No todo son buenas noticias si el BCE baja los tipos de interés

por Carlos Lopez

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El cambio de tendencia de los Bancos Centrales ya está aquí, algo que se confirmará este mismo mes en donde se espera que el BCE baje los tipos de interés de nuevo, sin duda una noticia esperada por los hipotecados que ven como el Euríbor está cerca de perder el 3%.

El aumento de los tipos de interés en 2022 y 2023 fue la respuesta para frenar la inflación desatada tras la pandemia de COVID-19 y la posterior invasión de Rusia a Ucrania.  Este repunte de precios fue impulsado principalmente por el aumento del coste de la energía y las interrupciones en las cadenas de suministro globales. Ante esta situación, las autoridades monetarias tomaron medidas drásticas, subiendo los tipos de interés para evitar una escalada descontrolada de la inflación. El objetivo era enfriar la economía sin provocar una recesión, lo que se conoce como un aterrizaje suave. A diferencia de otras épocas, esta vez no se ha producido una recesión a pesar de las subidas de tipos.

Las políticas monetarias restrictivas han dado resultados. La inflación ha bajado notablemente y los Bancos Centrales tienen vía libre para relajar su política monetaria.

La bajada de tipos tiene efectos variados en la economía. Las familias con hipotecas a tipo variable son las grandes beneficiadas, ya que ven reducidas sus cuotas mensuales y disponen de más dinero para gastar, lo que puede impulsar sectores como el comercio, la automoción, el turismo y el ocio. Además, las hipotecas serán más asequibles para quienes buscan comprar vivienda, lo que podría aumentar la demanda de inmuebles. Esto, a su vez, podría presionar al alza el precio de la vivienda, como ya se está observando en algunas zonas. Para las empresas, la bajada de tipos reduce los costes financieros, lo que facilita la inversión y el crecimiento, y podría fomentar la contratación. También podría favorecer a emprendedores que buscan financiación a menor coste. Aunque los bancos verán reducidos sus márgenes de beneficio tras la subida de los tipos, podrían beneficiarse de un aumento en la demanda de créditos por parte de familias y empresas. Además, con menores tipos de interés, la morosidad podría disminuir, ya que las cuotas de los préstamos serán más asequibles. Otro sector que podría salir ganando es el de la bolsa, ya que la inversión en acciones podría resultar más atractiva frente a las obligaciones, lo que podría impulsar los mercados bursátiles.

La peor parte se le llevarán los ahorradores que verán como los productos de inversión sin riesgo (principalmente deuda pública, depósitos y cuentas remuneradas) reducirán su rendimiento y será cada vez más difícil “poner a trabajar” el dinero.

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