Recientemente el Banco Santander se alió con Mapfre y juntos obtuvieron la autorización para comercializar su hipoteca inversa, un producto desconocido en España y que en el pasado ha estado rodeado de polémica.
Se trata de un producto financiero por el que una persona jubilada que es propietaria de un inmueble puede pedir un crédito sobre la vivienda, de esta manera obtiene una renta mensual y sigue disfrutando de su casa. Se crea una deuda que se puede satisfacer a su fallecimiento por parte de los herederos con la entrega del inmueble o pagando un crédito que ha generado, eso sí, intereses más altos que en un préstamo hipotecario habitual.
Según los últimos datos que tenemos disponibles durante el primer semestre apenas se firmaron 253 operaciones de este tipo en España lo cual demuestra que se trata de un producto que despierta más interés que demanda y eso que el año pasado se batieron récords al firmarse 549 operaciones de este tipo, una cifra ridícula comparadas con las más de 400.000 hipotecas “normales” que se firmaron.
Y ante este panorama se enfrenta el Santander que parece que van a lanzar en las próximas semanas su hipoteca inversa aunque según señala fuentes financieras no esperan que tengan demasiada repercusión comercial aunque quizás sí mediática. En función de su éxito veremos si el resto de bancos se animan pero todo parece indicar que se tratará de un producto minoritario que a la larga puede traer más problemas que beneficios ya que no hay un marco regulatorio demasiado claro.