Tom Sargent recibió el premio Nobel de economía en 2011 y es un tipo con gran capacidad de síntesis. Hace unos años protagonizó un anuncio del banco “Ally Bank” en el que le realizaban esta pregunta:
Hoy, nuestro invitado es Thomas Sargent, ganador del premio Nobel de economía y uno de los economistas más citados del mundo. Prefesor Sargent ¿Puedes decirme cómo estarán los depósitos a plazo (CD rates) en dos años?
A lo que respondió
No
Y esa fue toda su aportación.
En 2007 dio el discurso de graduación a los estudiantes de la universidad Berkeley que resumen la economía en unas 300 palabras y que os traduzco a continuación (aunque que pierde algún matiz en español)
Recuerdo lo feliz que me sentí cuando me gradué de Berkeley hace muchos años. Pero pensé que los discursos de graduación eran largas, así que voy a economizar ls palabras.
La economía se organiza con sentido común. He aquí una breve lista de las lecciones valiosas que esta ciencia tan hermosa nos enseña.
1. Muchas cosas que son deseables no son factibles.
2. Las personas y las comunidades se enfrentan a disyuntivas.
3. Otras personas tienen más información acerca de sus habilidades, sus esfuerzos, y sus preferencias que tú.
4. Cada uno responde a los incentivos, incluidas las personas que quieren ayudar. Es por esto que las redes de protección social, no siempre terminan trabajando como es debido.
5. Hay compensaciones entre igualdad y eficiencia.
6. En el equilibrio de cualquier juego o economía, las personas están satisfechas con su opciones. Por eso es tan difícil cambiar las cosas para bien o para mal
7. En el futuro, seguirás respondiendo a incentivos. Es por eso que hay algunas promesas que te gustaría hacer pero no puedes. En principio nadie creerá tus promesas porque piensan que no las cumplirás. La lección aquí es la siguiente: antes de hacer una promesa, piensa si la vas a mantener siempre incluso si las circunstancias cambian. Así es como se gana una reputación.
8. Los gobiernos y los votantes responden también a los incentivos. Es por ello que los gobiernos a veces no cumplen las promesas que han hecho.
9. Es factible para una generación a transferir los costes a las siguientes generaciones. Esto es lo que hace el gobierno (de EEUU) con la deuda nacional y con el sistema de seguridad social.
10. Cuando un gobierno gasta, sus ciudadanos finalmente pagan, ya sea hoy o mañana, ya sea a través de impuestos explícitos o implícitos, como la inflación.
11. La mayoría de la gente quiere que otras personas paguen por los bienes públicos y que el gobierno redistribuya la riqueza (especialmente la distribuya a uno mismo).
12. Los precios en los mercados se basan en la información que tienen quienes allí participan, por eso es tan difícil de pronosticar los precios de las acciones, tipos de interés, tipos de cambio, etc.
Se le pueden dar más vueltas pero en el fondo todo se resume al sentido común y a los incentivos
3 comentarios
No se yo, el sentido común y el menos común de los sentidos si es que mueve la economía, lo dudo..
Estoy ya muy viejo y he visto que “la p.uta” se vaya al rio por no f.ollar todos o que se vaya al rio por f.ollar todos…
Llevo ya tercer lustro ganando volumen de negocio apostando en contra de las tendencias…
Tipo: esos necios con los nuevo métodos chupi guay, van a alejar un montón de clientes, haremos que vengan a nosotros .. y funciona…
Si la economía la manejasen con sentido común, el viejo cascarrabias de Juanito, debería de estar ya en el vertedero de los negocios, por gruñon y anticuado y no que resulte que está en lo cierto, apostando contra las tendencias que supuestamente están sujetas al sentido común.
por cierto, me hago rebranding del Nick …
Sobre el punto 9, que dice que es factible para una generación transferir los costes a las siguientes, más allá de la deuda o las prestaciones de la seguridad social, el mayor coste con el que estamos lastrando a nuestros hijos y a nuestros nietos es la crisis climática que les hemos cocinado en el último siglo mediante el uso y abuso energético desorbitado en aras a un crecimiento económico que actúa de espaldas a los límites físicos del planeta. El capitalismo en particular y el extractivismo en general son sistemas con fecha de caducidad y empiezan a oler a podrido.