El mensaje de los Bancos Centrales este año parece claro, no tienen prisa para bajar los tipos de interés y sólo lo harán cuando tengan garantías.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha asegurado que la institución ajustará el sentido de su política monetaria en función de los datos que vaya recibiendo sin marcarse un calendario predeterminado.
“Nosotros somos dependientes de los datos, no somos dependientes de las fechas”, ha afirmado el exministro español de Economía en una entrevista con ‘Espejo público’, donde ha asegurado que si los datos confirman una mejora de la inflación hacia el entorno del 2%, entonces el Consejo de Gobierno modificará el nivel de tipos.
De este modo, ha expresado su confianza en que continúe el proceso de desinflación en curso y, una vez que efectivamente las proyecciones del BCE indiquen la cercanía de esta meta, así como los datos entrantes de inflación general y subyacente “pongan de manifiesto que nos acercamos al 2%, pues entonces el sentido de la política monetaria cambiará”.
El Consejo de Gobierno del BCE volverá a reunirse el próximo 7 de marzo para discutir la política monetaria de la zona euro, cuando también hará públicas sus nuevas previsiones macroeconómicas para la eurozona.
“Tenemos que estar absolutamente convencidos que esa inflación va a acabar convergiendo en el 2%”, ha resumido el vicepresidente del BCE.
En este sentido, Guindos ha reiterado que la inflación “es un mal absoluto”, añadiendo que no solamente tiene un impacto negativo sobre la actividad económica, sino que también tiene un efecto sobre la distribución de la renta que especialmente penaliza a las personas con menos renta.
Así, para el economista español habría que tener en cuenta no solamente la evolución salarial, “que están subiendo y tienen que subir”, sino también la evolución de la productividad, que en Europa y en España tiene una evolución muy reducida y eso aumenta los costes para las empresas, que están siendo absorbidos por los beneficios.
Por otro lado, Guindos ha señalado también otro tipo de riesgo relacionado con la situación en Oriente Próximo y la posibilidad de un incremento del precio del petróleo y de los costes de los fletes como consecuencia del bloqueo de la travesía del mar Rojo.
“Esos son los factores que tenemos que ir vigilando y que podrían tener un impacto negativo desde el punto de vista de la inflación”, ha apostillado.