Comenzamos una semana muy movida en la que tendremos reunión de los principales Bancos Centrales, concretamente la Reserva Federal y el Banco Central Europeo se reunión para modificar de política monetaria y en ambos casos se descuenta ya aumento en el precio del dinero: a la horquilla del 5,25%-5,5% en Estados Unidos y al 4,25% en la zona euro.
Esto es lo que sabemos aunque tanto o más importante es lo que no sabemos, el mensaje que transmitirán y en el que podrían dar por concluidas, temporalmente, las subidas de tipos. De momento los datos del IPC nos ayudan levemente a ser optimistas, respecto a lo que ocurra en EEUU, un reciente sondeo de Reuters entre más de un centenar de economistas insiste en la idea de que la subida de tipos en EE UU de esta semana será la última, lo que hagan allí es importante ya que Europa prácticamente está copiando su estrategia.
Respecto a la Eurozona, quizás la señal más grande ha venido del “halcón de los halcones” (aquellos que apuestan por una política monetaria dura para combatir la inflación) de parte del representante holandés del BCE que dijo en referencia a la subida de tipos que “Para julio creo que es una necesidad, para cualquier cosa más allá de julio sería a lo sumo una posibilidad, pero de ninguna manera una certeza”, mostrándose así mucho más cauto que en anteriores ocasiones. En este sentido, Knot ha asumido el discurso de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, para subrayar que las decisiones de la institución a partir de julio tienen que “observar cuidadosamente lo que nos dicen los datos”.
Por tanto habrá que estar muy atento a la deuda de prensa que dará Christine Lagarde el jueves día 27 en donde nos dará unas pistas sobre lo que hará el BCE en sus próximas reuniones, siendo la siguiente la del día 14 de septiembre que podría ser la primera en más de un año en la que se mantengan los tipos de interés.