Las entidades financieras se están mostrando cada vez más cautelosas a la hora de conceder créditos hipotecarios, no se puede halar todavía de que haya cerrado el grifo pero sí adoptan menos riesgo. El alza de las tasas de interés, combinada con factores como la inflación, la inseguridad laboral y el enfriamiento económico, están llevando a los bancos a ser más precavidos al prestar dinero para la adquisición de propiedades, demandando más garantías.
Según datos de ‘Finanzate’, durante el primer trimestre del año, los bancos denegaron 1 de cada tres solicitudes de hipoteca. La mayoría de las entidades financieras no aceptan que el pago mensual de la hipoteca supere el 35% de los ingresos del solicitante y las condiciones económicas actuales están empujando a más personas a este límite.
En marzo pasado se formalizaron en España 36.182 hipotecas para la adquisición de viviendas, un 15,7% menos que en el mismo mes de 2022, el mayor declive desde enero de 2021, de acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El interés fijo continuó predominando sobre el variable en la nueva producción hipotecaria, siendo la opción seleccionada en el 63,9% de los casos, aunque esta proporción está disminuyendo, siendo la de marzo la más baja desde junio de 2021. Esto implica que el 36,1% de las hipotecas se solicitaron a tipo variable.
La tasa de interés promedio a la que se concedieron las hipotecas, el 2,99%, también fue la más alta en casi seis años, desde abril de 2017, según los mismos datos.
La tasa de interés para los préstamos a tipo fijo fue del 3,15%, la más alta desde abril de 2018, y para los de tipo variable se situó en el 2,72%.
La cantidad promedio de las hipotecas sobre viviendas fue de 142.663 euros, un 1,5% más bajo que un año antes, mientras que el capital prestado por las entidades para este propósito alcanzó los 5.161,9 millones de euros, un 17% menos en comparación interanual.
Esto implica que en el primer trimestre de este año, las hipotecas sobre viviendas disminuyeron un 5,6% y el capital otorgado por las entidades financieras para su constitución se contrajo un 5,4%.