Las recientes subidas en los tipos de interés impulsadas por Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), han tenido como una de sus consecuencias más evidentes en la subida del Euribor y el encarecimiento de las hipotecas. Estas medidas, adoptadas en respuesta a la inflación, han generado un aumento en los costes de los préstamos hipotecarios, un fenómeno que Lagarde considera como una indicación de que la política monetaria está siendo efectivamente implementada a través del sistema bancario.
Durante un año, Lagarde ha incrementado los tipos de interés en un total de 450 puntos básicos, alcanzando un nivel de 4.5%. Este ajuste, el más drástico en la historia del BCE, busca restringir las condiciones de financiación en la zona euro para influir en la demanda y, por ende, en la inflación.
Lagarde ha destacado que el alza en los costes de las hipotecas no es un efecto colateral menor de las políticas del BCE, sino un componente principal. Además, ha subrayado la eficaz transmisión de estas políticas a la economía real, reflejada en la rapidez con que los bancos han aplicado los aumentos de los tipos de interés a sus productos financieros.
En este contexto, se observa también un incremento en los intereses de los depósitos bancarios, especialmente en los depósitos a plazo. Lagarde enfatiza la importancia de que esta alza también beneficie a los ahorradores.
Además, Lagarde ha mencionado que, aunque la inflación ha descendido al 2.9%, no es momento de declarar victoria, y el BCE se mantiene alerta ante posibles efectos secundarios que puedan hacer que la inflación se torne más persistente. En resumen, el BCE se encuentra en una posición más estable, pero aún concentrado en restablecer la estabilidad de precios.
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Estupidez al cuadrado
En este contexto, se observa también un incremento en los intereses slope