La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, lanzó ayer un mensaje que rebaja el optimismo a los hipotecados y podría retrasar las futuras rebajas en los tipos de interés. Comentó que a pesar de los avances logrados, la tarea de la entidad “aún no ha terminado” y un “aterrizaje suave” no está garantizado.
En su discurso inaugural del simposio anual del BCE en Sintra, Portugal, Lagarde destacó que persisten varias incertidumbres en torno a la inflación futura. Especialmente preocupante es cómo evolucionará la relación entre ganancias, salarios y productividad, y si la economía se verá afectada por nuevas interrupciones en la oferta.
Lagarde señaló que tomará tiempo reunir suficientes datos para asegurarse de que los riesgos de una inflación por encima del objetivo hayan desaparecido, y reiteró que un “aterrizaje suave” aún no está garantizado.
Además, subrayó que la fortaleza del mercado laboral permite a la institución tomarse el tiempo necesario para recopilar nueva información, aunque las perspectivas de crecimiento siguen siendo inciertas.
“Todo esto refuerza nuestra determinación de basarnos en los datos y tomar nuestras decisiones políticas reunión tras reunión”, resumió Lagarde. “Nuestro trabajo no ha terminado y debemos permanecer alerta”, concluyó.