Comenzamos una semana que en lo económico estará protagonizada por la reunión del BCE el próximo jueves 7 de marzo y que como viene siendo habitual meterá un buen meneo al Euribor.
Pese a la disminución de la inflación en la eurozona y el esquivamiento de una recesión el año pasado, el BCE parece inclinarse por una postura de prudencia. Los analistas señalan que junio se perfila como el mes más probable para iniciar una reducción en los tipos de interés, anticipando un ajuste inicial de 25 puntos básicos y posiblemente tres bajadas a lo largo del año.
Expertos de diversas instituciones financieras, incluyendo Berenberg y Oxford Economics, sugieren que el BCE mantendrá una actitud cautelosa, optando por esperar a las proyecciones de inflación de junio y los datos de crecimiento salarial antes de realizar cambios en los tipos. Esta cautela se debe al deseo de asegurar que las condiciones sean las adecuadas para no comprometer los avances en el control de la inflación. ING anticipa ajustes menores en la comunicación del BCE que prepararían el terreno para los recortes de junio, mientras que en AXA IM y Bank of America se alinea la expectativa de una reducción de tipos basada en la evolución favorable de la desinflación y los datos económicos.
Como veis tenemos de todo y la incertidumbre es muy grande con lo que podemos esperar de todo. No obstante, en líneas generales el ambiente es de expectación moderada, con el mercado y los analistas atentos a las señales que el BCE emitirá en su próxima reunión, considerando una combinación de factores económicos antes de decidir reducir los tipos de interés.
Cualquier insinuación por parte de Lagarde de una bajada de tipos antes del verano sería sin duda un notición para los hipotecados, por tanto habrá que estar muy atentos a lo que ocurra este jueves.