Ayer leí en el Marca que Bradley Wiggins el ganador del Tour de Francia 2012 y ciclista con ocho medallas olímpicas estaba en la ruina tras dilapidar más de 15 millones de euros. Ha perdido absolutamente todo. Su casa familiar, su casa en Mallorca, sus ahorros e inversiones. No tiene ni un céntimo. Es una situación muy triste
En el resto de los deportes tenemos también demasiados ejemplos
Marion Jones fue tres veces medalla de oro y ganó más de 7 millones de dólares al año hasta que fue acusada de fraude con cheques y falsificaciones fiscales entre otras. Perdió todas sus medallas y después se declaró insolvente tras pasar seis meses en prisión.
Evander Holyfield: El campeón de boxeo ganó más de 250 millones de dólares en el ring. Sin embargo, múltiples divorcios, la manutención de 11 hijos y gastos excesivos en su mansión de 109 habitaciones contribuyeron a su ruina financiera.
Scottie Pippen, ganador de seis anillos con los Chicago Bulls, dilapidó su fortuna de más de 100 millones de dólares tras varias malas decisiones financieras y locuras como comprarse un jet privado de cuatro millones de dólares que no funcionaba.
Mike Tyson ganó más de 300 millones de dólares a lo largo de su carrera. Acusó al promotor Don King de haberle estafado 100 millones y gastó otros nueve entre 1995 y 1997 en los abogados que llevaron su divorcio, además de otros gastos necesarios como los 400.000 en una fiesta de cumpleaños o los 8.000 anuales en alimentar a sus mascotas, dos tigres de bengala.
Según el Sports Illustrated, el 78% de los jugadores de la NFL se han declarado insolventes apenas dos años después de retirarse, y cinco años después de retirarse el 60% de jugadores de la NBA han tenido el mismo destino.
¿Por qué tantos atletas y famosos, que en su día fueron económicamente acomodados, acabaron siendo insolventes, y lo que es más importante, qué podemos aprender de sus caídas de la gracia financiera?
Tiempo de generación de ingresos reducido
Los atletas tienen un problema único que probablemente no tengan otras profesiones: el tiempo en que se pueden generar ingresos es breve. Mientras en otras profesiones tradicionales las personas pueden trabajar entre 30 y 50 años, un atleta profesional solo podrá trabajar durante una fracción de ese tiempo. Esto supone que el atleta retirado tiene que gestionar lo que tiene durante el resto de su vida ganando apenas una fracción de su antiguo salario.Aunque la mayor parte de la gente no se encuentra en esa situación, la lección que podemos extraer es que nuestros ingresos nunca están garantizados, y que vivir dentro de nuestras posibilidades y ahorrar dinero para los imprevistos futuros es una necesidad.
Falta de conocimientos financieros
Según el Sports Illustrated, la mayoría de los atletas carecen de conocimientos financieros para gestionar las enormes sumas de dinero que ganan. Los ejemplos que hemos visto son unos pocos de tantos atletas que vivieron un tren de vida basado en el momento de mayor capacidad de ingresos, y que no supo pensar en el dinero que necesitaría después.
Incluso peor, algunos ejemplos también conocidos confiaron su dinero a abogados y otros asesores (familiares) que le aconsejaron inversiones demasiado arriesgadas que le llevaron a la quiebra.
Con independencia de nuestro valor neto, tenemos que jugar un papel activo en la gestión de nuestras finanzas. Incluso el mejor gestor de fondos no se preocupará de nuestro dinero mejor que nosotros, y por ello, tenemos que ser los que tomemos las decisiones y hacerlo basándonos en nuestros conocimientos financieros. Si sabemos poco sobre la gestión del dinero, nunca es tarde para aprender.
Extravagancia
Warren Buffett puede ser uno de los hombres más ricos del mundo, pero vive como cualquier persona con una modesta vivienda y un sencillo estilo de vida. Ha elegido esta forma de vivir porque sabe que acumular cosas es contrario a la buena gestión a largo plazo del dinero. Muchos de los atletas que se han declarado insolventes gastaban demasiado en extravagancias y ver que más tarde sus posesiones no valían nada. Con independencia de nuestro nivel adquisitivo, debemos tener un tren de vida que no estire nuestro presupuesto. No solo nos permitirá tener libertad financiera, sino que además se duerme mucho mejor por las noches cuando no nos preocupa la próxima nómina.
Gasta, en lugar de ahorrar, es una posición perdedora con independencia del dinero que tengamos. Si no nos consideramos buenos gestores de dinero, debemos dejarnos asesorar pero no fiarnos ciegamente de nuestros asesores, aunque estos sean nuestros padres. Recuerda, que por muchísimo que ganes, si gastas más de lo que ingresas acabarás en la ruina. Obvio ¿no?
Charles Barkley lo explica perfectamente
El día después de ser elegido en el draft me compré seis coches. Moses Malone y Julius Erving me cogieron en el vestuario y me dijeron que devolviera cinco. Devolví dos Mercedes, dos BMW y uno de los Porsches. Pese a todo, tras cuatro años en la Liga estaba arruinado por culpa de uno de mis asesores. Además, cuando alguien te pide ayuda es muy difícil decir que no, sobre todo cuando eres negro. He prestado millones de dólares a personas que no he vuelto a ver en mi vida. Si no lo haces te dicen tío, ya no eres de los nuestros. Te crees mejor que nosotros. Cuando eres joven, esas cosas te llegan al corazón. Al final, tuve que dejar de ayudar a mis compañeros. Lo hice cuando uno de ellos me pidió dinero por cuarta vez para el funeral de su abuela. Le tuve que decir, ¿pero cuantas abuelas tienes?.
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