El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) es un mecanismo financiero diseñado para proteger a los depositantes de bancos y otras entidades financieras en caso de que estas últimas fallen o entren en bancarrota. La idea es asegurar que los clientes no pierdan todos sus ahorros si el banco donde los tienen depositados enfrenta problemas financieros graves.
El objetivo de estos fondos es doble: proteger a los pequeños ahorradores y mantener la estabilidad del sistema financiero, evitando corridas bancarias en momentos de incertidumbre. Los FGD suelen ser financiados por las propias entidades financieras, que aportan regularmente al fondo una cantidad basada en el tamaño y el riesgo de sus depósitos.
En España el FGD ofrece, de forma general, una garantía de hasta 100.000€ por titular (persona física o jurídica) aunque puede llegar a garantizar incluso el 100% de los importes cuando provengan de un ingreso efectuado en los últimos tres meses en estos casos excepcionales:
- La venta de un inmueble.
- Pagos puntuales por circunstancias personales del depositante (matrimonio, divorcio, jubilación, despido, invalidez o fallecimiento).
- Cobro de prestaciones de seguros o de indemnizaciones por perjuicios consecuencia de un delito o un error judicial
Esto significa que por ejemplo si has vendido tu casa y el banco en el que has dejado el dinero de la venta quiebra, el FGD te reembolsará todo el importe incluso si este es de más de los 100.000€.