Tras una primera semana del año muy errática, sumándose en a la habitual recomposición de carteras a comienzos de año, un tensionamiento de la situación geopolítica que a la guerra de Ucrania y el conflicto entre Israel y Palestina ahora se le suma un atentado en Irán así como los problemas. En cuanto a los datos económicos conocidos, incrementan la presión sobre el BCE para bajar tipos y la alejan, sin embargo, sobre la FED que no parece muy dispuesta a relajarse tal y como conocimos en las actas de su última reunión.
El crudo, el principal termómetro de la tensión geopolítica, comienza la semana algo más barato (77 $ el barril Brent) y las bolsas bastante planas, siendo el IPC americano del jueves y, sobre todo, el inicio de la temporada de resultados empresariales (el viernes publican en EE.UU. los bancos de inversión) los principales focos de atención para los inversores durante la misma.
Por tanto los mercados estarán especialmente atentos a la publicación de los datos de inflación en EEUU, que se postulan como el catalizador que puede aportar pistas sobre que dirección tomarán los mercados.
El consenso de mercado que recoge Bloomberg espera que el IPC se sitúe en el 3,3% en el mes, ligeramente por encima del 3,1 de noviembre.
En lo que respecta al Euribor tenemos algo de incertidumbre con un comienzo de año bastante negativo para los hipotecados ya que llevamos 3 subidas y solo una bajada, lo que representa un saldo neto positivo de 71 milésimas para el indicador más utilizado en las hipotecas de España. Las razones las encontramos en que no están tan claras las bajadas de tipos que ya habían asumido los mercados para este año y los Bancos Centrales podrían ser más cautelosos de lo previsto.