A pesar del desastre de las cajas de ahorros y de que la sociedad española no ha echado de menos en estos años ni a la Caja Postal ni al Banco Hipotecario, ni al Exterior de España ni a ninguno de los bancos públicos que ha habido en nuestra historia, se sigue insistiendo en la creación de bancos públicos, tanto regionales como nacionales. Yo estoy en contra, básicamente sería volver a la situación de las cajas de ahorros: dar poder financiero a cargos políticos implica inversiones con criterios políticos. Y tampoco supondría que el cliente fuera mejor tratado, ni por comisiones, ni por diferenciales ni por horarios… al final las cajas tenían hipotecas con suelo, tipos de auténtica usura por los descubiertos, cobraban comisiones por tarjetas que no se habían pedido… las quejas que también eran mayoritarias hacia la banca privada. Algo que ya había ocurrido en el pasado cuando existía banca pública nacional (Caja Postal, Banco Exterior, Banco Hipotecario etc.). Y cuando las cajas estuvieron desesperadas por adquirir capital, no tuvieron problema en coger un producto para grandes inversores que se denominaba “deuda perpetua”, llamarlo preferentes y, aun sabiendo que el mercado secundario se estaba cerrando por lo que quien las adquiriera no podría deshacerse de ellas, colocarlas entre su clientela.
La discusión sobre lo público y lo privado no es exclusiva de las entidades financieras. Por ejemplo, ¿podría una empresa farmacéutica esconder la cura definitiva de una grave enfermedad y no comercializarlo para no perder las ventas actuales y futuras de las medicinas que durante años puede consumir un enfermo crónico? Visto desde esa perspectiva, parece que hay más motivo para nacionalizar la Bayer (y de paso las empresas de cremas antiarrugas, no sea que hayan encontrado el secreto de la eterna juventud y no lo hagan público para poder vender más) que un banco. Pero no es tan fácil, estamos haciendo una suposición que implica que un empresario privado va a preferir el beneficio económico a la salud pública y parecemos olvidar que las empresas que fabrican tabaco en España –sustancia nociva según nos dice el gobierno- son en su mayoría semi-públicas, y eso es un hecho. Yo no entiendo esta demonización de lo privado/beatificación de lo público que hacen algunos como tampoco lo contrario que hacen otros. Todo depende de la ética y no de la titularidad accionarial: con un buen equipo directivo cualquier empresa podría triunfar siendo pública y con uno malo fracasar siendo privada, la gran diferencia es que a unos los eligen unos políticos a saber con qué criterios y a otros un consejo de administración que busca lógicamente el máximo beneficio. En el ejemplo anterior y dados los escándalos conocidos de los consejeros de muchas cajas de ahorros, ¿estamos seguros que no hubiera actuado igual, buscando sólo su propio beneficio, un laboratorio farmacéutico que fuera público?
Por eso para mí el problema no es que haya empresas públicas sino la baja calidad de los partidos políticos españoles que van a acabar controlándolas. Se financian ilegalmente, están llenos de corruptos a los que sus máximos dirigentes toleran, no recortan donde deben (por ejemplo el Senado o la duplicidad diputaciones/autonomías) porque priman su beneficio privado (cargos) al beneficio público, gastan donde no deben (de hecho ellos mismos están endeudadísimos por su mala capacidad gestora) etc. Y de nuevo son hechos, no suposiciones. Es decir, el egoísmo, la codicia y en general la falta de ética que se le supone a un empresario privado también la tienen los gestores de lo público, ¿quién me dice que el político que prefiere reducir mamografías que eliminar un coche oficial va a salvaguardar mejor nuestra salud que un empresario que quiere ganar dinero a costa de la sanidad como hace nuestro dentista? ¡Si todavía en España fuéramos a castigar electoralmente a los partidos que demuestren poca ética! Entonces sí habría un incentivo para desear más propiedades públicas pero lo triste es que no es así. Por eso yo no tengo un criterio global a favor o en contra de lo público ya que depende del país, lo que sí sé es que en España, y dado el poco valor que dan los españoles a la honestidad de nuestros dirigentes a la hora de votar –otro hecho tristísimo pero real-, cuanto más lejos estén los políticos del dinero de todos, mejor. No es posible evitar que manejen los Presupuestos y construyan aeropuertos inviables pero ¿darles una o varias entidades financieras? Es un suicidio, ya lo hemos visto. No podemos confiar ni en su talento ni en su honradez ni en la capacidad de los votantes para discernir y castigarles en las urnas si roban por lo que se sentirán impulsados a seguir haciéndolo.
Sé que hay mucha gente que piensa que cambiando a los políticos, cambiaría también la utilización política de unas posibles entidades financieras públicas, el típico “si ganaran los míos lo harían de forma diferente” pero actualmente en Europa tenemos un gran banco público llamado BCE, y justo los mismos que tanto propugnan en España la existencia de banca pública y tanto se comprometen a no usarla políticamente, resulta que están de acuerdo en que BCE actúe políticamente, por ejemplo promoviendo que se salte sus normas para seguir auxiliando a la banca griega aunque ésta sea insolvente o que compre su deuda a la vez que pide una quita de esa misma deuda, criterios nada rentables para los contribuyentes que aportan a ese banco público. No es una cuestión ideológica sino un caso de evidencia empírica basado en la experiencia siendo quizás el ejemplo más claro el de las cajas de ahorros, entidades con la mejor de las intenciones que acabaron siendo, en su mayoría, instrumentos al servicio de políticos y codiciosos, que han vendido productos a sus clientes más nocivos que los de la banca privada y que han acabado costándonos a todos miles de millones de €. No somos conscientes de lo que ha agravado la gestión de las cajas de ahorros la crisis, no sólo por el agujero actual que han generado en las cuentas públicas, es que sin ellas difícilmente habría crecido tanto la deuda local porque nadie hubiera financiado proyectos tan inviables como los que tantos municipios y comunidades autónomas han llevado a cabo Y eso no significa que la banca pública –si sus criterios de gestión son independientes- no pueda ser buena, significa que en España los políticos que tenemos eligen para sus maniobras partidistas a personajes peores –como se ha visto- que los banqueros privados, no ya sólo como gestores, aparentemente también en calidad ética. Está en nuestro mano: si queremos que nuestros políticos sean honestos, debemos dejarles claro que si no lo son no les votaremos y como su máxima prioridad es llegar al poder/salir reelegidos, tendrán que aplicarse el cuento. Cuando eso pase, entonces yo seré el primero que quizás prefiera que haya más empresas públicas en España. Mientras tanto, prefiero que sólo haya las imprescindibles. Es mi opinión, y que conste que a mí también me da miedo el poder de algunas multinacionales, no me gusta que haya tanta riqueza en tan pocas manos cuyo único objetivo es el mayor beneficio económico posible aunque claro, tampoco me gusta que una entidad pública como la NSA norteamericana pueda espiarme a mí y a mi gobierno con total impunidad con la excusa de la seguridad. Vamos, que cuando eres una hormiga y te aplasta una bota, poco importa quién la calce.
PD – Este es el último de los 10 fragmentos de mi libro Especulando con la crisis que he publicado aquí este verano.
5 comentarios
Lo que no tiene sentido es que tengas un blog. Retirate por dignidad. Eres un hazmereir…
Llevamos unos días que no puedo comentar vía PC y me tengo que venir al móvil…
A ver si lo arregláis!!
Me pasa lo mismo.. no puedo desde el Pc
Simplificamos en las palabras “banca pública” diversas cosas.
Mis padres de más de 80 años entienden que cuando era caja en vez de banco no les obligan a pedir cita o a hacer las cosas por internet.
“Algunos” entienden que cuando era caja y no banco les pedían menos comisiones.
” Otros” entienden que cuando era caja y no banco les concedían préstamos más fácilmente.
Unos y otros entienden que cuando era caja y no banco al estar bajo poder político subvencionan necesidades o chorradas.
En realidad es que con la escusa de ser más competitivo la banca actual es un pseudo monopolio , el trato al cliente ha degenerado.
Hay muy pocos entidades y poco interés por tratar bien a los viejos.
Si la atención al cliente es un coste. Debería suplir eso la administración, pero si un Político toca el dinero lo malgastara.
Soluciones fáciles no hay.
Lo que creo es que la banca privada tenemos que párales los pies . Y eso se haría con unas cajas de ahorros con dirigentes honestos ¿una utopía?
Si juzgáis las cosas por el pasado, también deberían estar cerrados los bancos
Fracasaron y tuvieron que ser rescatados