El primer libro de bolsa de la historia fue escrito por un español

por Carlos Lopez

El primer libro de bolsa de la historia fue escrito por un español 4

Parece mentira que España, con la predominante falta de cultura financiera, se pueda colgar la medalla de que el primer libro escrito sobre Bolsa en la historia pertenezca a un español. Este español es José de la Vega, nacido alrededor del año 1650 en Espejo provincia de Córdoba, y el libro es Confusión de Confusiones: Diálogos curiosos entre un filósofo agudo, un mercader discreto, y un accionista erudito, una obra publicada en el año 1688 que forma parte de los clásicos para cualquier apasionado de las finanzas. Aunque ser el primer libro escrito sobre bolsa no implica ser el mejor, en sus páginas se manifiestan una sabiduría del entorno bursátil, en las que hace un especial hincapié en la irracionalidad del inversor y en los diferentes engaños que predominan.

En los diálogos que se introducen en el libro por boca del accionista, José de la Vega comenta que existen tres estímulos para subir y tres para bajar: Las circunstancias de las Indias, la situación de la política Europea y la opinión existente sobre la propia bolsa. ¿No es curioso que casi cuatro siglos atrás exista una visión tan parecida a la actual? A día de hoy todos tenemos puesto un ojo en Estados Unidos y el otro en China. 

Uno de los aspectos más relevantes de Confusión de Confusiones es que nos ofrece una serie de principios que prácticamente la mayoría de nosotros subrayaríamos perfectamente en la actualidad.

El primer principio en el campo de la especulación: Nunca aconsejéis a nadie que compre o venda acciones, porque donde la perspicacia está debilitada, mal puede lucir airoso el consejo. Lo que en el siglo XVII sería “la perspicacia está debilitada”, hoy sería los sesgos psicológicos que nos hacen estar eufóricos en los momentos en que la bolsa se encuentra en máximos y por el contrario,

El segundo principio: tomaos toda ganancia sin remordimientos por los beneficios perdidos, porque una anguila puede escaparse cuando menos se espera. Es prudente disfrutar de aquello que es posible, sin esperar la continuación de la coyuntura favorable ni la persistencia de la suerte. Probablemente este es el principio es el más errado y al que menos atención deberíamos prestar ya que “tomarse toda ganancia” significa no dejar correr los beneficios. En el pensamiento actual del inversor lo que hay que cortar son las pérdidas que uno acarrea de acuerdo a la tolerancia al riesgo de cada inversor.

El tercer principio: los beneficios de la bolsa son los tesoros de los duendes. En un momento dado pueden ser carbuncos, luego carbones, luego diamantes, luego guijas, luego lágrimas de la aurora, luego lágrimas. Este principio tiene un punto muy value al mencionarnos de la evolución de los beneficios de una sociedad que al fin y al cabo, es el objetivo principal cuando se incorpora una acción en cartera, beneficiarse de los siguientes flujos que la actividad económica de la empresa genere.

El cuarto principio: quien desee ganar en este juego, debe tener paciencia y dinero, puesto que los precios son muy inconstantes y los rumores muy poco fundados en la verdad”. Aunque no me atrevería a utilizar el término juego para en referencia a la bolsa, el cuarto principio nos habla de la psicología serena y tranquila que todo inversor debería manifestar, mientras el mercado produce esos vaivenes erráticos en el corto plazo que pueden alterar nuestras decisiones de inversión.

Este libro no es especialmente técnico por lo que si uno goza de un tiempo de lectura, es verdaderamente interesante tanto para recién iniciados como para aquellos que quieran entretenerse en los cimientos del conocimiento bursátil actual, y podrán comprobar que la percepción actual de los mercados financieros no se aleja demasiado a la que se tenía en el siglo XVII.

4 comentarios

oreidubic 28 noviembre 2023 - 11:24 AM

Al final en la gestión de empresas lo que no falla nunca es el refranero….

Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar…
A quien madruga Dios le ayuda… pero ojo, no por mucho madrugar amanece más temprano..
Más vale pájaro en mano que ciento volando…
Boca cerrada no entran moscas….
Donde tengas la olla no metas….

Con esto y un poco de “arte de la guerra” y cuatro nociones de Confuncio… y ala…. a tirar en el siglo XXI..

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oreidubic 28 noviembre 2023 - 11:46 AM

Que soy un don nadie, pero en todos los sitios dónde he estado con responsabilidades, no han cerrado… y ya son 30 años…

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Javitxu 28 noviembre 2023 - 2:18 PM

En los últimos no sé, ¿30 años?, ha cambiado tanto la bolsa que ya nadie entiende nada. Los “cisnes negros” son ya el pan nuestro de cada día. El “value” ya no vale para nada, porque tienes empresas con pérdidas casi crónicas que cada vez valen más y el PER no es indicador de si una empresa está o no sobrevalorada. Cada vez hay más negocios que no se entiende cómo funcionan. Otra máxima era que la bolsa siempre sube, y llevamos años rondando en el Ibex los 9.000-10.000 puntos. Los 13.000 no creo que los volvamos a ver… En las escuelas de finanzas no sé ahora qué enseñarán. Hice la carrera hace 20 años y te podían explicar las cosas todavía con cierta lógica. Ahora… Y mira que los economistas predecir no predecimos, pero a toro pasado, se nos da bien explicar las cosas. Con la bolsa, ya ni esa máxima se cumple…

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Anonimo 4 diciembre 2023 - 5:49 PM

Las bolsas son para entendidos, para los demás mejor relajarse un poco, gastarse el dinero en cosas que entienden y listo.

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