Cuando veo a las grandes empresas que han nacido en garajes de Silicon Valley siempre me he preguntado por el tamaño de los garajes que tienen que tener allí. El cuento del emprendedor que parte de la nada y llega a la cima es una narrativa profundamente arraigada en la cultura empresarial global y es cierta pero con matices. Se nos vende la historia de personas como Jeff Bezos, que comenzó Amazon en su garaje y ahora es uno de los hombres más ricos del planeta. Sin embargo, esta historia a menudo pasa por alto un factor importante: el papel que juegan los recursos familiares y las redes sociales en el éxito empresarial.
Jeff Bezos pudo inició Amazon en un garaje trabajando día y noche, pero lo hizo con un apoyo financiero considerable de sus padres, que invirtieron más de $240,000 en la empresa, sin duda una buena ayuda que la mayoría no tiene.
No es solo el caso de Bezos. Bill Gates, aunque indiscutiblemente un tipo con talento, también se benefició de su entorno familiar. Su madre, Mary Maxwell Gates, tenía conexiones influenciales y fue clave para que IBM eligiera a Microsoft para desarrollar su sistema operativo. En resumen, tanto Bezos como Gates tenían algo más que una buena idea y determinación; tenían el tipo de capital social y financiero que la mayoría de las personas no poseen.
Mark Zuckerberg es otro ejemplo. Su formación en la prestigiosa academia Phillips Exeter, con un coste anual de 57.000 dólares, fue posible gracias a la posición económica de su familia. Todo esto pone de relieve que, aunque estos emprendedores son indudablemente inteligentes y capaces, su éxito no surgió de la nada.
Este contexto importa porque demuestra que el éxito empresarial no es simplemente una cuestión de mérito o habilidad individual. Incluso las ideas más revolucionarias requieren un entorno propicio para florecer, y ese entorno a menudo es facilitado por los recursos familiares y sociales. Ignorar este hecho es pasar por alto la complejidad inherente a la narrativa del “emprendedor hecho a sí mismo”.
Es importante reconocer que la posición social de los padres a menudo predice de manera precisa la eventual riqueza de sus hijos. Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos; es una característica distintiva de los círculos de élite en todo el mundo. Desde las familias adineradas en Europa que han mantenido su estatus desde el Renacimiento hasta las dinastías estadounidenses como los Kochs y los Hearsts, el patrón es claro.
Por lo tanto, aunque no debemos descontar el mérito individual, es esencial ver estas historias de éxito en su contexto completo. Los emprendedores no poseen un don mágico para el éxito. Lo que sí tienen, en muchos casos, son padres con recursos financieros. La persistencia de familias acaudaladas, semejantes a dinastías, sigue siendo una de las características clave de los círculos de élite.
En lugar de simplemente decir “si tienes el deseo, tienes la capacidad”, quizás deberíamos reconocer que, si bien el deseo y la capacidad son importantes, no son los únicos factores que contribuyen al éxito empresarial. El capital social y financiero, también juega un papel fundamental. Y eso es algo que la narrativa del emprendedor hecho a sí mismo, por conmovedora que sea, a menudo omite.
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Personalmente me revienta un poco cuando se anima a la gente a emprender sin ser claro acerca de los riesgos que ello conlleva.
Sé de gente que ha fracasado, algo bastante más fácil de lo que pueda parecer, y que, debido a las deudas, pues tiene embargos casi de por vida, lo cual le impide emprender otra vez; pero también poder endeudarse, así que lo de comprar un coche, o una casa, si no la tenías de antes, y demás, pues como que queda descartado...
Me viene a la cabeza la palabra Paria...
También hay gente que emprende, fracasa, y vuelve a emprender, aunque tenga que ponerlo todo a nombre de terceros, por que son así; pero, si no hay algún éxito, la verdad es que puede llevar a la ruina a mucha gente...
Ya hace unos años que se aprobó lo de la "Ley de Segunda Oportunidad", que se supone que te puede sacar de ese pozo, si se demuestra la buena fe y todo eso... (¿Cómo se demuestra la buena fe?), así que digamos que se ha facilitado la opción del emprendimiento; pero, a pesar de lo que digan, la verdad es que no es una opción válida para todo el mundo.
Por eso me reventó bastante declaraciones como las que hizo Antonio Banderas en su día, como si él hubiera emprendido "desde cero"...
https://www.xataka.com/magnet/75-datos-discurso-antonio-banderas-emprendedores-falsos
PD: Y sí meterte en una hipoteca y que te pasen por encima varias crisis y que te suban el euribor para compensar lo que sube todo lo demás, pues también j.de bastante...
Yo soy uno de esos que ha emprendido y no se ha muerto en el intento, ya 12 años de crecimiento y por el medio el covid, que no nos ha podido tumbar, mas bien hemos ganado cuota de mercado...
Dar claves, no me apetece , porque no hay a quien... Mis recetas no gustan mucho.... porque no pasan por teletrabajar desde la piscina y fundir dinero jinversor mientras apostamos por valor añadido en forma de cosas chupi guays y humos de todo tipo...
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Solo diré que esas "historias de exito" son cosas 3/4 partes inventadas o bien , se callan lo esencial. Como lo de Zuckerberg ese, que no tiene gran merito lo que hizo el mismo, ni lo que hace ahora, sino en quien decidió meter allí a fondo perdido todo lo que hiciera falta, dejando al chaval como cabeza de chorlito visible...
Parte del fracaso de los emprendedores, se debe a que tienen una visión hollywoodiense sobre como es eso de hacer negocios... y ni siquiera en USA las cosas suceden así sobre el terreno, ya ni te digo en España donde la sociedad primero de desprecia y luego pasa a odiarte por envidia mientras Hacienda y SS te crujen sin piedad, para darselo a aquellos, los listos de aquí, que van a lo seguro, a lo de chupar del papa estado..
Ahora me despido hasta el año que viene, que no tendré tiempo de entrar...
Sin "papa estado" muchas empresas y negocios familiares hubieran desaparecido, y para que "papa estado" pueda ayudar necesita recaudar. Sanidad pública, educación pública, seguridad pública, infraestructuras, pagos de pensiones de jubilación o invalidez,... Por cierto, el teletrabajo, donde se puede llevar a cabo, a demostrado un aumento de productividad de los trabajadores, y sobre todo menos bajas por accidentes laborales. Hay que mirarlo todo.
Además esa cuota de la seguridad social, no es para sanidad, que hay mucha gente que piensa que es para eso, con eso se pagan las pensiones actuales, nosotros mantenemos a los que estuvieron trabajando antes.
En España emprender es complicadisimo
A parte del garaje y la familia, se han dejado un componente importante, el enchufe
De entrada te frien a impuestos y burrocracia
A partir de aqui si consigues un poco de exito la envidia y la trabas legales no paran, ademas de la persecucion maniatica de la AEAT y las regulaciones sectoriales, ambientales, de seguridad....
Y se me olvidaba, todas por triplicado o quadriplicado, UE, Estatales, Autonimicas, locales....
Se dice que quien no tiene luces, acepta enchufe...
Cuidao cuidao que en un entorno neoliberal como este se empieza a hablar de las condiciones materiales, ¿qué va a ser lo próximo, afiliaros como yo a un sindicato?
Conozco muchos emprendedores con fantásticas ideas de apps, negocios digitales y dispuestos a inventar la rueda. Todos ellos financiados por sus familias, los que no pueden sufragar que sus vástagos vivan la experiencia cool de coworking, charlas motivacionales de gurús sin callos en las manos y viveros de lanzamiento tienen menos capacidad de paciencia.
Por mucha universidad pública que haya, un notario, registrador... necesita de tiempo de estudio, tiempo que debe ser pagado por la familia. Sin dinero no existen esas circustancias materiales.
Me voy que he quedado con un chico que sabe mucho. Voy a invertir mis ahorros en su idea. Va con sudadera y gorra pero tiene una app para reventar el mercado, me lo ha dicho mi primo que le sigue en redes sociales...
Hay otro factor muy importante (ò 2 aunque ambois son redundantes )que no se mencionan en el articulo:
Ser un miembro del pueblo escogido por dios facilita muchisimo las cosas.
Lo mismo ocurre si se tiene unas grandes narices (se es un narizotas) para poder oler claramente dsonde hay un negocio.
Suelo decir que para saber si uno ha llegado lejos o no en la vida lo primero que hay que mirar es de dónde proviene.
Es muy fácil llegar a ser directivo de una empresa si tu padre ya lo ha sido antes que tú.
Es muy difícil llegar a ser un técnico cualificado medio de cualquier cosa si tus padres no tienen ni la educación general básica.
Quién de los dos ha avanzado más en la vida?
P.D. Echaremos de menos a Juanito.
Eran otros tiempos; pero bueno:
Mi abuelo, que sabía leer y escribir, y hasta hacer cuentas; pero sin más estudios que los básicos, le dio por tener hijos. Muchos hijos.
Buenos, de todos esos hijos, todos, menos uno, tuvieron algún tipo de título universitario, aunque fuera el de magisterio (bastante popular entre mis tíos).
Y el único que no lo sacó, empezó ingeniero agrónomo y "se dio cuenta" de que no le hacía falta eso para encargarse del campo, las cosechas y todo lo demás...
De hecho, hasta compró tierras y todo...
Así que los orígenes son importantes.
La educación de tus padres también.
Pero el acceso +/- gratuito a la educación hace que esos factores se diluyan un tanto...
¿Y con qué garaje o familia privilegiada ha contado Amancio Ortega para levantar su imperio empresarial y colocarse, alguien como él que no pudo ni estudiar el bachillerato, como una de las personas más ricas del mundo?
El argumento del artículo es deficiente: por supuesto que la renta o herencia familiar influyen a la hora de emprender, pero no en menor medida que otro tipo de cualidades de origen genético o aprendido como la inteligencia, el olfato para los negocios, el tesón, la capacidad de negociación o la ética del trabajo.
Se habla mucho del privilegio como explicación de los éxitos o los fracasos de la gente y muy poco de los méritos acumulados o de la simple suerte en la lotería genética, que son la clave de que algunos naden en la abundancia y otros en la mediocridad del autocompadecimiento.
PLAGIO