En un intento de mitigar los efectos de la reciente escalada del euríbor, el principal referente en el cálculo de las hipotecas en España, los bancos han comenzado a introducir nuevas estrategias en sus ofertas hipotecarias. Una de estas tácticas es la inclusión de hipotecas variables que “bajan su precio” a medida que el euríbor sube (entendiendo por “precio” el diferencial que cobran los bancos). Esta medida busca amortiguar el golpe financiero que podría recaer en las familias debido a la subida de este índice.
Según la última encuesta del Banco Central Europeo, la demanda de préstamos para la compra de vivienda ha experimentado un descenso relevante en los últimos meses, con el 90% de los bancos reportando disminuciones, atribuido en gran medida al incremento del euríbor.
Algunos de los nuevos productos hipotecarios que los bancos están ofreciendo establecen diferentes tramos en el euríbor, con diferenciales aplicables que varían según el tramo en el que se encuentre el índice. Por ejemplo, Kutxabank ofrece un producto que establece un diferencial de 0,50% sobre el euríbor, una vez aplicadas todas las bonificaciones disponibles, a partir del segundo año.
Si durante las revisiones anuales el euríbor se sitúa en el primer tramo (entre el 1,50% y el 3,25%), el diferencial se reduce a 0,10%, una rebaja de cuatro décimas. El segundo tramo se establece cuando el euríbor se encuentra entre el 3,25% y el 4%, y con estas cifras, el diferencial aplicable sería de -0,10%, lo que supone una reducción del nivel del euríbor de seis décimas. En caso de que el euríbor superase el 4%, el diferencial se establecería en -0,50%, un punto por debajo de la base.
A pesar de las recientes fluctuaciones, el euríbor sigue en una tendencia ascendente desde el verano pasado que se vio momentáneamente alterada tras la pequeña crisis bancaria de EEUU y Europa pero que desgraciadamente ha retomado durante mayo llevándole al 3,932% con el que ha cerrado hoy.