En la reunión del Banco Central Europeo (BCE) celebrada hoy, las expectativas de muchos analistas e inversores han quedado desvanecidas tras confirmarse que los tipos de interés se mantienen sin cambio, al igual que la política actual de gestión del balance de activos. Este anuncio ha trasladado el foco de atención directamente hacia Christine Lagarde, la presidenta del BCE, quien ha comunicado en la conferencia de prensa posterior a la reunión que todavía es “prematuro” considerar cualquier tipo de recorte en los tipos de interés.
La situación económica actual, marcada por la incertidumbre y el miedo a la inflación, parece haber consolidado un “consenso” dentro del BCE, según palabras de Lagarde, alrededor de la idea de que cualquier acción hacia la reducción de los tipos de interés podría ser precipitada. Esta postura cautelosa se alinea con la narrativa que Lagarde presentó en diciembre, insistiendo en que la discusión sobre la posible reducción del coste del dinero no estaba en la mesa en aquel entonces, y aparentemente, sigue sin estarlo.
El diálogo en torno a las tasas de interés y las medidas de estímulo económico es especialmente sensible, dado que cualquier indicación de cambio puede tener un impacto relevante en los mercados financieros. La claridad en la comunicación es crítica, y parece que Lagarde es muy consciente de ello. En una entrevista previa con Bloomberg Television, había insinuado que el primer recorte de tipos podría ocurrir en verano, palabras que ha reafirmado hoy.
El BCE se encuentra en una encrucijada, donde debe equilibrar la necesidad de apoyar una economía que aún no se ha recuperado completamente con la responsabilidad de comenzar a normalizar la política monetaria después de años de estímulos sin precedentes. Mientras tanto, los inversores y los mercados seguirán analizando cada palabra de Lagarde y sus colegas en busca de pistas sobre el futuro de la política monetaria europea. Con todo, el consenso es claro: cualquier paso hacia una política monetaria menos acomodaticia será medido y tremendamente calculado.
En estos momentos los mercados han acogido con cierto optimismo estas palabras y darán una buena noticia a los hipotecados ya que mañana el Euribor podría tener una bajada considerable.