Este 2024 iba a ser el año en el que los Bancos Centrales bajasen con fuerza los tipos de interés, eso es lo que descontaban los mercados a finales del año pasado que provocó que el Euribor comenzase una tendencia bajista que le llevó hasta el 3.513% con el que cerró el 29 de Diciembre. Se acercaban buenos tiempos para los hipotecados.
Sin embargo el comienzo de año fue bastante incierto para el Euribor que subió hasta el 3,7% en el que nos movemos actualmente. Algo raro ha pasado para que el mercado interbancario se haya movido de esta manera.
La semana pasada el BCE bajó el pasado jueves los tipos de interés en 0,25 puntos, hasta el 4,25%, en el que fue el primer recorte desde marzo de 2016 y que llegó casi dos años después del inicio del endurecimiento de su política monetaria para combatir la inflación, esto es algo que a priori debería ser bueno para el euríbor pero que lejos de empujarlo a la baja, lo ha hecho al alza, la razón es que Christine Lagarde ha dicho que el BCE necesita “seguir siendo restrictivo” y que continuarán en esta senda “durante el tiempo que sea necesario para devolver la inflación al 2 %”.
Además, la presidenta del Banco Central Europeo ha considerado que, aunque es muy prematuro comenzar a hablar de ello, probablemente el tipo de interés natural será más elevado ahora que antes de la pandemia, aunque todavía estamos muy lejos de él.
Por tanto me temo que todavía nos tocará esperar varios meses viendo como el Euríbor se mueve en un margen lateral para quizás ver descensos más firmes en el 2025, aunque de lo que nos tenemos que olvidar completamente es a volver a verlo rondando el 0%.