bancario mundial, que incluye 636 grandes bancos de Europa y Norteamérica.
El estudio de salud del sector bancario de Bain & Company utiliza un método de evaluación exclusivo basado en tres dimensiones clave: la rentabilidad y la eficiencia, la salud de los activos y los pasivos y la estabilidad del entorno de funcionamiento.
Los resultados se basan en datos de Fitch Ratings y S&P Global Market Intelligence. Mediante la combinación de ratios financieros, el ‘healthcheck’ calcula una puntuación para cada banco y lo sitúa en la categoría de los ganadores, los que presentan un modelo de negocio débil, los que presentan un balance débil y los que se encuentran en situación de máxima alerta.
El estudio ubica a los bancos estadounidenses y canadienses, en su mayoría, en el cuadrante de los ganadores. La mayoría de los bancos de esta región mejoraron sus resultados en cuanto a la calidad de los activos y se mantuvieron estables en cuanto a la rentabilidad desde 2018, lo que refleja la recuperación del exceso de provisiones realizadas durante el Covid-19 y la mejora de las puntuaciones de liquidez, principalmente debido a la gran afluencia de depósitos.
Por su parte, los bancos de las mayores economías de la eurozona (Alemania, Francia, Italia y, en menor medida, España) se situaron en cuadrantes más débiles, pues la rentabilidad de sus fondos propios, con una media del 8,9% en 2021, estuvo muy por debajo del 13,1% observado en Norteamérica.
Si bien el análisis detecta un amplio grado de variación en el rendimiento entre cada uno de los bancos europeos, Alemania, Francia, Italia y España tienen posiciones globales con balances con una menor capacidad de resistencia.
Muchos bancos de Francia e Italia pasaron de la posición de “balance más débil” a la de “máxima preocupación” en este último estudio. En Alemania, más bancos pasaron de “modelo de negocio más débil” a “máxima alerta”, principalmente por los préstamos más problemáticos. En algunos casos, también tuvieron problemas con el crecimiento de los ingresos, especialmente los ingresos no financieros de la banca corporativa y de inversión, así como los negocios de gestión de activos y patrimonios.
En el caso de España, los bancos tuvieron en media mayor rentabilidad que sus pares en otros mercados desarrollados de Europa, lo que en parte se explica por su mayor exposición a Sudamérica, donde los préstamos al consumo no hipotecarios (un negocio especialmente volátil pero rentable en los últimos años, explican) es un negocio “de gran envergadura” en relación con otras economías europeas.
Bain & Company ha apuntado que en el futuro, a medida que los tipos de interés suban, el margen de las hipotecas y los préstamos al consumo mejorarán para los bancos. Sin embargo, tras el aumento del gasto por el Covid-19, los consumidores también podrían verse sobrepasados en caso de recesión, lo que aumentaría el riesgo de crediticio y otras amortizaciones.
“Además, los bancos europeos parecen estar abocados a una mayor fragilidad debido a la crisis energética general provocada por el conflicto bélico con Rusia”, avisa el informe.
La principal conclusión del informe es que la mayoría de los bancos europeos “necesitan urgentemente implantar cambios estratégicos relevantes y de alcance”, aumentando su capacidad de resistencia y reafirmando sus perspectivas ante el empeoramiento de las turbulencias económicas y el deterioro de la salud financiera de algunas partes del sistema bancario europeo en los últimos años.
El informe considera que muchas de estas entidades deben actuar rápidamente para impulsar su crecimiento, reforzar sus balances mediante la consolidación, desarrollar nuevas fuentes de ingresos por comisiones y adoptar otras medidas estratégicas.
El socio de Bain & Company y director de la práctica de Servicios Financieros Europeos de la firma, Dirk Vater, ha señalado que los bancos más débiles de Europa deben actuar ante las condiciones económicas actuales, con un crecimiento debilitado y una inflación en fuerte ascenso, y ha alertado de que el coste de oportunidad de los bancos que no reaccionen “puede ser elevado”.
“Nuestro estudio muestra que en tiempos de crisis surgen claros ganadores. Con la actual incertidumbre económica y el entorno disruptivo, que engloba incertidumbres políticas y Covid, es probable que el coste de no hacer lo suficiente sea alto”, ha avisado Vater.
De su lado, el socio de Bain & Company en Madrid, Ibon García, ha señalado que, en Europa, “la fragilidad energética, el continuo aumento de la inflación y la presión de los tipos son factores que sin duda afectarán a la capacidad de repago de los clientes y, en consecuencia, los resultados de sus bancos”.
“Para ello, los bancos que responden eficazmente a estas circunstancias están impulsando cinco grandes temas: ajustar su estrategia a largo plazo, optimizar sus costes y buscar eficiencia, acelerar sus esfuerzos digitales, definir y lanzar iniciativas de crecimiento para diversificar sus posibilidades de crecimiento, y preparar actividades de fusiones y adquisiciones”, ha explicado.
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Esto me recuerda a meses antes de la crisis del 2008 cuando se decía que los bancos españoles era los más solventes, etc, etc...