El supermercado o el hipermercado es uno de los lugares más estudiados en el mundo del marketing, desde cámaras que graban nuestros movimientos hasta gafas que estudian donde miramos en cada momento. Frutos de estos análisis realizan acciones destinadas a que tengamos una mejor experiencia de compra pero sobretodo con el fin de que compremos más.
Nuestro deber como consumidores consiste en conocer estas técnicas pera defendernos y no caer en el consumo compulsivo. Veamos algunos trucos que usan.
Los carritos de la compra
Si entras para comprar dos o tres artículos, pero la única opción de transportarlos es la de un enorme carrito en lugar de una cesta, es fácil que al final caiga algo más de lo previsto. Existe la leyenda urbana de que en general, todos se desvían ligeramente hacia la izquierda dejando libre la derecha para alcanzar cómodamente los productos. Esto no está demostrado.
Olfato
La mayor parte de los supermercados colocan las secciones de panadería y floristería a la entrada del establecimiento para que el consumidor encuentre estos productos cuando su carrito está todavía vacío y su estado de ánimo está en buena forma, además de abrir el apetito con el olfato
Los artículos básicos están lejos
Si un supermercado te obliga a caminar hasta el fondo para que cojas aquello que necesitas, en el camino seguramente cogerás algo más. Otro truco clásico es cambiar las cosas de lugar cada cierto tiempo para que no te aprendas el camino
Las marcas más caras de un producto están a la altura de los ojos
Los productos que pasan del nivel de los pies al nivel de los ojos aumentan en un 80 % su venta, de ahí que los comercios elijan ese lugar para los artículos que mayores beneficios les reportan. Además, los productos destinados al público infantil, como los cereales, están colocados a la altura de los ojos de los más pequeños.
Controlan el movimiento con el hilo musical
La estancia media es de 55 minutos. A partir de aquí, las grandes superficies utilizan la música para controlar el tráfico humano del establecimiento; en los momentos de gran afluencia, lo ideal es una música con mucho ritmo que favorezca las compras rápidas; si en cambio el local está semi-vacío, las canciones que suenan son más tranquilas y lentas.
Precios psicológicos
Los precios nunca son redondos para parecer más económicos y a su vez dificultar las comparaciones. Además, casi siempre terminan en 5,7 o 9, los números que atraen más al comprador.
Cuantas más paradas, más compra
Las grandes superficies están diseñadas para que tengamos que parar constantemente. El razonamiento que justifica estas interrupciones es que cada vez que interrumpimos la marcha fijamos la vista en algún producto y es más fácil que acabe en el carro.
Productos desordenados
Las empresas del sector han copiado las técnicas de las tiendas de oportunidades: cuando vemos muchos artículos desordenados y apilados tendemos a pensar de manera inconsciente que son más baratos, aunque la realidad sea que muy probablemente no hayan bajado de precio.
La tentación en la caja
La parte más rentable de un supermercado es la línea de cajas. Después de hacer cola durante varios minutos para pagar sus compras, es muy probable que el consumidor caiga en la tentación de comprar las golosinas expuestas junto a la línea de cajas.
La luz
Es uno de los factores más importantes, según los expertos. Habitualmente se juega con ella en las secciones de alimentos perecederos para aumentar la sensación de frescura. La técnica es muy sencilla: utilizan luces fluorescentes.
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